Me miró al espejo y no puedo creerlo, he subido diez kilos más de peso desde que cumplí 30 años, no hay ropa que me combine como yo quisiera, hace mucho tiempo no veo la mujer que era hace unos años, ahora solamente veo una forma de proporciones anchas y poco curvas, mi cara tiene un par de ojeras, un sin fin de manchas que supongo yo son gracias al paso del tiempo y mi descuido, pero qué más da.
He dedicado mi vida a mi matrimonio, mi carrera profesional, mis hijos, y a mis objetivos, aunque cuál matrimonio... siempre fui una mujer dedicada, terminé mi escuela bachiller muy joven, a los 16 años, inmediatamente fui becada para entrar a una buena universidad, empecé mi carrera como contadora, no fui de una familia adinerada, así que debía sostenerme de cualquier manera para poder cumplir con ese sueño, el de ser la mejor de todas las contadoras y poder así tener todo lo que quería.
Cuando cursaba sexto semestre conocí a Larry, un joven hermoso cuatro años mayor que yo, estaba por graduarse, su familia era adinerada y él podía darse todos los lujos que él quisiera, mientras yo hacía maromas trabajando aquí y allá para poder cubrir los gastos extras que la vida me daba para poder estudiar, por cuestiones del destino se fijó en mí, y es que recordando bien , en mi podría fijarse cualquiera, mi cabello largo hasta la cintura, mi pecho sobresaliente, y mis caderas anchas hacían que cualquier hombre se fijara en mí , mi rostro era blanco y limpio, no era muy alta, pero cualquier zapato alto de 8 centímetros ayudaba a disimular lo pegada que estaba al piso.
Larry era un hombre alto, de 1.80 de estatura, galante, acuerpado, tenía un cabello negro liso que se movía con el paso del viento, todas estaban locas por él, no sé porque yo no, pero se fijó en mí, y de pronto empezamos a salir, el me invitaba todo lo que yo quisiera, relativamente, éramos un par de estudiantes y nuestras demandas eran sencillas, un par de cafés, unas hamburguesas, unas salidas a cine, un viaje a cualquier villa cerca y así, yo creí que estaba en el cielo.
Al comienzo era un hombre atento como todos, amoroso, caballeroso, me subía al cielo, y me bajaba la luna (pero quién se lo pedía, a veces tantas atenciones eran empalagosas) , jamás tuve un novio antes de él, así que asumí que así funcionaban las cosas , poco después de que obtuve mi título como contadora, con un par de diplomados y una tesis meritoria , el decidió pedirme matrimonio después de 3 años de noviazgo algo que fue una sorpresa para mí, pero en mis adentros que más quería yo, joven, profesional, con un esposo adinerado, lo suficiente para poder vivir cómodamente sin preocupaciones, "me amaba".
Su familia era perfecta, solo sus padres y un hermano, todos me querían, porque yo era el ejemplo de una mujer que todos quieren tener, no disfrute mucho de mi estancia en la universidad solamente dedicaba mi vida a los estudios, a hacer mis mejores esfuerzos y obvio a mi Larry, a mi príncipe que en entre todas las doncellas me eligió a mí.
Paso un par de meses.
Se llegó el día de la boda, nunca habíamos tenido una pelea, solo discusiones que no pasaban de dos horas molestos y luego reconciliados, a pesar de todo ya habíamos tenido una vida marital, dónde tuve buenas experiencias junto a el pero ahora creo que fue lo básico. (no entendía el goce del cuerpo, pensaba que era diseñado para convertirse en una máquina de reproducir).
Mi humilde madre estaba feliz de ver triunfar a su hija, nunca tuve padre y fui hija única por lo tanto mi familia solo era mi madre y un par de primas a las que quería como si fueran mis hermanas.
La familia de Larry, los Nicholson no eran los más millonarios, pero si de renombre, eran dueños de una empresa de plásticos de la ciudad la cual era bastante reconocida, y les daba buen auge para tener buenos lujos y así vivir más que bien.
El día que dije SI ACEPTO no imaginé que sería el día en que mi alma moriría, aunque mi presencia física estuviera aún presente.
Pasaron un par de años conseguí mi primer empleo como contadora en el Estado, a través de un concurso y un poco de ayuda de mi suegro logré un puesto con una buena remuneración salarial que me hacía vivir cómodamente y ayudar a mi madre, conservaba el dinero solo para mí, ya que mi afortunado esposo ya lo tenía todo, mantenía nuestro hogar, solo me permitió trabajar para que yo pudiera desempeñar mi carrera, ya decía el que el deber de mantener el hogar era del hombre, las mujeres debíamos quedarnos en casa haciendo los que haceres y teniendo hijos, pero yo no entendía eso.
Yo quería mucho más, mis sueños no se limitaban a estar en una enorme casa limpiando paredes y cambiando pañales.
Después de lograr mi empleo comencé a ahorrar mi dinero, mi sueño siempre fue tener una firma contadora pero no quería hacerlo por medio de Larry, sentía que yo podía hacerlo mucho mejor sola.