Amor Traicionado: Venganza Artística

Amor Traicionado: Venganza Artística

Gavin

5.0
calificaciones
12
Vistas
11
Capítulo

Sofía y Elena, dos artistas con el alma llena de sueños y la maleta repleta de lienzos, llegaron a la vibrante Ciudad de México, listas para conquistar el mundo con su arte. Pero la capital, con su promesa de grandeza, pronto mostró su lado más oscuro. Fuimos engañadas por un supuesto arrendador, arrastradas a una bodega abandonada que se transformó en nuestra peor pesadilla. Mi obra, mi alma plasmada en lienzos, fue brutalmente destrozada ante mis ojos, rasgada y pisoteada. Mientras, atada, me obligaban a presenciar cómo Elena era golpeada sin piedad y sus esculturas hechas añicos. El dolor físico era inmenso, pero la humillación, el ver nuestro espíritu quebrado, era insoportable. Cuando la desesperación nos ahogaba, aparecieron Ricardo y Javier, "ángeles" que nos rescataron de ese infierno. Bajo su "protección", nos convertimos en estrellas del arte mexicano; yo, incluso, encontré el amor en Ricardo. Todo parecía un sueño hecho realidad, hasta que una tarde, con la noticia de mi embarazo en los labios, escuché la conversación que lo destrozaría todo. "Para complacer a la verdadera musa, Camila, envié a esos matones a humillar a Sofía. ¿Cómo puedo aceptar a su hijo ahora?" "Tú me dices a mí, pero tú le arrancaste la inspiración a Elena y la convertiste en un objeto de exhibición para Camila." Mi mundo se derrumbó. Cada beso, cada éxito, cada palabra había sido una mentira, una cruel manipulación para el placer de una mujer que ni siquiera conocía. El alma no solo me dolía, se me aniquilaba. La rabia y el horror me invadieron al comprender que fuimos peones en su macabro juego. No era dolor, era un plan retorcido. No éramos artistas, éramos parte de su "obra". Ahora, despierto, la ingenuidad se ha ido. Solo queda la determinación helada de desmantelar su imperio de crueldad.

Introducción

Sofía y Elena, dos artistas con el alma llena de sueños y la maleta repleta de lienzos, llegaron a la vibrante Ciudad de México, listas para conquistar el mundo con su arte.

Pero la capital, con su promesa de grandeza, pronto mostró su lado más oscuro.

Fuimos engañadas por un supuesto arrendador, arrastradas a una bodega abandonada que se transformó en nuestra peor pesadilla.

Mi obra, mi alma plasmada en lienzos, fue brutalmente destrozada ante mis ojos, rasgada y pisoteada. Mientras, atada, me obligaban a presenciar cómo Elena era golpeada sin piedad y sus esculturas hechas añicos.

El dolor físico era inmenso, pero la humillación, el ver nuestro espíritu quebrado, era insoportable.

Cuando la desesperación nos ahogaba, aparecieron Ricardo y Javier, "ángeles" que nos rescataron de ese infierno. Bajo su "protección", nos convertimos en estrellas del arte mexicano; yo, incluso, encontré el amor en Ricardo.

Todo parecía un sueño hecho realidad, hasta que una tarde, con la noticia de mi embarazo en los labios, escuché la conversación que lo destrozaría todo.

"Para complacer a la verdadera musa, Camila, envié a esos matones a humillar a Sofía. ¿Cómo puedo aceptar a su hijo ahora?"

"Tú me dices a mí, pero tú le arrancaste la inspiración a Elena y la convertiste en un objeto de exhibición para Camila."

Mi mundo se derrumbó. Cada beso, cada éxito, cada palabra había sido una mentira, una cruel manipulación para el placer de una mujer que ni siquiera conocía.

El alma no solo me dolía, se me aniquilaba.

La rabia y el horror me invadieron al comprender que fuimos peones en su macabro juego.

No era dolor, era un plan retorcido. No éramos artistas, éramos parte de su "obra".

Ahora, despierto, la ingenuidad se ha ido. Solo queda la determinación helada de desmantelar su imperio de crueldad.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Cuando el amor muere

Cuando el amor muere

Romance

5.0

Sofía, una mujer de belleza deslumbrante y fortuna, parecía tener la vida perfecta junto a su exitoso esposo, Ricardo, un ranchero de renombre en todo México. Pero no todo era tan idílico como se veía: Elena, una mujer obsesionada con Ricardo, acechaba en las sombras, su persistencia aterradora y sus intentos por separarlos eran la comidilla de todo el estado: desde secuestros en plena boda hasta intentos de usar drogas. Sofía, confiada en el amor de Ricardo y sabiendo su odio visceral a la infidelidad tras la muerte de su madre por las traiciones de su padre, nunca se preocupó por esos chismes. Todo se fue al diablo en su tercer aniversario de bodas, cuando entró a la oficina de Ricardo para darle una sorpresa y lo que encontró la dejó helada: Elena, desnuda, sentada en la silla de su esposo, con SU pluma en la mano, y gimiendo descaradamente. "Ricardo, más suave...", articuló ella. La sangre se le puso fría cuando su esposo, al ver la escena, no echó a Elena como otras veces, sino que le pidió a Sofía que la hiciera vestirse para "cuidar su reputación" . ¿Reputación de quién? El corazón de Sofía se hizo pedazos al ver cómo Ricardo guardaba con esmero la pluma que Elena acababa de usar de forma tan vulgar. Se dio cuenta, con un dolor punzante, de que algo esencial había cambiado. Esa misma noche, firmó los papeles de divorcio que Ricardo mismo le había dado años atrás, y con una frialdad que la sorprendió incluso a ella misma, contactó al peor enemigo de su esposo.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro