Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mimada por el despiadado jefe clandestino
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Mi encuentro con un misterioso magnate
Ciudad Jingshi, 8:00 P.M.
Emily Bai se dirigía a su casa después de un largo y agotador día trabajando horas extra, cuando de repente recibió una llamada de la policía.
"Hola, ¿hablo con la señorita Bai?", preguntó el oficial. "Sí, es ella quien le habla", le respondió Emily. "Sus amigos, el señor Jack Gu y la señorita Rose Xu han sido arrestados por el presunto delito de prostitución. En su declaración, ambos insistieron en que se encontraban en el hotel porque estaban en una cita casual. ¿Podría venir a la comisaría y testificar si ellos en realidad son pareja? Solo así podremos dejarlos salir...".
La impactante noticia dejó a Emily tan anonadada que ni siquiera se pudo mover durante unos segundos. En su mente estaba luchando para tratar de pensar o formular una oración, pero no podía articular una respuesta para el oficial. En su confusión, no se había dado cuenta de que había colgado sin querer la llamada, tampoco supo cómo hizo después para recomponerse y pedir un taxi que la llevara hasta la comisaría.
Una vez allí...
Reconoció al instante a las personas sentadas en el pasillo. El hombre era su novio, Jack y sentada a su lado estaba su amiga, Rose. Estaban recostados el uno sobre el otro, como si fueran una pareja en plena luna de miel.
Con las manos empuñadas y la ira creciendo en su interior, Emily caminó hacia ellos. Con cada paso que daba sentía como si sus pies se estuvieran volviendo de plomo.
Los ojos de Rose fueron los primeros en cruzarse con los de Emily. "Amiga, lo siento mucho...", dijo ella con una mirada engañosa, fingiendo una disculpa nada convincente.
Entonces, Jack se dio la vuelta y vio a su novia caminando hacia ellos. Sin pensarlo, apartó inconscientemente a Rose y se levantó a toda prisa antes de que Emily pudiera decir algo. "Hola Emmy", la saludó con una sonrisa nerviosa.
Aterrorizado, evitó mirarla a los ojos y de repente perdió el valor para enfrentarse a ella.
"Jack, cuéntale todo", dijo Rose.
"No digas tonterías. ¡Basta! Esto es serio". Y en seguida, Jack fulminó con la mirada a Rose, advirtiéndole que se callara o terminaría delatándolo. Luego, se volvió hacia Emily y le dijo: "Emmy, prometo que más tarde te lo explicaré todo, pero ahora necesito que le digas a la policía que somos inocentes". Su tono fue tan casual como si se tratara de algo de rutina.
Entonces, Jack extendió la mano para acercarse a ella, pero en lugar de corresponder a su gesto, Emily lo miró con disgusto y le dijo a secas: "Será mejor que tengas una buena explicación para esto".
Después de cumplir con los trámites y requisitos necesarios, Jack y Rose fueron liberados y los tres salieron juntos de la comisaría.
"Jack, ¿cómo pudiste hacerme esto? ¡Eres un imbécil!", gritó Emily enojada cuando salieron.
"¡Escúchame, Emmy!", le suplicó Jack con el ceño fruncido mientras trataba de sostener su mano, pero ella no se dejaba tocar.
"¡No quiero escuchar ni una sola palabra tuya! No después de haberte descubierto en el acto teniendo una aventura con otra mujer", le gritó a Jack. "¿Cómo te sentiste cuando el policía te acusó de haberte acostado con una prostituta? Si hubiera sabido lo que realmente estaba sucediendo, nunca habría venido a la comisaría a salvarte el pellejo". Emily se limpió las lágrimas que brotaban de sus ojos hinchados, que estaban llenos de ira y decepción.
Sintió asco cuando pensó en el descaro que habían tenido al hacer que el oficial la llamara para sacarlos de allí. Si lo que querían era hacerla enojar ¡Ya habían logrado su cometido con creces!
Avergonzado por las palabras de Emily, Jack le respondió bruscamente: "Sí, me acosté con Rose. ¿Y qué?".
Después de escuchar eso, Emily sintió un mareo muy fuerte e incluso perdió el equilibrio por un momento, al tiempo que su estado de ánimo cayó en picado. Jack se le acercó para ayudarla, pero ella lo rechazó y lo apartó con asco.
"¡Solo vete! ¡No quiero volver a verte!".
En seguida, Jack sintió cientos de punzadas en su corazón. "Emmy", murmuró, y finalmente cambió su tono por otro más amable para decirle: "Las demás chicas no significan nada, tú eres la única chica de quien me enamoro; eres la primera y la única".
Las palabras de Jack atizaron los celos de Rose, pero fingió ser comprensiva e intentó persuadir a Emily con una voz gentil: "Emmy, él tiene razón. Tú y Jack están hechos el uno para el otro, yo nunca sería capaz de quitártelo...".
"¡Cállate!", la interrumpió Emily con firmeza y rechinando los dientes. "¡No tienes derecho a decir nada, puta desvergonzada! ¡Se acabó! Ya no somos amigas".
"Emmy, por favor no me hagas esto...", suplicó Rose en un tono triste; pero sus ojos la delataban, pues revelaban su descaro y arrogancia.
¡Puras mentiras! De no haber sido por Jack ella nunca se habría hecho amiga de una mujer como Emily. Ahora que había logrado su propósito, poco sentido tenía seguir esforzándose en interpretar un papel que no quería.