El Despertar de Elvira

El Despertar de Elvira

Gavin

5.0
calificaciones
472
Vistas
20
Capítulo

No te engañes Elvira, me decía mi mejor amiga Sofía. Raúl, mi prometido, el hombre con el que había compartido quince años de mi vida, me había dejado plantada en nuestro aniversario de compromiso. No era la primera vez. Su asistente me llamó para decirme que tenía una "cena importante de inversionistas" , pero yo sabía que era la misma excusa de siempre para irse con su nueva socia, Isabel. Esa noche, tiré el estofado de res que le encantaba y el pastel de chocolate que horneé con tanto esmero. Cuando Raúl llegó, lleno de condescendencia, creyó que me vería llorar o enfurecerme. Pero no hubo lágrimas, solo una calma helada cuando me dijo que todo había terminado. Creí que la humillación en casa era el límite, pero Isabel, la amante de Raúl, se encargó de llevarla al siguiente nivel. Me tendió una trampa en la oficina, haciéndome parecer celosa y desquiciada, delante de todos. Raúl, sin dudarlo, me despidió de la empresa que yo misma construí. Me arrastraron fuera de la oficina como a una delincuente, con la sonrisa triunfal de Isabel grabada en mi retina. Pero en medio de esa humillación, algo en mí se encendió. No era tristeza, ni rabia... era una determinación fría y afilada. Decidí que no me quedaría así. Que Raúl no sabía a quién acababa de desatar. Y en ese instante, Elvira, la mujer humillada y abandonada, murió. Nació otra Elvira, una que planeó su propia desaparición con una precisión letal. Una que se desharía de sus fantasmas, uno a uno, empezando por aquellos que la habían despreciado.

Introducción

No te engañes Elvira, me decía mi mejor amiga Sofía.

Raúl, mi prometido, el hombre con el que había compartido quince años de mi vida, me había dejado plantada en nuestro aniversario de compromiso.

No era la primera vez. Su asistente me llamó para decirme que tenía una "cena importante de inversionistas" , pero yo sabía que era la misma excusa de siempre para irse con su nueva socia, Isabel.

Esa noche, tiré el estofado de res que le encantaba y el pastel de chocolate que horneé con tanto esmero.

Cuando Raúl llegó, lleno de condescendencia, creyó que me vería llorar o enfurecerme.

Pero no hubo lágrimas, solo una calma helada cuando me dijo que todo había terminado.

Creí que la humillación en casa era el límite, pero Isabel, la amante de Raúl, se encargó de llevarla al siguiente nivel.

Me tendió una trampa en la oficina, haciéndome parecer celosa y desquiciada, delante de todos.

Raúl, sin dudarlo, me despidió de la empresa que yo misma construí.

Me arrastraron fuera de la oficina como a una delincuente, con la sonrisa triunfal de Isabel grabada en mi retina.

Pero en medio de esa humillación, algo en mí se encendió. No era tristeza, ni rabia... era una determinación fría y afilada.

Decidí que no me quedaría así. Que Raúl no sabía a quién acababa de desatar.

Y en ese instante, Elvira, la mujer humillada y abandonada, murió.

Nació otra Elvira, una que planeó su propia desaparición con una precisión letal.

Una que se desharía de sus fantasmas, uno a uno, empezando por aquellos que la habían despreciado.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Después de que me dejó, me convertí en su madrastra

Después de que me dejó, me convertí en su madrastra

Urban romance

5.0

La tarde en que Ricardo regresó, el sol implacable bañaba los impecables jardines de la mansión Vargas, casi tan cegador como el traje de lino blanco que él vestía. Un deportivo, escandaloso y ostentoso como su dueño, derrapó sobre la grava, soltando a una mujer pálida y frágil, aferrada a él como si su vida dependiera de ello: Camila Soto, la influencer desaparecida. Los vi entrar por el ventanal, sin invitación, como si la casa aún les perteneciera, ignorando a una Lupe que intentaba detenerlos. "Vengo a verla a ella," dijo él, su sonrisa torcida, esa misma sonrisa de hace tres años cuando me dejó plantada en el altar, diciendo que buscaba su «espíritu» en un rancho. "Sofía," espetó, su voz cargada de una autoridad inexistente, "veo que sigues aquí, como una buena perra fiel esperando a su amo." Luego, Ricardo se desplomó en el sofá de cuero de Alejandro, su padre, y dijo: "Hemos vuelto para quedarnos." Mi corazón no tembló, solo una fría calma, la calma de quien espera una tormenta anunciada, porque sabía que él no era el rey, y yo ya no era la ingenua que él había abandonado. Él no sabía que, con Alejandro, había encontrado dignidad, un hogar y un amor profundo que sanó las heridas de su traición. Me di la vuelta para ir a la cocina, con sus miradas clavadas en mi espalda, pensando que yo seguía siendo la misma Sofía. Pero justo en ese momento, una pequeña figura se lanzó hacia mí, riendo a carcajadas. "¡Mami, te encontré!" Un niño de dos años, con el cabello oscuro y los ojos brillantes de Alejandro, se abrazó a mi pierna, ajeno a la gélida tensión que se cernió sobre el salón. "Mami," preguntó con su vocecita clara, "¿Quiénes son?"

