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La nobleza de la dama

La nobleza de la dama

Drava Ameri

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16
Capítulo

En una tierra donde las promesas y los sacrificios moldean el destino, un joven héroe emerge, dispuesto a arriesgarlo todo por su amada y por sus convicciones. Esta es una historia de amor y valentía, donde nuestro protagonista se enfrenta a una serie de batallas que desafían su vida, sus amistades y todas sus posesiones. Cada paso que da está cargado de riesgos y decisiones que podrían cambiarlo todo. En un giro inesperado de la trama, un nuevo personaje toma el centro del escenario, asumiendo el protagonismo y enfrentando una avalancha de problemas que pondrán a prueba su fortaleza y determinación. A medida que se desenvuelven estas pruebas, el relato se profundiza, revelando las complejidades de un mundo donde el sacrificio y la lealtad son puestos a prueba constantemente. Esta épica aventura nos sumerge en un viaje de descubrimiento y resiliencia, donde los protagonistas deben enfrentarse no solo a sus enemigos, sino también a los dilemas internos que amenazan con consumirlos

Capítulo 1 Una nueva vida

Mi nombre es Lowell, soy hijo de Murdock el actual marqués de Perstin, mi padre normalmente no está en la mansión principal de la familia, casi siempre se encuentra en el castillo junto a mi hermano mayor Héctor, quien será el próximo marques, yo planeo ser el mejor general que haya visto Perstin, ya he dominado todo lo que se me ha podido enseñar en el arte de la espada, por lo que todos creen que en momento de una guerra yo seré el que lidere las fuerzas del frente en el campo de batalla.

Así que solo puedo vivir mi vida en la mansión acumulando conocimientos hasta que mi hermano se convierta en el marqués, pero eso será dentro de algunos años.

Justo ahora me dirijo con mi padre ya que he sido llamado para recibir noticias importantes de su parte y desconozco de que se traten.

Quedamos de vernos en una cabaña perteneciente a la familia para evitar hacerse pública mi salida de la mansión, así como su ausencia en el castillo, al llegar lo vi sentado en un sillón de pieles cerca de una chimenea que mantenía caliente el lugar.

-Gracias por venir desde casa hijo mío, pero lamento decirte que solo te quedaras esta noche y partirás de regreso en la mañana- exclamo mi padre con felicidad a mi llegada, pero con algo de vergüenza por el pronto retiro de mi parte.

-Dime padre, ¿Qué es tan importante como para detener mi entrenamiento de caballería? - bromee con él, tenía semanas de no verle y lo menos que podía hacer con él era tener una charla amena después de tanto tiempo.

-Hijo mío, ya han pasado más de siete meses desde que cumpliste la mayoría de edad por lo que debes tomar a una mujer como esposa, así que he arreglado un trato con el marqués de Barion para que te cases con la princesa de Barion, su nombre es Alesya, es una jovencita bastante amaestrada en las artes, todo su reino la conoce como "la esmeralda de Barion" - podía ver algo de felicidad de su parte, su hijo menor estaba comprometido después de que por tanto tiempo solo se concentró en su entrenamiento, temiendo que nunca sentara cabeza, arreglo un matrimonio, así asegurando el legado familiar.

-Gracias por tu preocupación padre- ¿Qué más podía decir? mi padre no aceptaría un no por repuesta si no se trataba de una noble con renombre y (según su criterio) merecedora de la casa real de Perstin. Podría ser quisquilloso en algunas cosas, pero algo como el matrimonio no era capaz de cruzarme el pensamiento... aun.

-Ahora descansa para que mañana temprano puedas regresar a la mansión, debo volver con tu hermano que al contrario de ti, él es muy testarudo para aprender- se paró de su asiento dirigiéndose a una habitación para descansar, yo debía hacer lo mismo, el viaje no era muy largo pero para ir varias horas a caballo, definitivamente no era nada cómodo -ya no debes practicar con la espada ya eres mejor que los caballeros reales, será mejor que vivas tu juventud- y prosiguió a entrar a su habitación cerrando la puerta, no podía evitar en pensar quien sería esa princesa Alesya y si de verdad era como mi padre mencionaba

-Sí, lo intentare padre - fue lo mejor que podria decirle, si me negaba me reprocharía diciendome que seria un pesimo principe por no apoyar a mi reino

