Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Destinada a mi gran cuñado
Regreso de la heredera mafiosa: Es más de lo que crees
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Extraño, cásate con mi mamá
Todo tiene un origen, todo origen tiene una causa, todo en esta vida tiene un inicio, incluso los finales, son solo el comienzo de algo nuevo, este pensamiento es el que me han enseñado desde que tengo uso de razón, gracias a mis padres que trabajan para una empresa que tiene incluso una escuela para los hijos de los trabajadores, puedo darme un estilo de vida lleno de constantes beneficios, yo soy Scarlet, hija de los dueños de esta empresa: “Estilos ABC”, estudio quinto grado junto a mis mejores amigas: Marta, Gina y Susana, esta última se ausentó porque ha sido atrapada en su casa por una congestión.
Estábamos en la hora del almuerzo, sin embargo no había visto aún a mis padres, quizá no los veré tampoco hasta las seis ya que usualmente trabajan hasta esa hora. Comenzamos a correr por todos lados entre risas y juegos hasta que llegamos al área de los adultos. El ambiente presente en este lugar era diferente al de la escuela, nadie sonreía, nadie se reía, todos tan serios, tan enojados, nada se salvaba de ser así de siniestro a mi parecer.
— ¡Mira, mira! Vamos al ascensor— Exclamó alegremente Marta, con una tendencia al nerviosismo que nunca vi en ella antes, negué con la cabeza en cuanto dijo eso porque no tenía muchos ánimos de montarme en un ascensor. Luego de negar con la cabeza, ambas chicas abuchearon por ello.
— ¡Vamos! Di que si— insistió Gina rogándome. También se veía nerviosa, ¿Qué se supone que les sucede?
— ¡No!— Exclamé— ¿Acaso no conocen las aterradoras leyendas de ese ascensor?— Les hice un ademán para susurrarles respecto al tema— ¡En ese ascensor, cuenta la leyenda que se mueren las personas, mis padres mandaron a quitarlo, pero, algo pasó con el sujeto que mis padres contrataron para quitar ese ascensor!
— Pues parece que al que iba a quitarlo, lo secuestraron—
¡¿Qué ha dicho Gina?!
— ¿Qué?— dije retrocediendo, no puede ser, ¿Por qué?
¿Por qué sucede eso?— ¿Pero quién? Con razón sigue ahí ese ascensor, ¿Por qué sucedió?
— No se sabe— dijo Gina preocupada— los pocos testigos afirman que...— la interrumpí de inmediato.
— Eso no importa, solo vámonos en el ascensor— no sé cuál es la insistencia de Marta en que nos montemos en ese ascensor, además la noto nerviosa, como si me escondiera algo. No puedo solo seguirle la corriente.
— ¡No! Yo no tengo razón para hacerles caso, he dicho que no iré y no lo haré— dije a la defensiva.
— ¡Cobarde, cobarde, cobarde!— Comenzó a exclamar Gina entre risas, de inmediato fruncí el ceño.
— Gina empújala, o ya sabes lo que va a pasar— dijo Marta, realmente amenazante, yo estaba tan asustada en ese momento, y Gina se quedó estática, lágrimas salieron de su rostro