Rosalie POV
Era lindo estar así, simplemente en su habitación viendo como él juega videojuegos.
-¿Segura que ya no quieres jugar, amor?- me pregunta Alex, mi novio.
-No...estoy un poco cansada- él asintió y siguió concentrado jugando.
Yo sólo estaba con mi cabeza recostada en sus piernas, mi mirada viajaba de la pantalla de la televisión a la cara de Alex. No podía creer que ya llevábamos 3 años de noviazgo, ¿cuántas cosas no hemos aprendido el uno de otro? ¿Cuántos problemas no hemos tenido y superado? ¿Cuántos lindos momentos hemos vivido juntos?
Si me pusiera a contar todos aquellas acciones que me han hecho enamorarme de él probablemente no acabaría ni en un millón de años...bueno no es para tanto, sólo sé que no quiero que este momento termine nunca; recuerdo cómo comenzó todo.
*Flashback*
Primer día del instituto y mis nervios están a raya, lo cual se debe a que los primeros días nunca se hace nada productivo y a que conozco a la mayoría con los que estaré en clase.
Llegué unos minutos antes de lo esperado así que recorro la escuela para ver dónde quedan las cosas básicas que pueda necesitar, por ejemplo los baños y la cafetería. Tomé mi horario y camino al salón donde se supone que me tocaba mi primera clase, encuentro el salón y entro, busco el mejor asiento y lo encuentro; es uno junto a la ventana, está en medio de las filas de bancas así no estaré ni muy atrás ni muy adelante.
Al poco tiempo otras personas empiezan a llegar, algunas las conozco y las saludo, pero entran otras que nunca en mi vida las había visto. Llega una chica que estuvo conmigo en mi pasada escuela, creo que se llamaba Ayleen; no recuerdo haberle hablado mucho, ella era algo tímida.
-¿Está ocupado este asiento?- me pregunta.
-No- respondo sonriendo.
-¿Puedo sentarme contigo?
-Claro- ella sonríe agradecida y se sienta, el silencio se siente como cuchilla entre nosotras, por lo que me veo impulsada a hablar.- ¿Y cómo te ha ido en estas vacaciones?
-Uh, pues bien...me quedé en casa viendo series y películas, ¿y a ti cómo te fue?
-Pues creo que bien, mi familia no salió así que creo hice lo mismo que tú.
No tuvimos más tiempo para platicar, el maestro llegó.
-Buenos días muchachos, mi nombre es Simón Smith y seré su maestro de Historia- se presentó, luego fue interrumpido cuando tocaron a la puerta. Era un chico que al parecer llegaba tarde.
-Lamento llegar tarde, me he perdido en el camino- dice ante la mirada severa del profesor, este le hace la seña para que pase. Mientras él camina hacia un asiento que está hasta atrás, yo lo observo un poco. Se mira que es muy serio pero es algo atractivo. Tiene la palabra "misterio" grabada con letras neón en la frente.
Las clases transcurren y por fin llega la hora de descanso, voy a la cafetería junto con Ayleen, hemos hablado un montón en clase ya que nos han puesto trabajos en parejas...además no está nada mal que empiece a hacer amigas. Encontramos una mesa vacía y vamos hacia ella.
-Ya quiero tener vacaciones- dice Ayleen tomando su comida.
-Yo igual y eso que apenas llevamos unas horas aquí.
-No me quiero ni imaginar cómo será en unos meses con todos los trabajos, tareas y eso- asiento mostrando que concuerdo con ella.
Empecé a quitar el papel donde tenía mi hamburguesa pero mi atención se vio desviada cuando un chico entró a la cafetería, era el chico que llegó tarde al salón. Era extraño identificarlo así pero no sabía su nombre así que mientras tanto lo llamaría así. De repente él fijó sus ojos en los míos, me atrapó viéndolo, mis mejillas se comenzaron a sentir calientes, él elevó una ceja y yo desvié la mirada.
-Ese chico es extraño- dice Ayleen, obviamente hablábamos del mismo chico.- Tiene un toque de no sé qué que me da cosa, siempre está solo...bueno, al menos en clase no lo vi socializar con nadie.
-Umm es el primer día, ha de ser por eso- aseguré, Ayleen bufó y se concentró en su comida.
*****
Ya había pasado 2 semanas de clases y el chico que llegó tarde seguía sin hablar con nadie en el salón de clases, durante el descanso siempre lo miraba solo sentado con sus audífonos puestos. En ocasiones noté que algunas chicas se acercaron a hablarle pero tal parece que las corría o no sé qué hacía para que ellas se apartaran de él.
Comienzo a pensar que Ayleen tiene razón, se trata de un psicópata asesino que se oculta en un adolescente y por eso siempre es solitario; si hace "amigos" los lleva a algún lado y los asesina violentamente.
Tenemos mucha imaginación ¿no?
Ya está por sonar el timbre para el inicio de clases y Ayleen ni sus luces, todos los asientos están ocupados, cosa que es realmente rara porque nunca sucede esto. Creo que hay menos mesas y sillas, veo el salón un poco vacío o quizás está más amplio que ayer, depende de cómo lo quieras ver.
Veo de reojo una silueta entrar al salón, pienso que se trata de mi amiga pero al levantar la vista veo que es el chico extraño, él comienza a ver a todos lados y ve que su asiento ya está ocupado, busca por otro asiento hasta que mira el asiento que está desocupado a mi lado, viene hacia acá.
-Disculpa ¿podría sentarme aquí? No hay más lugares- el timbre suena y con eso ya sé que Ayleen no vendrá y aunque llegara el maestro no la dejaría entrar, él es un maniaco de los timbres así que si llegas después del timbre olvídate de la clase.
-Claro- él toma asiento a mi lado y me tengo que contener las ganas de voltearme a mirarlo para descubrir si es un psicópata o no.- Oye, ¿cómo te llamas? Somos compañeros de clase y no sé tu nombre- digo tratando de simular simpatía, todo esto lo hago para buscar su nombre en google y ver si no tiene algún historial sospechoso.
-Alex- murmura y se voltea, comienza a sacar un cuaderno ya que la clase empieza.
Odio esta clase, historia es la clase más aburrida que podré tener en toda mi vida, además no tengo con quien platicar. Miro de reojo a Alex y veo que él ni atención está poniendo a lo que dice el maestro, en su lugar, está dibujando. Arranco un pedazo pequeño de una hoja de mi cuaderno.
"Yo soy Rosalie"- escribo y disimuladamente la pongo al lado del cuaderno de Alex, éste ve la nota con el ceño fruncido como si se tratara de un problema de matemáticas imposible de resolver. Segundos después lo toma y lo abre.
Veo que escribe algo y al terminar me la devuelve.
"¿Mucho gusto?"- leo.
"¿El gusto es mío?"- le respondo.
"Deberías poner atención en la clase"
"¿Así como tú también deberías?"- veo que sonríe al leer la nota e instantáneamente las comisuras de mis labios se elevan.