Nairobi
—Creo que no iré a la universidad —le digo a Karina, mi única amiga.
Ambas tenemos dieciocho años y estamos por terminar la preparatoria; pero mi problema es que no tengo dinero para entrar a la universidad, mis padres murieron hace un año, junto con mi hermano mayor y quedé sola. Me dejaron una bonita casa la cual vendí en cuanto cumplí dieciocho, compré un apartamento y con lo que me quedó de dinero, me ayude con los estudios y demás gastos, ahora estoy trabajando en un café, donde me pagan apenas el salario mínimo y a duras penas cubro mis gastos actuales, no podría con la universidad.
El coraje más grande que me da, es que mis padres pagaban un seguro para mi hermano y para mi, claro, murió mi hermano, los del banco debían asegurarse de que a mi no me faltara nada pero nos robaron, o al menos a mí, que fue quien quedó viva. Dicen que con un buen abogado, podría denunciarlos y obtener una suma millonaria pero a penas tengo para vivir, no tendría para gastar miles en un buen abogado, sin contar que hay muchos que le roban a la gente, no se esfuerzan en los casos y no ganan nada más que su propio dinero.
—No puedes dejar de estudiar —responde con una carita de tristeza que estruja mi corazón, así como sé que está el de ella, porque puedo ver en sus ojos que siente mi dolor—. Tenemos que buscar una solución a todo esto —planteó, luego de pensar por un rato; ella una alocada joven que no acepta un "no" como respuesta y que siempre le encuentra una solución a cada problema, aunque sus soluciones sean muy poco convencionales y a veces hasta peligrosas.
—Pero ¿qué podría hacer? No hay nada que pueda hacer, un mejor empleo no me lo dan —exclamó entre suspiros.
—Búscate un padrino —arrugó mi entrecejo sin entender a qué se refiere—. Hay hombres adultos que pagan los gastos de universidad a chicas a cambio de compañía —explica, al notar mi confusión, sin embargo, con dicha explicación, arrugó aún más la cara confundida sin querer creer lo que me propone, aunque no está mal la idea, "pienso"
—¿Estas hablando de prostitución?
—No… jamás te aconsejaría algo así —grita de inmediato algo ofendida—. Ellos solo buscan ayudar a jóvenes estudiosas y trabajadoras a cambio de una amistad, de alguien con buena presentación, o sea bonita, que los acompañe a cócteles, cenas. —según Karina me explica y debo de admitir que lo hace de una manera muy elocuente, tanto que no me parece tan mala la idea pero ¿dónde encuentro a alguien que ayude sin fines sexuales?
—¿Dónde me encuentro algo así? —ella se ríe de manera victoriosa en respuesta a mi pregunta.
—Déjalo en mis manos, tengo un tío soltero que hace poco me dijo que necesitaba una asistente para no ir solo a ciertos eventos. —me giña un ojo y sonríe con malicia—. Prefiere contratar varones, según él porque las chicas no le duran mucho tiempo pero sé que es un angelito.
Podría ser un ángel pero desterrado y oscuro, quizá por eso las asistentes no la duran. Quizá sea de esos que se aprovecha de su posición y les quiere hacer posiciones a las chicas o puede que esté equivocada y prejuzgando a alguien que ni conozco. Todo lo que pienso sobre el misterioso tío de Karina, me lo guardó para mí misma y no digo palabra alguna, porque no le quiero dar problema a las soluciones, mejor me espero a conocerlo y pues, nada cuesta intentarlo.
—Bueno, hay que darnos prisa con esto porque si no, ni una ni la otra irá a la universidad y no precisamente por falta de dinero —manifiesto, para que nos pongamos a trabajar en el proyecto final para graduarse y luego poder ir a la universidad en busca de ser profesionales algún día.
Debo admitir que, aunque Karina es muy alocada, es muy inteligente. Si le pusiera más amor a las clases, sería graduada con honores, pero ella le dedica el menor tiempo a sus estudios por andar disfrutando, según ella, "su mayoría de edad". Yo por otro lado, antes de la muerte de mis padres no me preocupaba por nada, pero este último año tuve que ponerme a estudiar el triple de lo que antes lo hacía para ver si me dan una beca en alguna universidad, aunque eso signifique que no estudie en la misma universidad que irá mi amiga, ya que esa universidad no da becas, pero es la mejor de las mejores, tanto que una vez que uno se gradúe en ella, la carrera se la inscriben en todos los países de Europa de manera automática, por ende, podríamos ir a trabajar a cualquier país, sin necesidad de hacer trámites de autenticación en dicho país, porque nuestra licencia sería válida para todos los países europeos. Es como un sueño para mí; lo que antes era una realidad, ahora solo es un espejismo.
Observo a mi amiga, pareciera que somos completamente diferentes, pero debo admitir que a mi también me gusta divertirme, salir y gozar de mi juventud. También, al igual que ella, se coquetear y hablar con chicos, solo que mis dotes de seducción los dejo para cuando alguien verdaderamente me gusta, cosa que no suele pasar y todas mis maldades terminan quedando solo en mi cabeza. Ahora que estoy sin padres, sin querer tuve que madurar y saltarme esa etapa que está viviendo Karina, yo debo disfrutar pero priorizar mis estudios y trabajo.
Camilo
—Necesitas una asistente personal, que te acompañe a todas partes —comenta mi socio y amigo José—, todos tenemos una, solo tú no.