HabÃan rumores circulando de que era un mal hombre, pero al conocerlo me di cuenta que era todo lo contrario aunque por momentos tenÃa ataques de furia y era ahà donde sentÃa el verdadero temor.
Actualidad.
Hoy trabajé como mula, estoy cansada, llevo mis manos a mis bolsillos y solo tengo cinco mil pesos, con esto alcanza para tomar el micro-suelto un suspiro. sigo caminando y siempre tengo la costumbre de sujetar bien mi bolso.
Finalmente llegó a la estación, hago la fila para esperar mi turno ya que hay personas delante de mÃ, luego de esperar unos cuantos minutos arrastro mis pies para entrar al micro, pero un sujeto detrás de mÃ, me coloca un pañuelo en la nariz y éste emane un extraño olor, trate de poner resistencia pero me fue inútil ya que el lÃquido que tenÃa el pañuelo hizo que mi visión se volviera borrosa y de inmediato mi cuerpo se desplomó al suelo.
Despierto debido a la fuerte voz de un tipo que va dentro del auto, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que hay dos hombres más osea serÃan tres en total.
–¿Qué hacen? Por favor no me hagan daño- digo indignada, estos hombres visten de negro y usan capuchas , el que va conduciendo suelta una carcajada como si mis súplicas fueran un chiste, ellos hacen caso omiso a mis palabras.
-Mujer si cooperas, todo será más fácil. te daré un consejo si eres buena con el jefe te irá excelente-lo dice el tipo que va a mi derecha, el me mira por unos segundos y después saca una capucha negra, pero esta es diferente a la de ellos, la diferencia es que está no tiene por dónde ver–pequeña te tendré que poner esto–yo niego pero el me jala del brazo de manera brusca y me la pone en la cabeza, no veo, no veo nada.
–Jack asegúrate de que no vea–dice el que va a mi izquierda.
–Tranquilo, ella no ve nada–afirma el de la derecha, entonces Jack fue el que me puso la capucha, luego siento su mano en mi muslo y una ola de asco aterrizó en mi piel.
–¡No pases tus asquerosas manos en mis piernas!–me quejo.
-¿¡Jack que haces!? ¡No ves que es la mujer del jefe!- dice otro.
– ¡Qué mujer! bájame por favor- mi cuerpo tiembla como gelatina, cosa que para ellos les causó risa.
-Silencio mujer barata, guarda tus sermones para el jefe-dice el que va a mi izquierda.
-Llegamos, zorrita-dijo otro.
Luego de algunos minutos llegamos, en todo el viaje los hombres no dejaban de hablar sobre mi, el tal Jack se pasaba de mano larga con Migo, mientras que sus colegas lo regañaban. en realidad no solo me manoseo las piernas si no también los senos, y me susurraba al oÃdo: "Si no fueras la mujer del jefe, juro que te harÃa mÃa hasta cansarme"
Las puertas del auto se abren y ellos salen, no querÃa bajar tenÃa mucho miedo de saber hacia quien me llevarÃan por lo tanto puse un poco de resistencia agarrándome del sillón delantero, luego uno de ellos me jala fuerte de la camisa para sacarme pero yo no me dejaba seguÃa aferrada al sillón.
-¡Moisés ándate y sácala, el jefe está desesperado!–dice uno.
-Está mujer es una testaruda, no quiere salir..
-¡QuÃtate!-solo los escucho discutir, no veo ni una pizca de luz, mi cara está empapada de sudor está capucha me está volviendo loca. De momento siento que me toman del cabello y de un brusco jalón me tumban del asiento y me quitan la capucha, miro a mi alrededor y estamos en un callejón o algo asÃ, además huele a basura, miro a los tres hombres los cuales están enojados.
-Mira mujer, si no sales estaremos obligados a golpear tu lindo rostro de blanca nieves–dice el que iba a mi izquierda. lo reconozco por el lunar que tenÃa en su mano. No pongo más resistencia asà que hago caso a lo que quieren.
-Asà es linda, se obediente-dijo Jack. su voz es única como la de un monstruo.
