Kim Eun estaba casada enamorada y siempre dedicada a la relación, quería complacer a su marido y hacerlo feliz, pero no sabía que estaba sola en eso, hasta el día en que logró iniciar su sueño de ser madre haciéndose un tratamiento. Aquello era algo caro y por eso había tardado tanto, pero su mayor alegría sería contarle a su marido su conquista, imaginaba que él se alegraría tanto como ella, y quizás en poco tiempo podría darle la noticia del embarazo, al fin y al cabo había esperado un tiempo antes de contárselo y el tratamiento podría haber hecho ya efecto.
Ese día Eun fue a la peluquería y se arregló el pelo y las uñas, también compró un conjunto de bebé y lo metió en una caja de regalo. Había estado en Brasil desde los diez años y Saúl había sido compañero de clase en el instituto.
No veía el momento de llegar a casa y compartir su alegría con él, al fin y al cabo eran pareja y la alegría de uno debía ser la del otro, al menos para ella que le había ayudado a crecer como empresario, y le había estado apoyando en todo, así era y pensaba que él tenía esa misma consideración con ella. La mujer de pelo asiático baja del coche con impaciencia, recoge la caja del asiento trasero y se dirige a la entrada, estaba radiante y llevaba un precioso vestido especialmente elegido para esa ocasión. Eun abre la puerta con la mano libre y se dirige al salón, su brillo desaparece al ver las maletas al pie de la escalera, no era posible que su marido fuera a viajar hoy.
- ¿Te vas de viaje de negocios y ni siquiera me lo has dicho? Te habría ayudado -intenta ser comprensiva a pesar de su frustración.
- Eun, me voy de esta casa y no quiero que digas nada, será mucho mejor si me dejas marchar.
- ¿Qué quieres decir, Saúl? Estábamos planeando tener un hijo, vengo a decirte que he empezado el tratamiento ¿y tú te vas?
- Me alegro de que no te hayas quedado embarazada, así será más fácil, ya no te quiero y quiero irme de aquí -lleva las bolsas hasta la puerta-.
- ¿Tienes otro, Saúl? Es la única explicación que se me pasa por la cabeza. Quiero que seas sincero y me digas si tienes a otra.
- No te he engañado y no voy a asumir algo que no he hecho -abre la puerta y se dirige a su coche-.