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Nuestro Placer #Libro 2

Nuestro Placer #Libro 2

Rocio_CE

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Capítulo

Ser una periodista no es nada fácil cuando se tiene pensamientos perversos y una mente que maquina muy rápido. Ese es el mayor problema de Ada. Quien gracias a una noche en la disco cambia su vida para siempre al enredarse con quien sera parte de su trabajo. Y una de sus reglas fundamentales es: nunca unir lo profesional con lo personal. Cristián es todo lo que Ada busca en un hombre y no tiene miedo si el premio a eso es caer por ese hombre que tanto le gusta.

Capítulo 1 Disco

Suspiro pesadamente mientras recojo los papeles que se esparcen sobre el escritorio. Esto está cada vez más difícil.

Amo mi trabajo, pero eso no significa que este no me agote por todo el tiempo que invierto en él, además de que siento la presión de no cometer ningún error, algo de los que mis otros compañeros son libres. Mi presión se debe a una persona que lleva nombre y apellido y que justo ahora anda rodeando el lugar como si buscara el más mínimo fallo en lo que hago para ir corriendo a reportarlo.

Sara me mira desde la esquina con mala cara; no la soporto. Solo por ser hija de la jefa cree que es mejor que todo el mundo. Patética.

Sara es la chica hermosa, pero que prefiere invertir el tiempo en molestar a los demás que a su trabajo que es para lo que se supone que está aquí. Nadie en el programa congenia con ella ya que la chica es una narcisista horrible que se cree que camina sobre oro, cuando en buenos periodistas aquí todos le llevamos muchos escalones de diferencia.

Yo me siento muy orgullosa de mi. No estoy en mi puesto gracias a que mi mamá me subió de nivel. No. Fue mi esfuerzo y todo lo que he trabajado hasta ahora.

Odio a las personas como ella. Personas que no se esfuerzan en alcanzar las cosas porque lo tienen todo. Y no obstante a tenerlo todo, juega prácticamente no lo que tiene en manos. Sara no es una mujer que se esfuerce en mantenerse donde está, porque errores enormes que ella comente se pueden ocultar ya que es la hija de la jefa, pero el más pequeño error de uno de nosotros nos cuesta una salida.

Sara desde que llegué al programa de televisión para noticias me odia, desconozco las razones y tampoco me interesa porque ella y yo no hablamos, pero ella usa la mayor parte del tiempo para tratar de menospreciarme. Lástima que no me interesa lo que piensen sobre mí. Solo cumplo con mi trabajo, es de lo que vivo. No vivo de sus comentarios fuera de órbita e indirectas que entiendo perfectamente.

Termino todo lo que tengo que recoger y lo tomo en brazos. Tengo que volver a casa porque ya se está haciendo tarde, solo espero que Anne no haya cometido ninguna idiotez con el novio.

—Ada—el llamado de Laura me hace detenerme y mirarla.

Laura es una compañera de trabajo y con la que mejor me llevo. Es amable, aunque bastante sincera y muy animada. Siempre me pregunto de dónde saca tanta energía. Tiene una linda sonrisa que hace que sus ojos azules claros brillen y el cabello negro le llega hasta los hombros, la tez clara de su piel la hace parecer una muñequita.

—¿Pasa algo?—pregunto con una sonrisa masajeando un poco mi cuello ya que últimamente estoy muy estresada.

—Como hoy es viernes, todos vamos a una disco, ¿te apuntas?—miro el lugar donde se encuentran varios de mis compañeros y muerdo mis labios sin querer.

Un error que nunca cometo, pero que con Jordan sí; acostarme con él.

Jordan Smith es uno de mis compañeros del programa, un día salimos a un bar para celebrar que me habían ascendido. Las cosas se salieron de control y termine con él en un baño del bar. Nada bonito ¿cierto? El problema es que él cree que tenemos una conexión luego de eso y ha intentado de todo para que le acepte una cita. Él es guapo y muy divertido, pero no es el tipo de hombre por el cual enloquezco.