-Lowell casi lo olvido, dile a la ama de llaves que esta vez solo será una sirvienta calificada la que llegará a la mansión - menciono con la puerta cerca de cerrarse aun dandome la espalda como si su cansancio seria demasiado como para ver a su hijo menor

-Si padre, no te preocupes se lo diré - le respondí aun teniendo en mente lo que debia digerir ya que estaba comprometido contra mi voluntad y ademas de una nueva sirvienta que recibir en la mansion, es verdad que no me molestaba en lo mas minimo pero el hecho de que podria llegar a olvidarlo me podria traer muchos problemas con padre

En la tarde del día siguiente llegué a la mansión, el trasero me dolía de muchas horas cabalgando para regresar a casa, lo bueno es que desde mi perspectiva en ese entonces es que creía (de corazón creía) que el resto del día seria tranquilo. Fui directo a los establos para dejar comiendo a mi caballo Taril y regresé por la entrada principal para ser recibido por la ama de llaves.

-He vuelto - anuncie esperando a Miya, aquella mujer de cuarenta años que cuido de mí y de mi hermano mientras nuestro padre se ocupaba de sus deberes.

-Bienvenido de vuelta joven Lowell, ¿Cómo le fue con el amo Murdock? - Me recibe con una sonrisa, sus ojos escondidos por sus mejillas y con su cabellera negra con las primeras raíces plateadas que daba paz al verla, no sé si por el aura que emanaba o por la confianza que ya le tenía.

-Bien, gracias Miya, por cierto, mi padre me dijo que llegaría una nueva sirvienta dentro de poco - le dije con una sonrisa por la serenidad que me transmitia aquella amable mujer

-Así es, llegó esta mañana, su nombre es Bresh ya le he dado el recorrido por las áreas principales de la casa para que sea capaz de realizar sus tareas, debería estar en el comedor - menciono regresandome la sonrisa que le di mientras me indicaba con su mano hacia el comedor sin llegar a apuntar, era una seña tan sutil que parecia una invitacion que podria ser facilmete rechazada aunque yo no era se esas personas

-En ese caso iré a presentarme para que se sienta bienvenida - empecé a dirigirme al comedor de la servidumbre mientras oía como Miya mencionaba como era tan amable por tan simple acto, al llegar y ver el rostro que desconocía decidí presentarme ante ella.

-Disculpe señorita, mi nombre es Lowell de Perstin y soy el hijo del marques Murdock de Perstin, es un gusto conocer a una nueva sirvienta - pego un brinco en cuanto le hable ya que me le aparecí desde la derecha sorprendiéndola

-Mi señor - de manera automática se paró e hizo una reverencia sujetando su falda y agachando la cabeza - gracias por aceptarme en su morada, hare todo lo que deba para no decepcionar a la casa real de Perstin - se veía que era educada, posiblemente logro tener una educación o trabajo para otra casa noble en el pasado.

Aunque se veía más joven que yo, el hecho de que solo ella fuera calificada para trabajar en la mansión hablaba mucho de sí, además, su piel era como la cocoa, y su cabello, sujeto por una coleta larga, daba la ilusión de que la noche se había convertido en una cascada, mientras que sus ojos parecían dos hermosas lunas llenas.

-Bien Bresh ¿Lynia (otra de las sirvientas de la mansión) ya te explico cómo son las cosas aquí? - ambos fuimos sorprendidos por Miya (que sin darme cuenta) me había seguido.

-Si señora - respondió Bresh de manera rápida y sin tartamudear

-Esplendido - dijo Miya con una alegre y cálida sonrisa - joven Lowell lamento decirle que sus aposentos no han sido limpiados adecuadamente debido a que no le esperábamos tan pronto, ¿no le molesta que ella sea quien limpie sus aposentos? - me pregunto de manera indiscreta

-Por supuesto que no, no tengo inconveniente alguno - respondí regresándole la sonrisa

-Maravilloso - dijo Miya justo antes de mandar a Bresh a mis aposentos para limpiar

-En seguida, con su permiso amo Lowell - contesto Bresh y fue de manera un poco rápida para comenzar sus deberes

