Belén
Solo a mi se me ocurre esta estupida idea, ah no pero si el universo a mi me detesta!!
Miro el test de embarazo en mis manos y resoplo revoleando los ojos.
Al menos lindo va a ser, ay no seas estupida!
Ustedes se estarán preguntando ¿Que paso? ¿Y ese test? ¿Por que tanta preocupación?
Bueno vamos a empezar desde el principio.
Varia semanas atrás.
— Gracias Bel de en serio! — Susan me abraza, ella es la esposa de mi primo Ignacio.
— No fue nada! Demián y Cali son un sol— sonrió porque amo a mis sobrinos.
— La pasamos muy bien, si no fuera por vos no hubiera sido lo mismo! — revoleo los ojos, porque esta exagerando, Susan es una mujer hermosa es decir poco, es como de esas de revista, rubia ojos claros, mis sobrinos son hermosos, Demi el mas grande de casi 8 años tiene el pelo cataño y ojos, azules, verdes? la verdad le cambian hasta grises a veces, cuando estaba bebé tenia un ojos que parecía de un color diferente, pero ahora que creció es casi imperceptible la diferencia, se le ven casi iguales los dos. Cali, ella va a ser una diosa como su mamá, sus ojos son azules y tiene un pelo ondulado hermoso, tiene casi 5 años, que decir? me proclame su niñera, al menos le dan alegría a mis días, porque es lo mas cercano que voy a tener a hijos si sigo así solterona.
— Susan no exageres, sabes que cuándo quieras los cuido, en fin no tengo mas que trabajo del que encargarme — sonrió y me abraza.
— Gracias de nuevo! Pero ey! — se separa y me da un empujoncito en el hombro. — Viví la vida, sos hermosa Bel, joven— revoleo los ojos — Si Bel sos joven! dale vida al cuerpo — me guiña el ojo — No vayas a mencionar mis consejos — me empiezo a reír y ella igual.
— Ya estamos amor! — entra mi primo con Cali en brazos.
— Si amor! — Susan me mira y me guiña un ojo — Haceme caso Bel! despues me contas — niego y me sonrió.
— Okey! — me acerco a mi primo, lo saludo y a mi sobrina — Nos vemos princesa! — le doy un beso en la frente.
— Nos vemos tía Bel! Demián se quedo en el auto no quiso saludar pero también te quiere! — me sonrió y acaricio su cabecita.
— Demián es así un niño grande ya! por eso! — Me interrumpe Susan.