La Resonancia del Amor Eterno

La Resonancia del Amor Eterno

Gavin

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Capítulo

Durante dieciocho años en este México del siglo XIX, cumplí mi misión. Luché contra una enfermedad terminal del siglo XXI, solo para ganar afecto y sobrevivir. Desde niña, intenté complacer a mis padres, cuyos ojos solo veían a mi hermana gemela, Sofía. Luego me casé con Mateo, el Regente, a quien salvé en batalla; pero su corazón permaneció tan frío como el de mi familia. Ahora, hasta el perro que rescaté me gruñe con hostilidad. El sistema dice 0% de afecto. Cansada y al borde de la muerte, con mi enfermedad terminal de regreso, decidí rendirme. Pero mi tortura apenas comenzaba. Mateo forzaba a arrodillarme en la nieve, me arrastraba y me obligaba a usar mi sangre para los "milagros" de Sofía. Mis padres exigían más sanaciones, viendo mi enfermedad como una farsa. Sofía, la "Diosa" para el pueblo, se burlaba y me golpeaba, luego fingía ser la víctima. Fui envenenada y dada por muerta, solo para despertar en un convento y seguir siendo su esclava. ¿Por qué me hacían esto? ¿Por qué me odiaban tanto? Cuando mi corazón finalmente se detuvo, creí que era el fin, pero el sistema tenía otros planes. ¡El arrepentimiento de mis verdugos podría curarme! He renacido como la astuta Princesa Lía, y mis torturadores pronto sentirán el verdadero sabor de mi "muerte".

Introducción

Durante dieciocho años en este México del siglo XIX, cumplí mi misión.

Luché contra una enfermedad terminal del siglo XXI, solo para ganar afecto y sobrevivir.

Desde niña, intenté complacer a mis padres, cuyos ojos solo veían a mi hermana gemela, Sofía.

Luego me casé con Mateo, el Regente, a quien salvé en batalla; pero su corazón permaneció tan frío como el de mi familia.

Ahora, hasta el perro que rescaté me gruñe con hostilidad.

El sistema dice 0% de afecto.

Cansada y al borde de la muerte, con mi enfermedad terminal de regreso, decidí rendirme.

Pero mi tortura apenas comenzaba.

Mateo forzaba a arrodillarme en la nieve, me arrastraba y me obligaba a usar mi sangre para los "milagros" de Sofía.

Mis padres exigían más sanaciones, viendo mi enfermedad como una farsa.

Sofía, la "Diosa" para el pueblo, se burlaba y me golpeaba, luego fingía ser la víctima.

Fui envenenada y dada por muerta, solo para despertar en un convento y seguir siendo su esclava.

¿Por qué me hacían esto? ¿Por qué me odiaban tanto?

Cuando mi corazón finalmente se detuvo, creí que era el fin, pero el sistema tenía otros planes.

¡El arrepentimiento de mis verdugos podría curarme!

He renacido como la astuta Princesa Lía, y mis torturadores pronto sentirán el verdadero sabor de mi "muerte".

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