-Debe disculparme joven Lowell la verdad no esperaba su llegada tan pronta - dice Miya sin perder su tono tan calmado y sereno

-Para nada Miya, se lo agradezco, por el momento iré al jardín - le dije sin perder mi sonrisa de hace un rato

- ¿Irá a practicar de nuevo joven Lowell? - me pregunto aun sabiendo que había terminado mis entrenamientos y practicas desde hace unas semanas

-No - le respondí de manera directa y sin vacilar - solo iré a contemplar el jardín un poco -

-De acuerdo, le indicare cuando terminen de limpiar sus aposentos - me dijo con una mirada un poco dudosa como si pensara que es extraño de mí que hiciera eso

-No será necesario - le dije - entrare cuando se sirva la cena, este día lo usare para relajarme un poco- le mencione mientras miraba la puerta que me dirigirían a los jardines sin perder de vista a Miya

-Como desee joven Lowell, lo llamare cuando se sirva la cena - me dijo un poco más relajada y se va tan rápido como su respuesta

Salí al jardín que está al lado de los establos y un poco antes de los manzanos - faltara poco para que den frutos - pensé, pero solo quería recostarme en el suave césped y mirar el cielo, seguí pensando por unas horas - no importa lo que le diga, mi padre ya ha planeado mi futuro y me deberé casar con la princesa de Barion "la esmeralda de Barion" porque será ese nombre - me enfoque en mis pensamientos hasta que...

-JOVEN LOWELL!!!!!! - salió Miya muy alertada llamándome

-Miya! - me pare de un salto y mire a Miya que parecía preocupada - ¿qué pasa? - le pregunte

-Joven Lowell se aproximan unos caballos parecen bandidos o mercenarios - me dijo un poco acelerada, pero supuse que era normal fue al jardín corriendo desde la entrada principal

-Está bien Miya, ve por mi espada y dígales a las sirvientas que se preparen- le dije con seguridad y con voz serena para que se tranquilizara un poco

-De inmediato - me dijo después de tomar aire y volvió a salir corriendo hacia los adentros de la mansión

No tardo mucho para que Miya volviera -Joven Lowell aquí está su espada - me dice mientras me entrega la espada

-Gracias - le respondí mientras salía al frente de la mansión para recibir a las personas encapuchadas que venían en los caballos

A lo lejos logre ver que las personas tenían armas consigo, aunque un poco ocultas, en ese momento no pensaba que las cosas se complicarían cada vez más, no porque tuviera que pelear sino por quienes llegaron en los caballos, y una voz imponente que parecía de un guerrero me pregunto

-Estamos en la búsqueda del Lord Lowell de Perstin, ¿es usted? - su voz parecida a la de un formidable guerrero resonó tanto como su presencia imponente

-Asi es - respondí mientras tenía mi mano en la empuñadura de mi espada listo para desenfundar - retírense las capuchas - les dije de manera amenazante sin tener una idea de quienes eran

-Háganlo - les dijo una voz femenina muy dulce, aunque con mucha autoridad

En ese momento solo pude quedarme viendo una mirada que capto toda mi atención unos ojos verdes que eran tan brillantes como un par de esmeraldas, eso pensé hasta que escuché...

-Mi nombre es Sir Cralio de Barion - exclamo el caballero con el símbolo real de Barion - ellas son Sir Priscila y la princesa Lady Alesya de Barion

En ese momento solo pude formular una pregunta - ¿porque no se me notificó por parte de Barion que vendrían hacia mi morada?, Lady Alesya - le pregunte a aquella princesa dejando de lado a sus caballeros reales

Aún recuerdo la primera vez que escuche su voz, -Lord Lowell, solo le diré que mi padre no está enterado de esta visita inesperada, que le hago al joven con quien me ha comprometido, solo quería informarme por mi misma qué tipo de persona es antes de que me desposen con usted- con tan solo de escuchar su voz me irritaba, pero debía aprender a tolerarla ya que ella sería mi esposa o eso pensaba

- ¿No nos invitara a pasar, Lord Lowell? - dijo La princesa Alesya que parecía un poco disgustada por esperar

