Estaba todo listo para la noche perfecta. Siete años con Luciana, mis amigos en el salón, la cena preparada y en mi bolsillo, el anillo. Pero Luciana no llegó. La llamé y una voz arrogante, ajena a ella, me respondió: era Iván, su protegido. Dijo que estaba "ocupada" ayudándole en su estudio. Minutos después, el golpe de martillo llegó: una publicación en Instagram de Iván, una foto de Luciana riendo con la leyenda "¡La musa perfecta! ¡Enamorado! ❤️". El aire se me escapó de los pulmones, la humillación me asfixió. Cuando ella apareció, tarde en la noche, actuó como si nada, me pidió la cena y luego, ante mi ultimatum de quedarse o irse con él, me tachó de celoso y posesivo antes de cruzar la puerta, de su brazo. ¿Cómo podía una persona ser tan cínica, tan vacía? ¿Siete años de amor para esto? ¿Para ser reemplazado por un aspirante a artista que se atrevía a reírse de mí? Fue el clavo en el ataúd de mi pasado. Esa misma noche, decidí que no había nada más para mí en Sevilla. Tomé la maleta y me marchaba, dejando atrás los escombros de lo que creí que era mi vida. Pero lo peor de su traición, estaba aún por llegar.
Estaba todo listo para la noche perfecta.
Siete años con Luciana, mis amigos en el salón, la cena preparada y en mi bolsillo, el anillo.
Pero Luciana no llegó.
La llamé y una voz arrogante, ajena a ella, me respondió: era Iván, su protegido.
Dijo que estaba "ocupada" ayudándole en su estudio.
Minutos después, el golpe de martillo llegó: una publicación en Instagram de Iván, una foto de Luciana riendo con la leyenda "¡La musa perfecta! ¡Enamorado! ❤️".
El aire se me escapó de los pulmones, la humillación me asfixió.
Cuando ella apareció, tarde en la noche, actuó como si nada, me pidió la cena y luego, ante mi ultimatum de quedarse o irse con él, me tachó de celoso y posesivo antes de cruzar la puerta, de su brazo.
¿Cómo podía una persona ser tan cínica, tan vacía?
¿Siete años de amor para esto?
¿Para ser reemplazado por un aspirante a artista que se atrevía a reírse de mí?
Fue el clavo en el ataúd de mi pasado.
Esa misma noche, decidí que no había nada más para mí en Sevilla.
Tomé la maleta y me marchaba, dejando atrás los escombros de lo que creí que era mi vida.
Pero lo peor de su traición, estaba aún por llegar.
Otros libros de Gavin
Ver más