¡Vaya! Si ya son las 6 de la tarde, exhala Avy mientras juntaba más papeles que clasificar para la siguiente semana, el bufete en donde trabajaba F&C Asociados tenía muchos casos pendientes, como asistente legal que esperaba ascender algún día a abogado de la firma, se mataba haciendo los trabajos más pesados, horas extras y trámites que nadie quería hacer, de repente suena su celular, mira la pantalla es una llamada de su madre
- ¡Oh mierda! me olvidé de la cena — poniendo a un lado los papeles atiende la llamada
- Hola mamá, ya sé que estoy atrasada, pero Jeremy me pidió que preparara de último momento unos argumentos para la defensa, trataré de llegar antes de las 8 lo prometo
Cuelga la llamada y empieza a juntar sus cosas, Jeremy su “querido jefe” tendría que esperar, su ira no sería nada comparado a la de su madre si llegara después de las 8 de la noche, probablemente era una de esas interminables cenas para socializar, intentando emparejarla con algún soltero recién llegado a la ciudad, estaba harta de esa rutina, pero no había forma humana de convencer a esa mujer de que estaba bien soltera “por ahora”, tenía planes y los estaba logrando, las relaciones nunca fueron lo suyo, pensar en perder tiempo en citas con hombres que solo querían sexo la molestaba, no era que fuese una santa, pero por favor, al menos deberían esperar el postre antes de insinuar que tenían reservado un hotel o invitarle a pasar la noche en su departamento. Ya había reflexionado bastante sobre este punto, ya había pasado por el “seré yo”, “es mi apariencia”, “ es mi atuendo”, al parecer nadie la tomaba en serio, no porque no se lo propusiera, si no que nadie veía más a allá de su cuerpo curvilíneo, no nació rubia como su hermana Cassandra, ella no había heredado la belleza de su madre, si no que se parecía a su padre con una tez pálida y cabellos oscuros, unos ojos enormes de color café y unos labios carnosos que hacían envidiar a cualquier chica, apenas si llegaba a los 165 cm de altura. Lo había intentado, lo de ir a las citas, pero después de un par de intentos se dio cuenta de que los hombres solo la veían como una mujer para el sexo, especialmente cuando logró ese puesto en F&C Asociados, incluso sus ex-colegas de la universidad que siempre le tuvieron cierta envidia por sus notas perfectas no habían sido nada discretos en señalar que tal vez ella había logrado ese trabajo usando sus atributos femeninos, se dijo a si misma que no valía la pena discutir con gente tan hipócrita, ella que había pasado gran parte de sus horas libres ayudándolos a repasar para los exámenes, hizo una nota mental para no los volver a invitarlos en ninguna cena de su familia.
Volviendo a la realidad, toma sus llaves, pone su cara de “estoy contenta de estar aquí” y sale del edificio para dirigirse a la casa de sus padres, su madre sin duda se quejará por su apariencia actual, ella siempre le decía lo severa y poco receptiva que se veía con esos trajes formales y oscuros, a lo cual ella siempre le decía que por la naturaleza de su trabajo debía vestir así, ya que era abogada y no un payaso de circo, se enojaban por 5 minutos y luego todo volvía a la normalidad, seguido de un empujón al primer hombre soltero que veía en la fiesta.
Casi siendo las 8 de la noche llegaba a la cena
- ¡Rayos!, ella dijo que era una cena familiar, no el siguiente evento de la temporada
Habían filas y filas de vehículos estacionados en las veredas, lo que significaba una sola cosa: su madre le había engañado para asistir a uno de sus eventos de caridad, nuevamente con la esperanza de que conociera a alguien “especial”, ahora tendría que ver algo que ponerse, su traje gris con rayas oscuras no sería para nada festivo, buscó un lugar para estacionar y respirando profundamente se dirigió hacia la casa
Ingresó por la puerta trasera a través de la cocina, no quería tropezarse con nadie, al menos no antes de darse un lavado de cara, allí estaba Cassy como siempre degustando los aperitivos antes de ingresar al evento, siendo una diosa total, nunca tocaba un plato una vez empezada la fiesta.
- Hey ya estás aquí, al fin.., debo advertirte que madre está en esos días — ríe — y no hablo de su periodo menstrual
Pongo una cara de sorpresa…
- Ah no lo había notado, pensé que todos esos autos en frente de la casa solo estaban aprovechando el estacionamiento gratuito
- Ay Avy, lo siento debí advertirte — dice mirando despectivamente su atuendo
- Si, ya me di cuenta, no estoy vestida precisamente para una fiesta, y menos para ser la femme fatale — se ríe de sí misma.
- Vamos no es tan grave, como sé de tu rutina me supuse que ibas a llegar tarde y poco arreglada — espeta arrugando la cara — así que te prepare algunos vestidos, ven yo te ayudaré a estar lista antes de que el dragón salga de su cueva — le sonríe
- Bien, pero nada de brillo — objeta en broma y finalmente sonríe antes de pensar que se estaba lanzando a los tiburones.
Media hora después ya estaba lista y descendía por las escaleras hacia el salón de recepción, la mayoría de las familias pensarían que eran millonarios por la cantidad de fiestas que daban anualmente, pero la realidad era muy distinta, no eran ricos, vivían bien pero su padre ingeniero ya retirado, vivía de su pensión, su madre una mujer que nunca trabajó en su vida, tenía recursos, y no hablamos de dinero, sino de contactos, provenía de una familia adinerada, pero al casarse con su padre sus familiares le dieron la espalda, ella sin embargo siguió en ese círculo, lo que le permitió abrir varias fundaciones de beneficencia, de ahí que tenían fiestas todo el año para promover las actividades y recaudar fondos, cuando ingresó a la universidad todos habían pensado que sus padres habían dado un generoso donativo, pero en realidad ella había logrado calificar para una beca completa, por lo que pasó día y noche estudiando y nada de diversión durante su estadía en la escuela de leyes, todos la habían prejuzgado pensando que una cara bonita no podía tener cerebro, incluso su madre hubiera preferido verla casada, antes que verla como una profesional, milagrosamente sus hijas habían optado por estudiar antes que permanecer ignorantes esperando la proposición de algún hombre con recursos.