No niego que es guapo y el sexo con él fue bueno. Pero no me gusta ligar el trabajo con mi vida personal, trato de siempre evitarlo por todos los medios. Aunque siempre lo evito Jordan no se da por vencido y por la determinación que sus ojos mantienen sobre mí, me doy cuenta que hoy tampoco piensa ceder a la estúpida idea de él y yo juntos.

—Bueno es…

No encuentro palabras para decirle a Laura que evito a Jordan cuando ella no sabe que él y yo nos enrollamos. De hecho, me alegro de que Jordan nunca lo haya divulgado ya que me gusta mantener mi vida privada de esa manera.

—Anda, están inaugurando ese nuevo sitio, debe de ser genial—le sonrío un poco y asiento ante el entusiasmo que despliega.

—Creo que necesito quitarme le estrés que llevo acumulado—ella levanta el pulgar en señal de que está de acuerdo conmigo y le doy una sonrisa de boca cerrada mientras ambas caminamos hacia el grupo que nos espera.

—Así que la princesa del programa nos acompaña—murmura Jordan sin contener la alegría de que sea así.

—Espero las distancias—comento de manera distraída.

Lástima que no pretendo que su cuerpo me toque de manera sexual ni cariñosa. Él es como la clase de hombres que se pegan como un chicle molesto y por más que tú seas sincero con ellos no aceptan un no. Es un verdadero fastidio.

En el camino evito por todos los medios hasta tener una conversación con él. Miro por la ventana y me doy cuenta que llevo tres meses sin recibir atención masculina. Puede que esta noche me enrolle a un chico guapo que NO sea Jordan.

Al llegar entramos y nos ubicamos en las mesas libres que encontramos uniéndolas para poder estar todos. La pista de baile está impregnada de personas que disfrutan que hoy es viernes y tendrán un fin de semana lejos de estudios y trabajos molestos. A pesar que amo mi trabajo, llega un momento en el que a veces es demasiado fastidioso.

—¡Vamos a beber!—grita feliz Laura siendo como siempre, el alma de la fiesta.

—¡A beber!—gritamos todos con una sonrisa.

Esperamos que traigan las bebidas y luego todos tomamos la copa y bebemos el líquido hasta el fondo. Me doy golpecitos de felicitaciones en la espalda mentalmente ya que no soy el tipo de chica que no aguanta una copa. Beber se me da bien ya no me embriago de inmediato.

Comenzamos una conversación en la cual tenemos que gritar un poco para escucharnos ya que el sonido de la música es alta. Las copas siguen llegando mientras bebemos riéndonos cuando uno de los chicos técnicos del programa hace un chiste buenísimo que casi me hace escupir mi bebía de la boca.

Pierdo la cuenta de cuantas copas llegan a nuestras manos, pero realmente me siento cómoda en este grupo donde lo único molesto es la mirada de cachorro abandonado que tiene Jordan, pero que ignoro muy estratégicamente. Hoy no estoy para hombres que no aceptan que una mujer no cayera por ellos.

Lo cierto es que Jordan no es un mal partido, es guapo, trabajador y muy inteligente, el problema es que no me gusta que me hostiguen y este parece ser el pasatiempo favorito de él.

—Voy a bailar—anuncio cuando ya el alcohol hace efecto en mí.

—Te acompaño—dice Laura un poco chispeante a mi parecer.

Alguien aquí es mala bebedora.

Ambas nos levantamos de la mesa donde los que quedan hacen un ruido de alegría a lo que nosotras hacemos reverencia, luego miro la pista de baile donde las personas saltan enloquecidas.

Nos ubicamos en la pista y movemos nuestros cuerpos de manera sensual. Tengo que admitir que me encanta bailar, el problema con esto es que solo lo hago bien cuando hay alcohol en mi sistema ya que sin una gota parezco un palo queriendo moverse, si, así de fuerte es la cosa.