-Por supuesto - contesté casi de inmediato, - por aquí, pasen, la ama de llaves los recibirá en la entrada y les mostrara sus habitaciones - dije mientras los guiaba hacia la puerta principal de la mansión, pare en la entrada mientras, les dije a Lady Alesya y Sir Priscila que entraran para que Sir Cralio y yo dejáramos los caballos en el establo

-Mi Lady, no le molesta esperarme adentro - le dijo Sir Cralio a Lady Alesya

-Claro que no, ve, pero no tardes mucho - le contesto de una manera un poco disgustada

Me dirigía hacia la parte trasera de la mansión donde estaban los establos guiando a Sir Cralio por el recorrido, pero parecía que ninguno de los dos quería entablar una conversación y en lo personal no me importaba en ese momento solo pensaba lo que haría para poder soportar a Lady Alesya como esposa, cuando llegamos le explique a Sir Cralio que se les daría comida y agua a sus caballos el tiempo que estuvieran hospedándose en la mansión de la familia real de Perstin

-Lord Lowell, si me permite la pregunta, ¿que hará con Lady Alesya cuando la despose? - me dijo sin siquiera mirarme como si no quisiera saber la respuesta

-La verdad no sabría que responder, aunque siendo totalmente sincero nunca planearía ni le haría nada malo a una dama - esa fue mi respuesta

Sir Cralio solo salió del establo sin mirarme y se dirigió de nuevo a la entrada principal, en ese momento pensé que mi respuesta no era la que él esperaba, cuando entramos a la mansión Miya nos recibió de la mejor manera posible mientras nos avisaba que la cena se serviría dentro de poco, en cuanto Miya le indicaba cuales serían sus aposentos a Sir Cralio yo me dirigí a mis aposentos para realizar un poco de lectura, solo quería distraer mi mente hasta la cena donde podría hablar con Lady Alesya

Mientras estábamos en la cena Lady Alesya no paraba de hablar, era un tanto fastidiosa y no le preste mucha atención, solo podía esperar hasta que terminaran de cenar y así poder preguntarle cuanto tiempo se quedarían en mi morada, en esos momentos no podía dejar de pensar en la espada "especial" que le había encargado al herrero del pueblo así que me emocionaba poder blandirla hasta que...

-Lord Lowell, ¿me esta escuchando? - me pregunto la misma voz fastidiosa que tanto me molestaba, incluso por un momento llegue a pensar que lo hacía a propósito

-Sí, solo me distraje un momento, pensaba en una nueva técnica de combate - le mentí ya que nadie de la servidumbre sabia sobre el encargo que le di al herrero y no quería darle una razón para molestarme o que me reproche

-Interesante - me interrumpió Sir Cralio -Lord Lowell si no le molesta me intriga ver sus tácticas de combate le parecería si un día... -

-Ejem... - vuelven interrumpir, en esta ocasión fue Lady Alesya para evitar la propuesta de su caballero real

-Estaría dispuesto a tener un combate amistoso con usted Sir Cralio - le respondí sin pensarlo dos veces

-En fin, Lord Lowell ¿le molestaría si nos hospedamos aquí un par de días para poder conocerlo mejor? - Alesya dijo después de un suspiro largo que parecía de enojo y preocupación

-No veo el problema, siempre y cuando mi padre no vuelva a la mansión en esos días y no se ocasione ningún problema entre Barion y Perstin estoy de acuerdo - dije un poco a regañadientes, pero de tal manera en que aun sonara amable

-Me parece bien, sin más, nos disculpa Lord Lowell nos retiramos a nuestros aposentos - me dijo antes de darse la media vuelta y retirarse

En cuanto volví a mis aposentos solo podía pensar -diablos solo es cuestión de días a que lleguen los mayordomos con la caza de este mes - recordando que el herrero me dijo que en un par de días estaría mi espada, solo espero que pueda tener mi encargo antes de que vuelvan, me desvele mientras pensaba, luego en un punto de la noche logre escuchar unos pasos que detuvieron en mi puerta -todos deben estar dormidos - pensé, tome mi espada y me moví sin hacer ruido, luego esa persona salió corriendo de nuevo, mi mente se llenó de preguntas "¿Quién era?, ¿Qué hacía aquí?, ¿sabía que eran mis aposentos?" no logre dormir mucho en esa noche

Durante la mañana siguiente Bresh me despertó ya que me había quedado dormido, el almuerzo ya se había servido así que debía bajar para almorzar, baje al comedor sin saber lo que me encontraría