Caminamos hasta un pasillo lleno de barro y oscuridad, ellos abren un portón y me hacen entrar a la fuerza, al entrar veo a un hombre sentado en un sillón cruzando sus brazos.
–Jefe aquà le trajimos a la mujer.
El hombre se levantó del sillón y caminó hacia mi, es muy alto y su mirada me causa mucho miedo.
-Hermosa, por fin llegas–arquea una ceja.
–Mira, no tengo ni idea de que está pasando, lo único que quiero es irme de aquÃ, ¿Si?–el sonrÃe y dice que no, con su dedo Ãndice.
-Cómo te diré...a decir verdad llevo años enamorado de ti. por cierto, perdona por hacerte traer de esta espantosa manera.
-¿Enamorado?–pregunto.
–Si mi vida, enamorado–sonrÃe dulcemente.
–Sabes que en estos momentos hay personas que están buscándome, tengo una familia allá fuera–digo para tratar de convencerlo.
-¡Cállate! ya eres mÃa-Él pasa sus manos por mi cabello dándome una caricia, pero yo lo esquivo, luego pasa su dedo Ãndice por mis labios, el me mira con deseo y eso me repugna, abrà mi boca dándole un mordisco en su dedo, el grita y me maldice una y otra vez.
Inmediatamente Jack me da una fuerte trompada en el estómago, quedé sin aliento y poco a poco me fui cayendo al piso hasta quedar arrodillada.
–Eres una perra muy molesta, nadie se atreve a agredir al jefe.
-¡Jack Cállate!-dijo el hombre que acababa de morder-¿No ves que es mi mujer? guarda respeto hacia ella. y tú amada mÃa, no me he presentado aún soy Yusuf lember–me guiño su ojo derecho.
No puede ser, este es "Yusuf Lember" el hombre que es acusado de cometer decenas de asesinatos, soborno, microtráfico y narcotráfico, pero los rumores no concuerdan con su belleza, ¿Cómo es posible que una persona tan hermosa sea tan mala? mÃralo, parece un ángel caÃdo del cielo.
Es que lo veo y no lo creo, si el no me hubiera dicho su nombre jamás hubiera pensado que era ese temible narcotraficante.
Su cara es perfecta, su larga nariz hace que sus ojos verdes resalten la belleza que tiene.
y sus labios, ni hablar parecen tallados por la misma virgen de Guadalupe.
–Llévenla a casa–dice Yusuf sin apartar sus ojos de mi. esos ojos llenos de maldad.
–¿A dónde vas jefe?–pregunto el hombre que iba conduciendo.
–Iré a arreglar unos asuntos, chicos sean cuidadosos con ella, y mucho ojo, no dejen que escape, porque los mato a todos, ¿Entendido?
Yusuf se agacho y tomo mi mentón.
–No tengas miedo, con Migo vas hacer feliz–me quedé helada, esas manos que sostenÃan mi mentón, eran las manos de un asesino.
El dejo un beso en mi frente y se colocó de pie, luego dio unos cuantos pasos y salió del callejón.
Jack me ayudó a levantar del piso, mientras que los otros vigilaban la zona.
Ya vamos en el auto, y otra ves ellos colocaron la calurosa capucha en mi cabeza, estoy cansada, quiero escapar, quiero ver a papá, aunque lo odie, pero quiero verlo. al fin y al cabo no dejará de ser mi padre.
Minutos más tarde llegamos a lo que se podrÃa llamar "mi nuevo hogar" ya que el auto paro del todo y ellos empezaron a bajar.
–Te voy a encerrar hasta que venga Sara, ¿entendido?–jack me susurra al oÃdo, no sé quién es Sara. Y ni siquiera puedo ver.
Cómo si mis palabras tuvieran poder el retira la capucha de mi cabeza, y veo, veo la inmensa mansión, esto parece un palacio.
¡Wau! es...es hermosa.
No me dio tiempo de analizar bien la mansión, ya que Jack me llevo a una pequeña habitación que está en la planta baja.
Bueno por lo menos está mejor que el callejón al que me llevaron, hubiera sido mejor que me trajeran directamente para la mansión, no veo la necesidad de ir a ese apestoso lugar.
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