Laura se ríe mientras se mueve y me anima a bailar, ambas sentimos la música en nuestro cuerpo porque cantamos mientras nos movemos. Me olvido por completo de todos mis problemas y del estrés dándole paso a este momento donde solo me divierto con una amiga luego de un pesado día de trabajo.

Laura me señala un chico y miro, le doy una sonrisa levantando mi pulgar a lo que ella asiente y camina hasta el chico. Le dice algo y luego el chico coloca sus manos en la cintura de mi amiga, ella me muestra el dedo pulgar por lo que le sonrío y continuo bailando sola.

Una mirada pesada cae sobre mí, pero es difícil distinguir de quién es ya que la multitud danza por todos lados. Mis ojos escanean el lugar en buscan del culpable, pero es en vano. Una suave respiración se posa en mi oreja enviando extraños, pero exquisitas corrientes eléctricas por todo mi cuerpo haciendo que se erice en el proceso.

—Sigue bailando—una voz orgásmica se escucha en mi oído y muerdo mis labios. Es esa clase de voz masculina que fácilmente puede volver trizas tus bragas por lo bien que suena, además de que dicha voz viene acompañada de un exquisito perfume que me hace cerrar los ojos para apreciarla.

Sin decir ninguna palabra me muevo y el sujeto coloca ambas manos en mis caderas, sin llegar a pegar su cuerpo, bajo la mano apreciando algunos anillos de plata que tiene. Consumida por la curiosidad hago un giro lento para encontrarme cara a cara con el sujeto que sujeta mi cuerpo.

Agrando mis ojos viendo como Dios de seguro envió a su ángel más bello para que yo me corra con solo mirarlo. Un tipo con los ojos avellana más bonitos que he podido ver en mi vida, estos parecen brillar con malicia y picardía. Sus labios entreabiertos en una pequeña sonrisa que me deja fantaseando por más. Mis ojos curiosos miran esos labios estirados y cuando él los lame tengo que tragar en seco.

Dios mío, como podría utilizar esa boca.

Lo imagino con sus labios rodeando mi piel, lamiendo y luego levemente succionando hasta dejar una marca que me recuerde que fue real y no solo una fantasía pretenciosa. Lo desnudo mentalmente ya que se ve que mantiene su cuerpo en forma por la manera en que la tela ajusta su piel.

—¿Quién eres?—pregunto moviéndome de manera insinuante y el chico aprieta de manera peligrosa mi cintura.

—Podría asustarte mi respuesta—habla y es una delicia escuchar a este hombre.

Su respuesta me hace enarcar una ceja de manera sugerente porque parece que encontré lo que quería esta noche; un escape de mi estrés.

—Muy pocas cosas pueden asustarme—aseguro y él sonríe.

—Eres valiente—me encojo de hombros.

—Responde a la primera pregunta—una de mis manos rodea su muñeca y por un momento sus ojos pasan a ese roce para luego volver a mis ojos.

—Solo soy una persona a la cual se lo levantaste con solo bailar—susurra con esa voz saca orgasmo que tiene.

—Que directo—le respondo mientras me acerco más a él colocándome de puntillas y dejando un beso en su cuello, cuando me alejo el hombre frente a mi tiene todavía más oscurecida la mirada.

—No sabe cuánto, como que ahora imagino esos bonitos labios que tienes haciendo cosas más placenteras que solo hablar—mi respiración se agita con su declaración y él es un atrevido que coloca una mano en mi vientre plano—¿puedo tocar?—cuestiona divertido y parezco una idiota cuando asiento—imagino muchas cosas que podría hacerte esta noche, ¿te animas?—cuestiona mientras una de sus manos sube hasta tocar con suavidad mis labios.

—Creo que hablas mucho y haces poco—él se ríe mientras me observa con mucha curiosidad.

—Vamos—doy una mirada rápida y Laura está besando a un chico que conoció. Me pierdo entre las personas con el hombre misterioso ya que no me ha dicho nombre.

Me sorprende llevándome a la zona VIP donde solo hay unas cuantas personas, pero él continua hasta la terraza donde solo una cortina separa a todos de nosotros.

