El Demonio Militar

Adriana POV

El sonido de la voz de Daemon, gritando a todo pulmón, me despierta de mi tranquilo sueño. Me revuelvo en su gran cama, tratando de bloquear todo el ruido que escucho desde abajo.

Un día, se va a provocar un ataque al corazón si continúa gritando así.

¡Bang!, escucho el sonido de un disparo.

Me levanto de la cama inmediatamente, supongo que lo que está pasando abajo se está poniendo muy serio, el sonido del disparo aún resuena alrededor de la gran mansión.

Me pongo mi camisón y corro escaleras abajo.

—¡Te di un trabajo! ¡Solo un trabajo y fracasaste! ¡Y odio el fracaso! ¡Odio el fracaso con todo lo que hierve dentro de mi sistema! —La voz de Daemon se hace más clara cuando entro en la gran sala de estar.

Veo como la pierna izquierda de Lucas se desangra.

¿En serio Daemon?

—Hice el trabajo, pero… pero me engañaron, por favor… por favor perdóname. Perdona mi vida… —Lucas, el nuevo empleado de Daemon, ruega por su vida.

La risa de Daemon resuena por el pasillo.

—¿Qué te hace pensar que te perdonaré la vida? Has fallado. —Daemon dice, a través de sus dientes que están apretados por la rabia que tiene.

Pongo los ojos en blanco.

Típico de él, odia el fracaso, esto es algo sobre el código de conducta de su padre, quien le enseñó todo de este mundo. Ha matado a tanta gente porque simplemente fracasaron.

Daemon es una bestia a los ojos de tanta gente en el pueblo de Vino Da Vinci. Este pequeño pueblo consiste en la gente más dulce que jamás haya existido… Tantas familias vienen aquí por el turismo y toda esa mierda.

Pero a mis ojos, él es un gran oso de peluche que puede ser consolado fácilmente, tiene un gran corazón y aunque no nos conocemos tan bien, hay una razón por la que Daemon Banister vino a mí cuando las cosas se volvieron locas para él.

No estoy enamorada de Daemon ni nada de eso, sé que no puedo enamorarme de alguien como él; Daemon Banister no hace el amor, él es del tipo de "follar y dejar".

Pero algo sigue trayéndolo de vuelta a mí.

Todo el mundo en el pueblo se refiere a él como el demonio.

Le quita los maridos a sus esposas y las deja viudas en dos o tres días.

Pero yo no le temo, en todo caso, me compadezco de él, me preocupa que se quede solo por el resto de su vida. Se ha distanciado de todos los que han tratado de incluirse en su vida.

Incluso su madre.

Daemon Banister tiene una gran familia, son populares aquí en el pueblo, tienen su propia mansión cerca, pero Daemon nunca los visita.

Es apestosamente rico, una de las razones por las que la gente teme y trabaja para él.

—Prometo hacerlo mejor la próxima vez, solo perdóname. ¡Por favor, te lo ruego! —Lucas suplica, sosteniendo su pierna sangrante.

—¡Nos vemos en el infierno, imbécil! —Daemon aprieta el arma, preparándose para matarlo.

Inmediatamente, me acerco y le agarro el brazo.

Lentamente, se vuelve para verme, su mirada es dura y siniestra.

—Déjalo Daemon —le digo.

Él frunce el ceño y se burla.

—¿Quién demonios te crees que eres? —me pregunta.

Pongo los ojos en blanco y me acerco a Lucas.

Le ayudo a levantarse.

—Ve a casa con tu esposa e hijos, asegúrate de huir de Vino, o él te encontrará. —Lucas sale de la mansión, sosteniéndose la pierna para que deje de sangrar.

Daemon baja su arma.

—¡¿Cómo te atreves a interrumpirme, Gray?!

Suspiro y cruzo las manos al pecho.

¡Me pregunto por qué me llama Gray! Sigue confundiendo mi nombre con el de otras chicas, especialmente con el de Gray.

—¡Es Adriana! ¡No Gray!

—¡No me importa! No puedes interrumpirme así, ¿quién te crees que eres?

—¡Adriana Chandler! Hija de tu enemigo Simón Chandler… —le digo.

Él asiente con la cabeza pensativo e inmediatamente, me apunta con su pistola a la cabeza.

—Veo que quieres tomar su lugar.

Le sonrío, —No vas a dispararme ¿verdad? —le digo con los labios fruncidos mientras me dirijo lenta y seductoramente hacia él—. Apuntarme con un arma me hace enojar mucho a Daemon —ronroneo mientras trazo mis dedos a través de su camisa negra que abraza todo su cuerpo perfectamente.

Mis ojos grises se encuentran con sus ojos verde esmeralda.

Poco a poco, saco la pistola de mi frente y la llevo a mi boca, y lamo la punta de su pistola con mi lengua.

—Realmente quieres morir, ¿verdad? Deja de llevarme a mi límite Gray. —Su voz es baja y ronca… Sé en este momento que lo que le estoy haciendo a su arma lo está afectando.

—Quiero morir Daemon, quiero morir en tus brazos —le digo, quitando el arma de su empuñadura, y puedo ver la lujuria en su mirada.

Me agarra mi cabello rubio oscuro y hago un gesto de dolor, pero no es la primera vez que lo hace, ni tampoco la segunda… Y sé lo que viene a continuación…

Sus labios se conectan con los míos con fuerza, y chispas de fuego estallan en mi interior, Daemon Banister es el único hombre que puede hacerme sentir así… Mi cuerpo reacciona bruscamente a él y solo a él.