Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
¡Podría ser tu padre!

¡Podría ser tu padre!

Kea Cami

5.0
calificaciones
184.2K
Vistas
71
Capítulo

Yo no soy una mujer que se se deslumbre fácil, pero si alguien me gusta, no paro hasta conseguirlo, ¿La edad? La edad para mi no es ni será un freno. Ahora ¿Qué él no quiera nada conmigo? ¡Nah! Eso tampoco es un freno. Si digo que lo consigo lo consigo. ¡Y sí! Podría ser mi padre, pero ¿Lo es? No, así que todo se vale.

Capítulo 1 1: ¡Hola, soy la mujer de tus sueños!

— ¡Ahhh ahhhh!! — agarro mis auriculares para no escuchar a mi maldita y activa hermana.

La amo con mi vida gente, pero... ¡Por favor! No es nada lindo escucharla tener sexo con su novio todos los días.

Definitivamente hoy me voy a cualquier lado.

Mientras uso los auriculares con la música a todo volumen busco algo de ropa y pienso ¿A dónde iré?

¡Ya sé a dónde!

Agarro mi mochila y salgo, Liv dudo que me preste atención.

Voy camino a mi alojamiento de esta noche, ya veo que muy probable quiera sacarme a las patadas, pero... ¿Cuándo no consigo lo qué quiero? ¡Jamás! Creo que lo podría considerar mi súper poder, conseguir lo que quiero no importa lo difícil que sea, lo obtengo.

Bajo y noto que todo sigue igual, ¡Buen trabajo Demiancito!

Golpeo la puerta pero nadie contesta, sigo golpeando hasta que Demián muy serio me atiende.

Me mira de arriba abajo, mira a los lados viendo si vine con alguien más.

— ¿Lilian? ¿Qué haces acá? — sonrío.

— Vine a quedarme por hoy — lo aparto de la puerta y entro sin su permiso.

— Hey, no dije que sí, ¿Qué te crees? — dejo mi mochila en el sillón.

— ¡No seas mezquino! — arquea una ceja y me mira enojado. — ¡Dale! No aguanto más estar con Liv y Gabi en la misma casa. — Levanta ambas cejas sin entender.— Se la pasan teniendo sexo y son ruidosos. — revoleo los ojos.

— ¿Y a mí qué? — Hago ojitos pero mi maldito primo insensible ni siquiera se inmuta.

— ¡Solo hoy! Te puedo dar consejos y... no sé hablamos de lo que quieras — Achina los ojos.

— ¡Solo hoy! — levanta el dedo índice.

— Sos el mejor Demiancito — me tiro en el sillón. — ¿Qué haces para divertirte? — resopla.

— Estar en silencio sin nadie molestándome — espeta de mal humor.

— Ay dale Demiancito, ¿Estas todo el día acá llorando por Penny?

— Emm sí, ¿Está mal? Porque según tengo entendido es mi puta casa y hago lo que se me da la regalada gana ¿No?— Uy este está hecho mierda, mira vos la pequeña Penny pega fuerte.

— Lo siento — suspiro acostada en el sillón, a veces para no decir siempre puedo ser bastante hija de puta, insensible y no tengo puto tacto, cosa que noto una vez que metí la pata como ahora. — Podemos hablar si querés — Miro a Demián con cara de "Lo siento".

— ¿Te vas a burlar no? — me levanto acercándome a él, que está sentado en el merendero.

— Lo juro que no — sonrío a modo de disculpa — No sabía que estabas tan mal, bueno ya pasaron varios meses Demián, pensé que fue capricho del momento, solo era buen sexo, claramente eso me parece raro, pero podía pasar, no creí — hago señas con las manos como si quisiera decir algo pero no me sale la expresión— Boludo no pensé que estabas así tan enamorado. — Me mira bastante mal.

— Y yo cuando pienso que no podes ser más molesta lo sos. — Abro los ojos un poco ofendida.— Sos igual a tu mama, la diferencia que ella al menos se enamoró, no sé cómo el tío Erik hizo para conseguirlo, pero gracias al cielo imagínatela sino, igual a vos. — Auch, eso dolió.

—No te pases Demián, ya entendí fui una perra y lo siento — sonrío encogiéndome de hombros — Prometo ser madura para hablar — levanto la mano a modo de promesa.

Pensándolo bien, me fui a la mierda, a veces se me olvida que no todos manejan mi humor.

— ¿La extrañas?— me mira como si hubiera preguntado algo obvio. — Okey no hablamos de tema entendí — camino al sillón, agarro mi mochila para irme, muy mala idea venir acá.

Me acerco a la puerta.

— Dale molesta, arriba hay habitaciones libres, no entres a la mía y hablo en serio Lilian — me doy la vuelta y hago seña de soldado.

— Prometo que solo es hoy, gracias y... perdón Demián— rueda los ojos y sacude su mano para que suba.

.......

— ¡Ma!

— Lil ¿Qué pasó? — responde mamá al otro lado del teléfono.

— Necesito alojamiento, ¿Puedo volver a ser mantenida?— ya me la imagino arqueando una ceja confundida — Chiste, me voy a mudar del departamento, a uno sola o con Ámbar, pero....

— ¿Por qué te mudas? ¿Pasó algo?

— Tu maldita y sexosa hija, mi hermana.

—Ahh ella y Gabi le dan a lo lindo ¿No?

— Exacto, imagínate lo incomodo que es, obvio eso no se lo digas a papá que le da un infarto.

— Lo sé, ¿Crees que soy boluda hija? Aunque no le vendría bien caer en la realidad y entender que sus hijas COJEN. — Ay mamá tan explícita que la amo.

