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22
Capítulo

Una sonrisa fue el comienzo de todo... El comienzo del amor... El comienzo de una obsesión...

Capítulo 1 1

🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫ADVERTENCIA🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫🚫

La presente historia trata temas un tanto fuerte para algunos lectores, es por ello que inicio este libro con una advertencia en forma de prevención para aquellos que sean menores de edad o sensibles a cierta clase de contenidos...

Esta historia trata temas como:

- Lenguaje fuerte u ofensivo

- Violencia física y sexual

- Pensamientos suicidas

Pido a aquellas personas sensibles o menores de edad que se ABSTENGAN de leer la presente historia...

POST: Uno de los objetivos del escritor es mostrar la historia desde la perspectiva del chico protagonista, por lo mismo algunos párrafos contienen frases que pueden llegar a ser ofensivas para algunas personas, ya que se intenta mostrar al lector lo que posiblemente puede estar pensando el chico protagonista. Con esto aclaro que... Las ideas presentadas en esta historia NO SON LA OPINIÓN PERSONAL DEL ESCRITOR.

Sin más que agregar, les doy la bienvenida a NO SONRIAS, espero que disfruten del trabajo de la escritora YK...

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- Me gustas

- No siento nada por ti, lo siento *Sonrío*

Ella, sonrío. Acompañó su frase tan directa y dolorosa con una sonrisa ¿Qué quería expresar? ¿Qué le quería dar a entender? Tal vez, que aún tenía una oportunidad...

El chico pasó la tarde con la sonrisa de la chica que le gusta merodeando por su mente – "Ella me sonrió, significa que me quiere" – Para él se había convertido en una señal que no dejaría pasar jamás.

La tarde se hizo noche y la noche se convirtió en intensas horas de planeación – ¿A qué lugar la llevaré? ¿Dónde le gustará vivir? ¿Querrá casarse? ¿Qué tal unos hijos? – Fueron algunas de las preguntas que dieron inicio a una obsesión.

A la mañana siguiente, él la buscó. La chica estaba sentada en los orillos de la fuente jugando con su mano en el agua – "Que bella se ve" – Pensó con la mirada llena de expresión, sus ojos se dilataron al ver a la chica que le gusta, tan linda, tan tierna, tan... Suya.

Un paso para acercarse, dos pasos para retroceder. El impulso de caminar hacia ella, de mostrarle lo mucho que le gusta, de regalarle su mundo, de darle todo lo que tenía se desvaneció...

Un chico quizá un poco más joven que él, se adelantó con flores coloridas hacia la mujer que él miraba de lejos, no pudo evitar detenerse y observar. La chica se puso de pie y sonrió.

Se pregunto por qué? ¿Qué quería demostrar? ¿Qué era una mujer libre? ¿Qué podía estar con quien quisiera? ¿Cómo se atrevía a decepcionar al hombre capaz de darlo todo por ella? ¿Cómo se atrevía a burlarse de él?

El enojo lo cegó por completo, y cuando pudo entrar en razón ya se encontraba sobre aquel chico que se atrevía a coquetear con la chica que le pertenecía desde que él lo decidió así. Aunque el chico había entrado en razón, no pudo parar, debía demostrarle a ese cretino que nadie podía quitarle lo que le pertenece y mucho menos frente a él, debía demostrarle a la chica, que tenía un dueño y que nada bueno pasaría si se atrevía a traicionarlo, debía demostrárselo a toda costa!

Cada golpe que daba era más fuerte que el anterior, la sangre del chico de las flores empezó a manchar su blanca camisa, la cual traía puesta para impresionar a aquella dama que lo observaba aterrada, y esas hermosas flores con las que se había atrevido a insultarlo estaban destrozadas pues él, se encargó de eso.

Nadie podía regalarle nada a la chica que él que quería y mucho menos flores, solo él podía darle regalos, aunque en su ignorancia, la chica no entendía que tampoco podía aceptarlos.

– ¡Detente! – Los gritos de la chica estremecieron sus oídos y... Aumentaron su enojo

– ¿Qué me detenga, dices? – El tono de su voz se iba elevando con cada palabra que le decía a su chica – No te das cuenta, todo esto ¡Es tu culpa! – Sus palabras expresaban una gran ansiedad, para él era difícil controlarse, pero lo hacía por ella ¿Por qué no podía verlo? Todo lo que él hacía, era por ella – Deberías estar aquí conmigo ¡No con él! – El descontrol encontró un pequeño orificio por el que escapar, sus manos la tomaron de los hombros con fuerza y la sacudieron generándole más miedo del que ya expresaba, sus labios temblaban y sus ojos lo veían como un animal – ¡¿Cómo puedes hacerme esto?! Tú... tú... ¡Eres mía! No puedes estar con nadie más ¡¿Me escuchaste?! ¡¡Con nadie!! – Él no se había dado cuenta pero la policía ya estaba en el lugar, muchas personas lo habían visto golpear brutalmente al chico de las flores hasta dejarlo inconsciente, para la mayoría ese chico agradable que caminó sonriente con flores en su mano, estaba muerto, desfigurado, el gran charco de sangre que se formó a su alrededor volvía imposible la idea de que este estuviera vivo.

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