Frustración, ira, dolor y rabia, eso sintió Elena al enterarse de la desaparición del rey, quien había abandonado el castillo desde bien entrada la tarde del día anterior, se había estado encargando de muchas cosas de las empresas que tenía a su cargo y luego de su apretada agenda el rey había tomado su auto y había abandonado el palacio hacia rumbo desconocido.
Dejando a la guardia real y así jefe de guardias preocupados por el paradero del rey, el palacio se encontró en total caos y la prensa solo lanzaba especulaciones de dónde podría estar el rey.
Aún no lograban entender cómo siempre la prensa solía enterarse de todo, era preocupante.
Elena no pudo ocultar una sonora carcajada que salió de su boca, porque todo esto solo le causaba risa. Era tan divertido y patético.
Buen, para aquellos que no lo conocían también como ella lo conocía, no les era fácil saber que el rey se encontró en una pequeña villa que años atrás fue un refugio para encuentros llenos de amor, inocencia e ilusiones. Pero también de tristeza y gran dolor.
Dolor para aquellos que tomaron con fuerza la cuerda que unía los destinos y quisieron superar los límites que había creado el hombre. Elena dejó a un lado la pequeña nota que recibió de parte de la princesa Elisa, la hermana menor del rey y princesa que era su mejor amiga.
Suspiro dejando el asiento donde prácticamente estaba recostada para ir a tomar un vaso de agua en la cocina de sus pequeñas casa y volvió a observar la nota que unos de los guardias del palacio trajo junto con una invitación para qué asistirá urgente al llamado de la princesa quien estaba muy preocupada por el desfile de su hermano, Elena suspiro y froto sus ojos con verdadero cansancio Rafael había vuelto a desaparecer y eso solo traía problemas.
¿Estaba Rafe jalando del hilo rojo muy fuerte esta vez? Era tan difícil entender que no había forma de forzar una relación.
Al pasar junto a un sofá en su camino al refrigerador, el contestador automático del teléfono comenzó a cambiar de color y un mensaje de voz se comenzó a reproducir.
“Hola — Una pequeña pausa llena el ambiente por un momento, era como si la persona estuviera pensando que decir a continuación — Elena, soy la Señora Gloria, sé que nos pediste no llamarte a tu casa y no pedirte más ayuda, pero — Otra pausa— solo llamo para saber, si joven Rafael fue a buscarte o estuvo en contacto contigo — Se escucha un poco de ruido al fondo de la llamada y la escucho discutir con alguien — Puedes devolver la llamada en caso de saber algo que tengas buenas noches , señorita Lofton”