— Bueno no nos desviemos, ¿Puedo o no ir a casa un tiempo?

— Obvio, es tu casa Lil — Sabía su respuesta pero siempre es bueno preguntar.

— No te quito privacidad para...

— Eso lo podemos hacer en cualquier lado

— Mucha info Ma — la escucho reír del otro lado

— Okey, venite nomas entonces

— Gracias Ma, nos vemos — Corto la llamada y agarro mis cosas.

Bajo la escalera y ahí está Demián desayunando solo sin decir nada. Me siento un poco mal por él, supongo que enamorarse y no estar con esa persona debe ser feo.

—¡Buen día! — me mira y asiente mientras levanta la mano a modo de saludo. — Yo ya me voy a casa, gracias por dejarme quedar — me hace una seña.

— Desayuna algo, no soy un ogro — me acerco sentándome en la otra silla. — ¿Ya conseguiste donde quedarte?— Aw Demián se preocupa por mí.

— Si voy a ir a casa, con mamá y papá, es mejor que estar con eso dos que parecen adolescentes.— Asiente y me pasa la jarra de café.

Desayunamos en silencio hasta que me animo a preguntar algo que me da curiosidad.

— ¿Puedo preguntar algo? —me mira dudoso.

— ¿Es de Penny? — asiento — Pregunta nomas.

— Vos... ¿Venias acá con ella? — Asiente — Y... ¿No la extrañas más estando acá? — suspira y en sus ojos veo algo que nunca vi en Demián, ¡Uy está hasta las manos! Si nomas le brillan los ojos de pensar en ella.

— Parece masoquista lo sé, pero en realidad no quiero olvidarla, solo son cuatro años y... acá, tengo muchos recuerdos lindos con ella, me sirve para no olvidarme cuanto la amo — A la mierda muy profundo eso — Así que la respuesta seria, sí; venia acá con ella y no; no la extraño más, esto me ayuda a recordarla mientras la espero. — Demián es muy tierno enamorado.

— Todos se equivocan con vos Demián — me paro metiéndome un pedazo de tostada en la boca — Sos bueo — trago para poder hablar bien — Sos un buen chico, Penny tiene suerte — sonríe y me empuja.

— Ya ándate que no quiero que descubras que tengo corazón porque te vas a abusar. — me empiezo a reír mientras salgo.

****

— Te quiero cuñada— no puedo evitar reírme de las palabras de Gabi, me quiere porque les dejo el departamento para ellos solos y van a poder tener sexo como malditos conejos todo el día.

— ¡Y yo! No te pongas mal Liv te quiero nos vamos a ver — grito mientras salgo.

Soy la mejor hermana, me sacrifico por ellos, aunque pensándolo bien no es tanto sacrificio.

Subo mi maleta al auto, volver a la casa de mis papas no sé qué tanto funcionara pero no será demasiado tiempo, voy a apurarme para conseguir algo, debería hablarle a mi madrina Susan a ver que me recomienda y de paso que me consiga algo que cumpla las tres B, bueno, bonito, barato, ni que fuera millonaria, aunque si fuera un parasito que vive de sus papás, podría pagar cualquier lugar, pero no es así, me gusta tener mi plata. Lo cual aumentara pronto ya que voy a empezar a trabajar en la empresa de papa junto con mi amiga Ámbar. Pero voy a trabajar de verdad, hasta va a traer a un empleado, algún viejo sabiondo que nos oriente en el funcionamiento de la empresa. Dudo que lo necesite, estudie marketing empresarial, no soy una persona desactualizada, dudo que un viejo gestor marketinero que estudió hace mil siglos me vaya a enseñar algo.

¿Soy presumida? Para nada. Bueno quizás sí.

Estaciono en casa y veo un auto desconocido, deben tener visitas, ¡Meh! Literal no notaran que estoy, puedo ser una persona demasiado silenciosa cuando quiero.

Toco timbre porque ya no tengo llave de acá. Sale mi mama y me abre la puerta.

— Llegaste, escúchame hay un tema — arqueo una ceja mientras entramos. — Llego el amigo de tu papá y el muy denso de tu padre no lo quiere dejar ir a un hotel, le dio la habitación que era tuya y de Liv — me mira apenada — Cuando me di cuenta de avisarle que venías ya se la había dado, así que te quedas con la ex habitación de Tomi — revoleo los ojos.

—Entonces mi habitación ¿Se la tengo que dar a un viejo? — hago un puchero.

— Ay Lil ni que Danniel fuera tan viejo, pero en síntesis si, te robo la habitación.

Chasqueo la lengua mientras terminamos de entrar y automáticamente me arrepiento de lo que dije antes, si esa cosa hermosa que está en el living de la casa es el amigo de mi papa, le doy la habitación y... Uff le doy todo, compartimos la cama también.

Alto, castaño, ojos claros, sonrisa perfecta, los años justo de madures y...

— Llego Lil amor — mi papá me sonríe y el hermoso espécimen que está hablando con él se levanta como todo un caballero extendiéndome la mano, no me molesta, pero que ganas de que me dé nalgadas con esas manos.

Lil "Control mental"

— Hola Lil él es un amigo de años— Yo me pregunto papá ¿No me podía presentarme a tu amigo antes?

— Un gusto soy Danniel — Tomo su mano y mi cuerpo entero se eriza, puta madre este hombre es mío.

— Hola Danniel — ¡Soy la mujer de tus sueños!

______________________

Si tenes curiosidad de saber que pasa con Demián y aún no leíste su historia te invito a leerla si gustas Mi dulce rebeldía.

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Otros libros de Kea Cami

Ver más
Capítulo
Leer ahora
Descargar libro