Cariño, Te di 7 Oportunidades

Cariño, Te di 7 Oportunidades

Romance

5.0

Mi esposo, Mateo Vargas, me ha pedido el divorcio siete veces. Cada vez, la misma excusa: "Valentina ha regresado a México y la necesito" . Y cada vez, yo, Sofía Romero, su "esposa" que él desechaba como un pañuelo usado, firmaba los papeles. Siete humillaciones públicas, siete rondas de susurros a mis espaldas, siete colecciones de actas de divorcio que ya parecían cromos. Sacrifiqué mi carrera como diseñadora, mis sueños, mi dignidad, todo por ser la esposa perfecta que él nunca valoró. Pero esta octava vez, mientras él me sonreía perezosamente y prometía regresar en tres meses para volver a casarse, algo cambió dentro de mí. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Tan desesperada por una migaja de su amor que no veía la toxicidad? La risa que solté fue amarga, sin alegría, como la historia de mi vida con él. "No te preocupes", le dije, mi voz con un filo helado que nunca antes había usado. "Esta vez, haré las cosas diferente yo también." No hubo lágrimas, no hubo gritos, solo una calma aterradora que lo descolocó por completo. "Cuando vuelvas, ya no estaré." Se que se siente aliviado, pensando que no habrá drama esta vez. Pero lo que no sabe es que esta vez, el juego ha cambiado. Porque en mi mente, un plan completamente diferente ya estaba en marcha, uno que no incluía ninguna boda, ninguna reconciliación. Uno que no lo incluía a él. Y esta vez, Sofía Romero no solo se irá, se levantará, se transformará. La venganza es un plato que se sirve frío, y yo sé esperar.

Quizás también le guste

La Esposa Virginal del Alfa

La Esposa Virginal del Alfa

Baby Charlene
4.9

EXTRACTO DEL LIBRO. "Quítate la ropa, Shilah. Si tengo que decirlo de nuevo, será con un látigo en la espalda", sus frías palabras llegaron a sus oídos, provocando que le recorriera un escalofrío por la espalda. La chica sostuvo su vestido con fuerza contra su pecho, sin querer soltarlo. "Soy virgen, mi rey " su voz era demasiado débil para decir con claridad las palabras, que apenas se escucharon. "Y tú eres mi esposa. No lo olvides. Te pertenezco desde ahora y para siempre. Y también puedo optar por poner fin a tu vida si así lo quieres. Ahora, por última vez, quítate la ropa". * * Shilah era una joven que provenía de los hombres lobo, también conocidos como los pumas. Creció en una de las manadas más fuertes, pero desafortunadamente, no tenía habilidades de lobo. Ella era la única de su manada que era un lobo impotente y, como resultado, su familia y otros siempre la intimidaban. Pero, ¿qué sucede cuando Shilah cae en manos del frío Alfa Dakota, el Alfa de todos los demás Alfas? También era el superior y líder de los chupadores de sangre, también conocidos como vampiros. La pobre Shilah había ofendido al rey Alfa al desobedecer sus órdenes y, como resultado, este decidió asegurarse de que ella nunca disfrutara de la compañía de los suyos al tomarla como su cuarta esposa. Sí, cuarta. El rey Dakota se había casado con tres esposas en busca de un heredero, pero había sido difícil ya que solo dieron a luz niñas: ¿Era una maldición de la diosa de la una? Era un rey lleno de heridas, demasiado frío y despiadado. Shilah sabía que su vida estaría condenada si tenía que estar en sus brazos. Tanbíen tenía que lidiar con sus otras esposas aparte de él. Ella fue tratada como la peor de todas, ¿qué pasaría cuando Shilah resulta ser algo más? ¿Algo que nunca vieron?

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro