Mi Marido Codicioso

Mi Marido Codicioso

Gavin

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Capítulo

En nuestro octavo aniversario, creí que mi vida con Mateo había vuelto a la normalidad después de sus cinco años de inexplicable ausencia. Pero la noche de nuestra celebración, un video anónimo en mi teléfono rompió toda mi realidad: Mateo, el amor de mi vida, besaba apasionadamente a Lucía, la florista que lo encontró con amnesia, en el día de SU BODA, ¡rogándole que no se casara porque "las amaba a las dos"! Mi corazón se hizo pedazos mientras observaba su manipulación para retenerla, mi cena de aniversario se enfrió y el vino en mi copa parecía sangre. Al día siguiente, mientras empacaba para irme a París, descubrí mensajes en su teléfono que confirmaban mi peor pesadilla: Lucía, su supuesta víctima, era su cómplice y ¡sería su "asistente personal" para estar siempre a su lado! No era suficiente con robarme a mi hombre, ella quería mi vida. La verdad era tan dolorosa y descarada que, por primera vez, fui yo quien lo dejó con sus mentiras expuestas, decidida a empezar de cero, aunque eso significara dejar atrás el amor que creí que era.

Introducción

En nuestro octavo aniversario, creí que mi vida con Mateo había vuelto a la normalidad después de sus cinco años de inexplicable ausencia.

Pero la noche de nuestra celebración, un video anónimo en mi teléfono rompió toda mi realidad: Mateo, el amor de mi vida, besaba apasionadamente a Lucía, la florista que lo encontró con amnesia, en el día de SU BODA, ¡rogándole que no se casara porque "las amaba a las dos"!

Mi corazón se hizo pedazos mientras observaba su manipulación para retenerla, mi cena de aniversario se enfrió y el vino en mi copa parecía sangre.

Al día siguiente, mientras empacaba para irme a París, descubrí mensajes en su teléfono que confirmaban mi peor pesadilla: Lucía, su supuesta víctima, era su cómplice y ¡sería su "asistente personal" para estar siempre a su lado!

No era suficiente con robarme a mi hombre, ella quería mi vida.

La verdad era tan dolorosa y descarada que, por primera vez, fui yo quien lo dejó con sus mentiras expuestas, decidida a empezar de cero, aunque eso significara dejar atrás el amor que creí que era.

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5.0

El aire denso y sofocante de la habitación de hotel barata me asfixiaba. Frente al espejo manchado, la joven de ojos vacíos que me devolvía la mirada era casi una extraña. Pero el montón de billetes en la mesita de noche era real, sucio, tangible. Cien mil pesos. El precio, me convencía, de la vida de Alejandro. Por él, todo valía la pena; incluso la pureza que había sacrificado. Con el corazón latiéndome entre la esperanza y el pánico, corrí al hospital, el olor familiar a antiséptico prometiendo un nuevo comienzo. Pero al doblar la esquina, risas. No, no risas de alivio, sino carcajadas burlonas; la voz de Valeria, mi detestable rival, seguida por la de Alejandro. "¿En serio te creíste que esa tonta iba a conseguir la lana?" , dijo Valeria. "Claro que sí, mi amor. Sofía es tan ingenua... Le monté el numerito del enfermo terminal y se lo tragó enterito. Ya debe estar vendiendo hasta el alma para juntar el dinero" , respondió Alejandro. El suelo bajo mis pies se derrumbó. Su enfermedad, nuestro amor, todo era una farsa cruel. Una elaborada venganza por una beca que yo gané con mi esfuerzo. "Cuando traiga el dinero, la grabaré... Será la humillación de su vida" , susurró Alejandro, su voz conspiradora. Ahogué un sollozo, el dolor físico y emocional era insoportable. Me habían golpeado, manipulado, usado para el entretenimiento de una audiencia cruel. ¿Por qué? ¿Por qué esta maldad? En medio de mi desesperación, el teléfono sonó. Una llamada de Londres. La inoportuna noticia de un abuelo al que creía muerto para mí. Pero en ese instante de quiebre, una idea. Una única y afilada oportunidad para escapar. Decidí que no me destruirían. Esta vez, se acabó la Sofía ingenua. Ahora solo quedaba una Sofía decidida a contraatacar. Y ellos, mis torturadores, pagarían.

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