-Buenos días Lord Lowell - me recibe Lady Alesya con mucha energía y una sonrisa de oreja a oreja - Lord Lowell van a realizar un festival en un pueblo cercano, ¿qué le parece si nos acompaña? - me pregunta sin poder responderle el saludo

-Me encantaría, pero debo hacer mis entrenamientos matutinos además de mis practicas por la tarde - le dije solo para que me dejara en paz - es demasiado energética para mí y eso es muy molesto - pensé

-Ya veo - me dijo mirando hacia el suelo sin perder esa sonrisa que la caracteriza - en ese caso no le molestaría que fuera con mis caballeros a ese festival -

-No para nada, diviértanse - tuve que suprimir mi sonrisa para que no se enterara que eso era lo que buscaba

En cuanto los despedí en la entrada de la mansión no pude ocultar mi sonrisa, pero solo pensaba en ir a mis aposentos para hacer lectura con toda la tranquilidad, hasta que en ese momento Miya me sorprende por la espalda

-Lord Lowell pensaba que había terminado sus entrenamientos y practicas hace unas semanas atrás - me dijo con una mirada un poco molesta ya que ella es quien sabia mejor que nadie lo que había hecho

-Mi-Miya, solo se lo dije porque quería tener un poco de tranquilidad - le respondi sin poder ocultar mis intenciones

-Joven Lowell entiendo que esta mujer pueda ser un poco desesperante para usted, pero, un lord de su nivel debe recibirla de la mejor manera en la mansión - me dijo, ya que era quien mejor me conocía en ese entonces

-Lo se Miya, procurare no hacerlo más - le dije arrepentido de lo que había hecho

Paso el día y fue muy relajante poder tomar lectura en mis aposentos hasta que me di cuenta que comenzaba a anochecer, en ese momento decidí salir a tomar un poco de aire fresco, me recosté en el césped para contemplar el atardecer, hasta que escuche pasos cerca de mí, sin pensarlo dos veces desenfunde mi espada e hice un ataque sorpresa

-Ahhh... l-lo siento m-mu-mucho Lord Lowell no quería importunarlo mi señor, solo caminaba y no esperaba verlo por aquí en verdad lo siento mi señor - me dice Bresh muy nerviosa por como actué de manera tan rápida e impulsiva.

- ¿Bresh?, No hay nada por lo que debas disculparte, al contrario, tu deberías disculparme a mí por atacar sin pensar, por favor discúlpame - le dije cuando enfundaba mi espada mientras me asombraban sus reflejos ya que había evitado mi ataque de manera perfecta

-Pero mi señor yo soy la que ha cometido el error de acercarme sin previo aviso y por ende... - no pudo terminar su oración y solo se quedó callada

-Bueno, dejando eso de lado ¿para que venía ante mi Bresh? - le dije mientras me recostaba, en ese momento pensaba que debían haberla mandado para pedirme algo o que me daría un mensaje de Miya

-Por nada en especial mi señor, solo tenía un momento libre de mis deberes y salí a caminar para contemplar el atardecer - aun parecía tímida mientras me comentaba, pero pensaba que aún no se había acostumbrado del todo a la mansión

-No me molestaría que se sentara, aquí hay una buena vista del atardecer - le dije para que se sintiera más cómoda aunque me sorprendió que mencionara tener un tiempo libre ya que Miya es sumamente estricta con las sirvientas dándoles tareas muy duras, en especial a las nuevas sirvientas

-Gracias mi señor, también me gustaría disculparme por despertarlo esta mañana, si lo desea podría limpiar sus aposentos más tarde - me dijo con un poco de vergüenza y timidez a la vez que se acomodaba a mi lado

-No hay nada que disculpar Bresh aunque yo ya debía estar despierto a esa hora me alegra que tome sus deberes enserio sin importar lo que sean - le respondí con una voz serena para que perdiera esa timidez

-Seguro amo Lowell, siempre daré todo de mi para poder demostrar de lo que soy capaz como sirvienta - me decía mientras se veía decidida

