/0/20819/coverorgin.jpg?v=749098e958d6b920eec403e16f3d4025&imageMogr2/format/webp)
Dos Años Atrás.
Narra Max
Después de firmar el maldito divorcio, discuto con Derek, quien al parecer me cree estupido, lo creía un poco más inteligente, ni siquiera se dio cuenta de mi trampa, así que dejaba mucho que desear, debería estudiar unos años más.
Cuando estoy en el apartamento que rentamos a nombre de Jack, mi teléfono suena es el número de Maritza, al principio dudo en contestarle, debía acostumbrarse a mi ausencia, por lo menos mientras arreglo todo este rollo, pero después me pongo a pensar Maritza no es una mujer de rogarle a nadie, tiene su carácter y la vi decidida, aunque dolida, pero más decidida que nunca a vivir sin mí, así que para que me estuviese llamando algo debía estar ocurriendo, contesto rápidamente, haciéndole señas a Jack para que escuche
—MAX—escucho que grita asustada, lo que automáticamente nos pone a todos en alerta, empiezo a temblar
— ¿Qué pasa? ¿Porque gritas? —pregunto alarmado, al borde de un colapso, cuando se trataba de ella y mi hijo, todo podía suceder
—MAX, EL EDIFICIO ESTABA FULL DE HOMBRES ARMADOS ME DI CUENTA GRACIAS A ROSALÍA—dice al borde del llanto, volteo a ver a Jack que me hace señas para que le pregunte donde está.
— ¡MALDITASEA! —grito, desesperado
—Max ¿Qué está pasando?—pregunta asustada, odiaba escuchar ese tono de voz en ella, tenía miedo.
— ¿Dónde estás?, dime la dirección iré por ti, trata de estar en un lugar con muchas personas—pregunto, mientras Jack me indica que vamos bajando, rastrearemos la llamada, me entrega un arma
—Estoy en la quinta avenida, busca mi GPS—dice llorando desconsolada, mi chica era inteligente
—Ya voy en camino—Digo colgando.
Salimos del edificio montándonos en la camioneta, Jack me habla con ese tono de voz pausado y relajado, este hombre no tenía sangre en las venas
—Señor mantenga la calma, si no perderá la vida, active el GPS y vayamos por su esposa, si tiene que matar a alguien no lo dude, porque ellos no dudarían en hacerle un hueco en la cabeza
—Está en una heladería, en la quinta avenida, dobla por aquí, llegaremos más rápido—digo dándole instrucciones, cuando llegamos al sitio notamos muchas camionetas y hombres más armados que nosotros, así que esto era en serio, matar o morir, preferiría matar, escucho cuando un hombre con un inglés muy malo pregunta por mi mujer, la distingo entre la multitud, estaba apunto de entregarse.
—Maritza Ferrer, debes venir con nosotros, evita la muerte de muchas personas—dice el hombre de cara horrible.
—Debemos movernos, se va a entregar—digo saliendo de la camioneta, y es allí cuando comienza una balacera, por suerte estoy rodeado de expertos, que en un segundo ya han eliminado parte del personal enemigo, así que deciden irse.
La veo correr con la niñera y mi hijo, quien llora asustado, hacia una tienda, así que la sigo con la mirada, cuando todo termina voy en busca de ella.
—Señor tiene diez minutos, antes de que lleguen más—dice Jack
—Voy por ella—digo caminando
Entro a la tienda, directo al mostrador, pero cuando abro ella se abalanza sobre mi asustada.
—Amor soy yo—digo preocupado
—MAX— llora del susto mientras me abraza
—Tranquila estoy aquí, por favor debemos irnos—digo apurado y en tono serio
—¿Qué está ocurriendo?, algo pasa, ¿es por eso que me has dejado? — pregunta triste, odiaba hacerla sufrir
—Te explicaré todo, pero debemos irnos, muchas gracias por cuidar de mi familia Rosalía, pero debes de venir con nosotros el problema es serio—le digo a la niñera, que por el expediente que me ofreció el investigador sé que ha estado en el ejército y en muchos problemas, puedo dejar a mi esposa en buenas manos
—Lo sabía señor, estoy entrenada para estas cosas, aunque hace muchísimos años que no estoy en batalla—dice seria
—Pues este es el momento—digo mirándola
Salimos de la tienda y las llevo a la camioneta, arrancamos como locos, le doy la dirección de la mansión Duncan, debía darle seguridad y comodidad, teníamos un niño que proteger, no selo era nuestra integridad, al entrar ella se tensa, el personal de servicio nos recibe de buena manera, como siempre.
—Sé que esta casa te trae recuerdos, pero es lo único que tengo más cerca para resguardarnos, te prometo que después que esto acabe, te llevaré a un mejor lugar o vivirás alejada de mí, ya será tu elección—digo sacándola de sus pensamientos, daría mi vida por saber que piensa
/0/10722/coverorgin.jpg?v=3214584a346b59c7ab189947580749af&imageMogr2/format/webp)
/0/7952/coverorgin.jpg?v=9cc904cbdfa77b5fc4324b2c71828bac&imageMogr2/format/webp)
/0/863/coverorgin.jpg?v=9af45393c31c835f5e3c106671695890&imageMogr2/format/webp)
/0/8981/coverorgin.jpg?v=0c21da0f1b80db9f7ad212b3276f872c&imageMogr2/format/webp)
/0/414/coverorgin.jpg?v=502574def2203294334fa5be9754b83a&imageMogr2/format/webp)
/0/17543/coverorgin.jpg?v=5b1630c0dc6978dda32a95e062ea079e&imageMogr2/format/webp)
/0/18411/coverorgin.jpg?v=38bcd2db137a5b3f7febcfc28c897ef7&imageMogr2/format/webp)
/0/1860/coverorgin.jpg?v=d184f2545b5b6ba7f43d00693e986b4f&imageMogr2/format/webp)
/0/20854/coverorgin.jpg?v=fa527f7ad9275763e398c5e008efcfbd&imageMogr2/format/webp)
/0/11881/coverorgin.jpg?v=8ee25ad99d568d67699da8e908169b17&imageMogr2/format/webp)
/0/18315/coverorgin.jpg?v=8336edc795d10f6f0c8f1f3045a2a082&imageMogr2/format/webp)
/0/5647/coverorgin.jpg?v=18c07995375be17facd0b9f9ce5ff9e3&imageMogr2/format/webp)
/0/9301/coverorgin.jpg?v=a2b09290227e13a69ac8fd373035d412&imageMogr2/format/webp)
/0/1759/coverorgin.jpg?v=e6760b79ff2438b295f5a463e7221e6c&imageMogr2/format/webp)
/0/215/coverorgin.jpg?v=df64ef07c74ffceb71f51c9a2deb966c&imageMogr2/format/webp)
/0/15920/coverorgin.jpg?v=eb608707de2f6d18a0913ac7b8275a78&imageMogr2/format/webp)
/0/6820/coverorgin.jpg?v=1d45a66dd0db92db39eefd27e977d2ba&imageMogr2/format/webp)
/0/219/coverorgin.jpg?v=943c3e69d4696f8ebe06aeed93f68ed8&imageMogr2/format/webp)