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Kuwait es una monarquía constitucional con un sistema de gobierno parlamentario, y su capital económica y política es la ciudad de Kuwait. El país es considerado uno de los más liberales de la región.
Este gobierno, cuenta con la quinta mayor reserva mundial de petróleo, un recurso natural que en la actualidad supone el 87% de sus exportaciones y el 75% de los ingresos de su gobierno, gracias a lo cual sus ciudadanos gozan de la octava mayor renta per cápita a nivel mundial. El Banco Mundial clasifica a Kuwait como un Estado de altos ingresos y los Estados Unidos lo han designado aliado importante extra-OTAN.2
Su diminutivo es al-kūt: "la fortaleza"
Como es una monarquía constitucional está regida por la dinastía Al-amad desde el siglo XVIII. El emir o jeque es el jefe de Estado quien representa al poder ejecutivo. El emir actual, Said Abdullah Al-amad ascendió al trono el 25 de agosto de 2020, tras el asesinato oscuro de su padre, Hamad Abdullah.
Existe la figura del primer ministro, quien suele ser un miembro de la familia real. El poder legislativo está representado por la Asamblea Nacional (Majlis al-Umma).
La asamblea cuenta con 65 asientos: 50 son elegidos por voto popular cada cuatro años, y 15 ministros, los que son elegidos por el emir y conforman su gabinete. Pese a ello, las funciones del emir siempre están acompañadas a su primer ministro, Nasser Abdullah, su primo.
Este país tiene un índice de democracia mayor que el resto de monarquías árabes.
Los ministros que ocupan los cargos más importantes, pertenecen generalmente a la familia real. Antes del asesinato del Emir, padre, el país experimentaba regularmente crisis políticas en un contexto de casos de corrupción.
Said Abdullah gobernaba junto a su padre, y aunque tenían muchas diferencias entre sus pensamientos, lo que sucedió con él una hora después de haberse reunido para conversar, sigue siendo un misterio sin resolver, que tiene de cabeza al actual Emir.
Él sabe que debe hacer una restructuración profunda en su gobierno, y que, en este momento de su vida, no puede confiar ni siquiera en su propia sombra. Eso, aunado a que las guerras en el desierto, y los enemigos en su espalda dejaron un estrago profundo en su cuerpo, del que no se ha podido levantar.
Un gran secreto que su padre se llevó a la tumba, y ese mismo secreto que puede acabar con su gobierno en cuestión de segundos…
—¿Entonces vas a Riad? —le preguntó Nasser a Said mientras caminaba por el enorme despacho donde se atendían todos los asuntos de gobierno.
Riad es la capital de Arabia Saudita, país donde casi siempre se reunían los altos gobernantes para hacer alianzas, acuerdos y para fijar condiciones en todos los emiratos árabes. Kuwait, limitaba por el noreste con dicho país.
Said alzó su rostro completamente serio entre tanto firmaba cientos de hojas para dejar listo algo de trabajo, ya que estaría ausente unos tres días de su país. No era el mejor momento para viajar, pero no tenía otra opción. Nasser era de su confianza, algo cínico para su gusto, pero era su mano derecha, y una de las pocas personas en la que podía confiar ciegamente.
—Iré unos cuantos días, además estarás aquí encargado de todo. Necesitamos dejar claro que las negociaciones de mi padre siguen en pie. Y también, encontrar a esa persona que maneje el comercio internacional y las relaciones públicas, la cual necesito urgente.
—¿Sigues con eso? —refutó Nasser sentándose por fin en su frente—. ¿Por qué no buscar a alguien preparado de aquí?, no tenemos que confiar en un extranjero…
En ese momento la sonrisa de Said se ensanchó, pero era esa precisamente la que colocaba tenso el cuerpo de Nasser, odiaba cuando su primo sonreía así. Lo hacía sentir una completa mierda.
—¿No hablaremos de eso, o sí?, no quiero recordarte aun el asunto sin resolver del asesinato de mi padre, y todos los fondos que cuelgan sin tener un fin.
Nasser agachó la cabeza un tanto preocupado, tomando sus dos manos para asentir.
—Esta guerra beduina es un desastre…
—No son solo los beduinos, somos parte de ellos, y ellos de nosotros, han envenenado a un grupo en particular, y estoy seguro de que, este traidor está dentro de la asamblea.
Nasser alzó el rostro de golpe.
—Informaré todo a mi padre, tendremos más cuidado de lo normal. La muerte de mi tío no se quedará sin justicia, te lo prometo.
Said asintió sintiendo un alivio temporal.
Khalifa, su tío, el único hermano de su padre, estaba encargado del orden y los asuntos de la asamblea. Desde el suceso trágico del asesinato, se apartó un poco de sus compromisos, pero Said no quería agobiarlo sabiendo que todo estaba siendo muy doloroso para toda la familia, a pesar de haber pasado cuatro meses del acontecimiento.
La puerta se abrió de un momento a otro. Odiaba el hecho de que Rosheen nunca tocaba para entrar, y por más de que se lo pedía, ella seguía haciendo lo que se le venía en gana.
—Tu vuelo está listo. El jet privado te espera a las cinco de la tarde, por supuesto te recogerán aquí en el palacio, y también tienes reservas en Riad. Todo está arreglado.
Said tomó el itinerario que ella había impreso y comenzó a ojearlo.