Continuamos hablando a medida en que lentamente caía el sol, hablamos bastante de mi familia y lo que se hacía en la mansión, me decía que le gustaba mucho estar al servicio de la familia real y que tenía muy buenas compañeras hasta que finalmente el sol se ocultó por completo, aún recuerdo como sus ojos resplandecían como un par estrellas en una noche oscura

En cuanto volví a mis aposentos decidí darme un baño, todo era tranquilo y me absorbían mis pensamientos, pensaba lo que haría en cuanto llegara Lady Alesya para poder anular el matrimonio arreglado por mi padre, aunque no sé qué podría hacer si es que ella desea ese matrimonio, no podía pensar en otra cosa y cada vez más me quedaba atónito por minutos hasta que Miya llamo a mi puerta para informarme que la cena se serviría dentro de poco y que Lady Alesya ya había regresado

Durante la cena la princesa Alesya no dijo una palabra parecía mucho más pensativa que antes y sus caballeros se reusaron a acompañarnos durante la cena, intenté de diversas maneras entablar una conversación con aquella princesa fastidiosa que había conocido, pero ni una palabra conseguí en respuesta, pensé que estaba molesta por no haber ido a acompañarla al festival del pueblo, aunque mi mente se llenaba de más preguntas que respuestas no podía sacarme la idea de mi nueva espada y sabía que en esos momentos no era la mejor idea en la cual debería pensar, la noche avanzo y al igual que la noche anterior no logre conciliar el sueño fácilmente y se repitió el sonido de los pasos de la noche anterior aunque esta vez se escuchaba como una segunda persona caminaba hacia mis aposentos y solo logre escuchar que unos pasos que parecían tranquilos comenzaron a acelerarse como si de correr se tratase, al poco tiempo llamaron a mi puerta

-Lord Lowell, ¿aún está despierto? - era Lady Alesya con un tono mucho más serio que el que había escuchado antes

-S-sí, ¿ha ocurrido algo? - le pregunte de inmediato por si debía tomar mi espada

-No, ¿m-me permite p-pasar? - sonaba un poco tímida lo cual me extrañaba a pesar de que llevaba muy poco tiempo de conocerla

-Claro, pasa - le respondí sin saber de qué se trataba todo este asunto

Después de que entrara a mis aposentos tomo asiento a un lado de mi cama en la silla que yo uso para realizar mi lectura y parecía un poco tímida, fue entonces que me dirigió la palabra de nuevo

-Lord Lowell, lamento mucho mi comportamiento de esta noche, es que quería confesarle algo, pero no pude decirlo en ese momento - en cuanto escuche sus palabras pensé que me diría que estaba enamorada de mí, por suerte estaba equivocado

-De que se trata - le pregunte con toda la intriga que me había dejado

-En verdad solo esperaba que pudiéramos sentarnos a hablar porque honestamente solo quería decirle que no estoy de acuerdo con este matrimonio, esperaba que pudiéramos llegar a un arreglo entre nosotros para que nuestros padres cancelen el matrimonio - en ese momento me sorprendió demasiado que ella pensara de manera similar a la mía

-Lady Alesya, me sorprende lo que me dice, pero estoy de acuerdo yo también estoy en contra del matrimonio, pero mi padre no escuchara razones sin importar que le diga - le dije para que entendiera mi posición

-Entiendo Lowell, talvez si usted habla con mi padre y yo hablara con Lord Murdock sería posible que este matrimonio se anule - me dijo después de pensar unos momentos

-Me parece una buena idea, pero tendría que convocarlos con una asamblea en Barion para hablar con Lord Marcus y eso llevaría mucho tiempo, aunque si yo logro hacer que mi padre convoque una asamblea en su nombre lo hara de inmediato- fue la mejor idea que se me había ocurrido en ese momento

Después de mucho pensar y hablar sobre como pondríamos hacer que se anulara el matrimonio arreglado se repitieron los pasos por fuera de mis aposentos, pero en cuanto intente salir para comprobar si era algún enemigo o peor aún que fuera algún sucio ladrón no vi nada, además del hecho de que estaba totalmente oscuro no pude ver nada, ni siquiera una luz, después la noche continuo, así como mi conversación con Lady Alesya, hasta que logramos ver unas antorchas que se acercaban a gran velocidad junto con el alba, después los caballos entraron al territorio de la mansión, en cuanto salí a comprobar quien era me encontré con Miya asi que le pregunte