Su cara se entierra en mi cuello en silencio y mi respiración se convierte en caótica. Él hombre que aún no me dice su nombre toca mi cuello son paciencia volviéndome un charco cuando la calentura comienza a ganarme, por ello envuelvo mi mano en la tela de su camisa haciendo que sus labios impacten contra los míos.

Sabe a Wiski mientras me le como la boca como una demente y él corresponde con ardor a mi muestra. Siento su lengua abrirse paso en mi boca sin miramiento y gimo cuando una de sus manos acaricia la piel desnuda de mis muslos, no va más arriba, él simplemente toca con suavidad haciéndome sentir más y más necesidad en mi centro.

Joder, cierro los ojos cuando besa mi cuello mientras aprieta mis pechos por encima de la ropa. Él sigue bajando los besos y lo veo subir mi vestido hasta cintura. La adrenalina de que alguien nos encuentre en tan excitante momento me pone a mil y siento la humedad en mi parte más íntima.

—No estas borracha ¿verdad?—lo oigo preguntar y bajo la mirada encontrándolo de rodillas mirándome fijamente con una sonrisa relajada que me hace juntar las piernas. Es demasiado sensual para mi propio bien.

—No—respondo lamiendo mis labios.

—Esto será divertido—sus dedos me tocan por encima del encaje de ropa interior y muerdo mis labios respirando hondo—mojada, muy mojada—susurra despacio.

Rompe el encaje y pronto solo veo su cara enterrada entre mis piernas y muerdo mis manos para no gemir tan alto que todos en la disco me escuchen.

—¡Mierda!—gimo sin contenerme. El chico que aún no me dice su nombre me está chupando de una manera tan potente que siento que me puedo correr en cualquier momento. Tengo que colocar bien mi cuerpo para no caer mientras él es más descarado pasando una de mis piernas por sus hombros y sigue su cometido como si fuese lo más delicioso que ha hecho en toda su vida.

Mis manos sujetan su cabellera rubia con fuerza para acercándolo más, miro hacia el cielo oscuro quien es testigo de los acontecimientos en esta terraza. Dios mío.

—No te controles—susurra y un cosquilleo me llega por todo el cuerpo.

—Esto... Dios... no aguantaré.

Palabras sin coherencias son las que me invaden, mis pensamientos solo se centran en el hombre que esta de rodillas haciendo que toque el cielo solo con su lengua.

Uno de sus dedos se adentra de sorpresa en mi interior y me corro tan fuerte que él sujeta mi cintura para que no caiga al suelo mientras se bebe todo de mí.

Respiro agitadamente cuando veo que se levanta y lame sus labios húmedos. Pasa un brazo por su mentón para eliminar lo que dejé ahí.

—Deliciosa—muerdo mis labios viendo como me sonríe—¿ya no soy sólo palabras?—pregunta guiñándome un ojo para luego sonreír.

Esa sonrisa podría convertirse en un pecado para mi

Solo nos miramos mientras yo me recompongo de un glorioso orgasmo y él simplemente me mira y lo más extraño es que no parece un psicópata, solo un chico guapo al cual le atraigo y quiere follar conmigo.

Un teléfono suena haciendo que ambos reaccionemos. Es el de él.

—¿Qué quieres?—pregunta mientras juguetea con su labio inferior y mis pensamientos se concentran en esta acción—ocupado—no dejo de mirar como lo muerde y lo hace rodar—¿en serio? Me vas a deber una grande por esto. Bien, voy para allá—cuelga y se acerca hasta mí, entierra su cara en mi cuello y succiona fuerte haciéndome jadear de sorpresa—tendré que irme, espero vernos pronto—se aleja y me deja siendo un caos.

Ningún hombre me ha dominado mientras que él me ha hecho sentir una sumisa por un momento, todo lo que mi cuerpo en este momento llama es a él, lo quería entre mis piernas.

Sonrío como tonta mirando mi encaje hecho trizas en el suelo, creo que ya debo volver con todos.

Esta ha sido una noche algo loca.

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