Theo⸺Año 2015
⸺Adiós papá, adiós mamá⸺ que dolorosas palabras tuve que decir.
Hace dos años tuve que salir de casa para ir a estudiar a la metrópoli de la ciudad. En nuestro pueblo no había aspiraciones de vida, tenías que tener influencia con algún político o ser un narco. Yo quería estudiar y ser alguien en la vida, sacar adelante a mi familia de una manera honorable. Los amaba mucho a pesar que no tuve los privilegios necesarios como todo niño normal. Aventurarse a un nuevo ambiente no es fácil, pero tenía una motivación: salir adelante y ser independiente.
Me llamo Theo, 21 años, pelo crespo, tez blanca y a un año de graduarme con honores como profesor de Química. Diría que me siento orgulloso, pero no es lo que me preocupa. Siempre quise ayudar a las personas, sé que suena ostentoso, poco probable y muy trillado, pero quisiera cambiar al mundo. Mi familia y yo somos cristianos, sé que has oído hablar de ellos. Pero tranquilo, no somos una secta ni nada por el estilo, solamente vivimos conforme a la biblia.
Pero basta de parloteo, no les contaré mi historia, sino la de ella. Que debe de ser sabida por todo el mundo. Y su historia empieza ahora, en el presente.
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⸺Rayos voy tarde⸺ dije angustiado, hoy era el examen final y no podía perdérmelo por nada, no puedo hacer eso. De eso depende si mantengo la beca o no.
Después de orar unos segundos me dispuse a salir de la casa muy apresurado, bendita ventaja que la universidad me quedé a dos calles de mi casa de alquiler. Vi la calle y estaba repleta de gente hoy ¿Qué pasaba? ¿Todo estaba en mi contra? ¡Ayúdame Jesús!
De repente sentí hambre, pero no de esas hambres normales que puedes calmarlas con una menta, sentí un hambre muy fuerte, no había cenado ni desayunado por hacer las clases, si seguía así podría desmayarme en pleno examen. Oh, no.
Me detuve enfrente a un puesto de comida rápida y compré lo más rápido que pude. Mientras devoraba la comida escuche un quejido entre el mar de personas que pasaban rápidamente por la calle. No le preste tanta atención y seguí comiendo, luego se oyó una y otra y otra vez. Miré a mí alrededor y la vi. Una chica andrajosa, una mendiga de la calle, maltratada y con señales de desnutrición. Estaba suplicando por un poco de comida al mismo hombre al que le compre el plato de comida, pero este le había hablado mal y le había tirado un cubierto para que se vaya.
Me sentí impotente ¿Qué debía de hacer? Aun me quedaba un poco de comida en las manos, pero no es suficiente. Pensé por un momento ¿Qué haría Jesús?
Las palabras de Jesús en la biblia llegaron como relámpago hacia mí: “Confía en el señor, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad”
Tengo que ayudar a esa chica.
Saque un poco más de dinero que tenía guardado y me acerque al puesto de comida. Compré un plato de comida más grande y miré a la chica. En sus ojos pude ver lo que sentía y el sufrimiento que guardaba desde hace mucho tiempo. Me acerqué lentamente y le ofrecí el plato. Ella se asustó, pero luego con miedo, acepto y tomó el plato desesperadamente. Sonreí, se sentía bien ayudar a alguien.
⸺ ¿Por qué la ayudas? Solo es una marginada y mugrienta mendiga, puede ser que se aproveche de usted para robarle⸺ oí decir al señor que me vendió la comida.
⸺ Es mejor dar que recibir, todo el mundo merece una bendición de Dios⸺ contesté firmemente.
⸺ Estás loco⸺ dijo el señor y di por terminada la conversación.