Me llamo Alma, una mujer en la cotidianidad un ser a mi ver de lo más común como cualquier otra. Por otra parte vista por muchos con admiración por la fortaleza, la firmeza y dedicación determinada con la que lleva a diario su vida. Mi Diario
Conocà al chico de mis sueños, ese que en adolescencia hace que pierdas la respiración, las piernas te tiemblen y el estómago se revuelve por tanta emoción... Wilmer ssss
...Y cómo todo una telenovela la excusa perfecta! LAS TAREAS! Y fue asà que conocà la parte más dulce de mi ser, amar sin siquiera importarme si sentÃan lo mismo por mi. Creo que por mi absurdo pasado de la niñez que nubla con oscuridad mi alma enferma de dolor, amargura y frustración que procuro mantener el silencio para no ser tratada con lastima.
TenÃa 11 años, recuerdo claramente cuando mamá en su afán de ser una mujer autosuficiente carecÃa del carácter para exigir la responsabilidad que correspondÃa a mi padre. En ese entonces, no entendÃa sus razones de desvalorización de ella para consigo misma.
Fue hasta que sucedió lo terrible. Mi madre gustaba de preparar queso casero y compraba la leche al dueño de la finca en la que crecà y donde vivÃamos desde siempre.
[El responsable de entregarla, un señor sin escrúpulos que obviaré su nombre, pues no merece tanta consideración. Recuerdo que mi familia le apreciaba tanto como si fuese de la familia, más no sabÃan que era tan pervertido que le apetecÃa de manera enferma tenerme.
Cada vez que le miraba cuando supe sus intenciones, el miedo invadÃa mi ser al extremo de querer morir, no sabia lo que pasaba. Ignoraba tanta maldad y la inocencia no me permitÃa ver más allá de maldad].
El anciano tenÃa todo planeado, esperó a que mi mamá estuviese en el momento más ocupado! Para hostigarla y hacer que en la prisa enviara por la leche. Mi mamá al sentir la presión, hizo lo que tenÃa a mano, enviarme a mi por ella..