preocupaciones siempre presentes sobre la escuela, el dinero, el futuro. Pero no podía dejar que las otras chicas vieran esto. Para ellos yo era un ángel, una estrella intocable. -Gracias, querida -dije. - Mandy, ayer vi tu nueva coreografía. ¡Es genial! También hay una elección musical interesante. Se notaba que al público le encantaba. Mandy sonrió brillantemente y me estrechó la mano antes de salir corriendo a prepararse para su presentación. Me deslicé hacia mi camerino privado, me quité mi brillante traje blanco y me dejé caer en una silla con una cómoda bata.