Perdí a mis padres cuando aún era un niño, así que me vi obligado a
vivo con mi tía Sara, que era la hermana mayor de mi madre, y su
esposo Juan. Recuerdo que nuestras familias nunca habían estado juntas.
y que vivíamos lejos el uno del otro. Aun así, eran
primero en ser contactado por el trabajador social cuando me quedé huérfano, pero
par a mi desgracia estaban totalmente interesados en hacerse cargo de mi
Guardia.
Debido a este desafortunado acto del destino, dejé al niño atrás.
feliz de lo que solía ser, ya que sentí que mi vida estaba siendo succionada de mi
peor manera posible. Lo perdí todo: mi orgullo, mi fe en la gente y,
principalmente, mi poder de elección.
Pasé años siendo abusada por mi tío e ignorada por mi tía y
primo. Nadie dentro de esa horrible casa parecía ver lo que estaba haciendo.
conmigo cuando bebía, y por las noches solo podía rezar para que todo
sucedió lo sufcientemente rápido como para dejarlo en paz
otr a vez.
Los días se convirtieron en meses, que se convirtieron en
años. Cuando cumplí 17 años, se me metió en la cabeza que lo haría
cualquier cosa, cualquier cosa, para alejarme de esa vida y,
principalmente, el terror de estar a merced de John. cada vez que el
me tocó, me sentí asqueado, me sentí sucio, dañado... Para alejarme de eso,
T erminé involucrándome con Peterson, el padre de los niños para quien
Tr abajé como niñera en mi tiempo libre y a los pocos meses no tenía
sólo mi salario, sino también una generosa asignación que recibí como
regalo para "mis placeres".
Fue gracias a Peterson, que un año después logré salir de la casa y
mudarse a Londres. Pagó todo, desde el apartamento hasta mi
más gastos superfuos, a condición, por supuesto, de que me quede a su
disponible cada vez que estaba en la ciudad.
Después de todo lo que había pasado, el abuso y el desprecio de los
personas que deberían haber sido mi familia, opté por no pensar en cómo
mal fue lo que hizo. no me importaba nada en absoluto
er a mejor que sufrir a manos de mi tío idiota. Peterson y yo
terminamos quedándonos juntos hasta el día en que su esposa se enteró de
yo y yo tuvimos que despedirnos de la buena vida que tu dinero me
previsto.
Puedo decir que este fue el punto de infexión en mi vida, cuando me vi
solo en una gran ciudad como Londres, sin ningún tipo de apoyo y
Porcompletamente humillante queroto. fuer Yo aer admitirlo,a una niña lo perdida único que a los tenía 18, ypar pora ofrecerqué era
mi cuerpo. Y eso es exactamente lo que hice.
No tenía nada que perder, y mucho menos alguien con quien estar.
importa, así que ¿por qué no?
Meses después de tomar esa decisión, ya era compañero de
lujo, frecuentaba los mejores lugares en busca de clientes ricos y
pagaría mi precio. Si tuviera que ser una prostituta, me gustaría ser la
más bien, quería peces grandes y poderosos.
Así que a los 19 vivía en un apartamento elegante en el centro
de Londres, asistió a la universidad y tenía todo en una chica
mi edad podría querer. Hice viajes con mis clientes, reservé
presencia en los mejores clubs y boutiques y cenamos en los más
so fsticado en la ciudad.
Mis compañeros de la universidad pensaban que yo era sólo otro
niña rica apoyada por sus padres, incluso Babi, mi único amigo,
pensaba así y no quería ni imaginarme su reacción si se enteraba de la
lo que hice para mantener mi alto nivel de vida.
Tuve una vida envidiada por muchas chicas, ganaba bien,
Tr abajé poco y tuve todo lo que siempre quise y me negaron, todo