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Enredo de amor

Enredo de amor

Sandra Bel

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68
Capítulo

Me llamo, Amira del Castillo soy una mujer fuerte, independiente. Que ama a su familia por encima de todo. Mi hermana Olivia y yo somos gemelas. Muchos pensarán que, somos iguales. No podrían estar más equivocados. Sí. Somos iguales físicamente, pero soy una mujer autosuficiente. Sin embargo, mi lazo con Olivia es fuerte. Solamente una vez coincidimos él algo. Durante nuestro cumpleaños, conozco a un hombre guapo por error. Me atrae. Sin embargo, todo se vuelve una pesadilla. ¡Es el novio de mi hermana!

Capítulo 1 Capitulo 1

Sentada en la playa disfrutando del sol, la arena, buena música, tragos, amigos y un hermoso mar de un color azul claro. El más lindo que puedes ver en los Roques me siento la mujer más bendecida del mundo, me acabo de terminar mi posgrado en Contaduría pública y estas son mis merecidas vacaciones

Soy Amira del Castillo tengo 24 años soy blanca, con cabello negro lazio y largo hasta la cintura. Soy tamaño promedio como diría mi madre ni muy alta ni muy baja, mis ojos son color miel y tengo un cuerpo con curvas de reloj de arena. Todo esto se lo debo a mi madre se llama Marta Spirit es una Venezolana bellísima y sus genes no se pueden perder.

Mi padre es Mexicano se llama Cristóbal Hernández así que soy una mezcla de culturas y sabores.

Ellos hicieron su vida en México, mi padre se llevó además a mi madre con el y se casaron, de esa Unión dió un resultado doble ya que tengo una hermana gemela, se llama Olivia somos dos gotas de agua pero a veces tenemos gustos diferentes.

Por eso yo me encuentro terminando de prepararme en Venezuela y ella ya culminó su carrera de Ingeniero de computación en el D.F en México.

Esta es mi última semana en Venezuela pues ya quiero regresarme a mi hogar, extraño a mi familia y quiero estar con ellos.

—Amira, despierta vamos al agua—Me dice Victoria

Victoria es un amiga de infancia, mejor dicho es mi segunda hermana. Ella se vino a estudiar conmigo aquí en Venezuela y ambas regresaremos a nuestro hogar próximamente, ella es muy divertida, le gusta las fiestas y compartir con los demás.

Le sonrío y niego con la cabeza, ya he estado mucho tiempo en el agua y solo quiero descansar. Aunque presiento que este sol inclemente me provoca insolación.

La observó como se divierte con unos chicos que yo nunca he visto. Esta mujer hace amigos en cualquier lugar mientras yo le pongo mala cara a todo el mundo, no sé cómo, pero se le da natural.

Cómo no quiero arruinarle lo poco que queda de tarde me aguanto las ganas de llamarla y pedirle que nos retiremos. Pues no la dejaré sola con estas personas desconocidas, ni hablar dejarla aquí.

Espero que se hagan las cinco y ahora sí me pongo en plan de mamá regañona, me levanto comienzo a recoger mi bolso, mi toalla, mis cosas y grito

—Victoria ya debemos irnos

Ella no escucha esta tan concentrada hablando que no escucho o tal vez se hace la sorda. Comienzo a acercarme a la orilla de la playa y le vuelvo a decir

—Vico ¡Ya vámonos!— Así la llamo de cariño

Esta vez sí creo que me escucho

—Hay voy Amira—Me dice mientras se despide de los chicos que la acompañan y viene por sus cosas

Tiene una risa de oreja a oreja. Me contenta que la pasé bien

—¿Te diviertes?—Le pregunto al verla ya sonriente

—Si, son muy divertidos. Además, de guapos—Me dice mientras recoge su bolso.

Se va dar un último baño y nos vamos a nuestro cuarto de hotel. Nos estamos quedando en la posada hotel Acquamarina

Victoria termina de sacarse un poco el agua salada y nos vamos al hotel. Queda a escasos metros de la playa así que llegamos a el muy rápido.

Tomamos el ascensor

—No tengo ánimos de nada, quiero darme una ducha y dormir—Le comento a Victoria mientras recuesto mi cabeza a la pared del ascensor

—Si, este día fue muy largo. Voy a pedir comida al cuarto—Me informa mientras se abren las puertas del ascensor.

Camino sin ánimos y por fin llegamos a nuestro cuarto. Es un cuarto grande, parece un apartamento, tiene área de recibo, un pequeño comedor, baño espacioso y dos camas enormes que me llaman desde hace una hora.

No me dan ganas ni de bañarme, sólo quiero lanzarme en mi cama y no saber más de mi hasta mañana. Pero debo sacarme bien esta sal de mi cuerpo y de mi cabello, así que en contra de mi voluntad camino como zombie a darme una ducha.

Mientras intento llegar al baño Victoria me habla

—¿Que quieres comer?—Me pregunta mientras está al teléfono

—Lo que quieras, pero que sea algo crocante acompañado de gaseosa y papas—Le digo mientras entro al baño

Me fascina la comida chatarra, la amo pero mi cuerpo no.

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