- ¿Miya que está haciendo aquí?, parece que se acercan unos caballos a lo lejos - le dije porque no parecía alertada en lo absoluto

-No se preocupe joven Lowell, no son enemigos - me dijo con esa voz serena que me tranquilizaba

- ¿En ese caso de quienes se trata? - fue la única pregunta que pude formular en el momento

Miya libero una pequeña risa al verme a los ojos, talvez notandome somnoliento o por mi simple confusión así que solo me respondió diciendo - se avecina el final del mes joven Lowell, ellos están por llegar -

Miya y yo seguíamos hablando hasta que los caballos llegaron, me sorprendió ver que Fenrir el mayordomo en jefe y los demás mayordomos eran los que llegaron a la mansión, aunque un poco antes de lo que acostumbraban

-Fernir bienvenido, parece que tuvieron mucha suerte esta temporada llegaron unos días antes de lo normal - escuche a Miya hablar con Fenrir

-Asi es Miya también cazamos un poco más de lo normal ya que volvimos antes, dejaremos las cosas en los almacenes - le contaba a Miya y parecía que aún no se percataba de mi presencia

-Buenos días Fernir, bienvenido - por el sueño que tenía solo pude decirle pocas palabras

-Mi señor, buenos días me complace informarle que tuvimos una excelente temporada de cacería - me dijo impresionado ya que no me había visto

-Excelente, le gustaría que le ayudara - le dije entre bostezos, aunque hice todo lo posible para disimularlos

-Por supuesto que no, usted joven Lowell debe ir a dormir y debe dejar de hacer su lectura durante la noche - me dijo Miya antes de que Fenrir pudiera responderme

-Si tiene razón Miya, dejare de hacerlo y dormiré bien a partir de hoy - le tuve que mentir ya que no podía decir que una dama estaba en mis aposentos durante la noche

-Bien si me disculpa mi lord mis hombres y yo guardaremos la cacería de esta temporada - Fenrir entendió de inmediato la situación y me despidió para que fuera a dormir

Mientras me retiraba logre escuchar a Miya hablando con Fernir - esplendido, le informo que Lord Lowell tiene invitados y hay una nueva sirvienta, ha llegado recientemente a la mansión - decía Miya, parecía que el tiempo pasaba más lento mientras caminaba ya que pude escuchar la respuesta de Fernir - ¿una nueva sirvienta? Eso es un poco inusual, ¿está calificada? - no podía dejar de intrigarme de lo que dirían asi que me quede escuchando un poco más - la verdad aún no hemos tenido la oportunidad de probar sus habilidades, pero es una sirvienta excepcional, hace un trabajo fantástico - después de eso mi intriga estaba hasta las nubes asi que no podía ver cuál sería la respuesta de Fernir hasta que la escuche - perfecto, después probare sus habilidades para comprobar que está calificada - sabía que los métodos de enseñanza de Fernir eran un poco peligrosos para los mayordomos por eso Miya era quien entrenaba a las sirvientas en caso de ser necesario por eso mismo no pensé que fuera una buena idea que Fernir comprobara que Bresh estaba calificada y por lo que escuche Miya pensaba igual que yo - Fernir, porfavor no sea tan severo como lo es con los mayordomos recuerde que es una dama de quien hablamos - después de eso no pude resistir más y decidí ir a mis aposentos para dormir hasta la hora del almuerzo

En cuanto volví a mis aposentos, Lady Alesya ya se había marchado de estos, supuse que se había retirado a sus aposentos así que volví a dormir con tranquilidad para ir a ver al herrero esa noche y comprobar mi encargo

El día marcho de la misma manera que siempre, todo parecía habitual solo que las sirvientas ya no tenían tanto trabajo ya que los mayordomos habían vuelto y a pesar de estar exhaustos lograban hacer las tareas que les encomendaba Fernir y ya que a ellos les toca la guardia durante la noche podría escabullirme sin problemas hasta la hora del almuerzo ya que Fernir fue quien nos avisó que la cena estaba por servirse al bajar me encontré con Alesya y Fernir pregunto sin pensar

-Buenas noches mi lord, ¿me podría indicar quien es esta bella dama? - por la manera en la que se presentó debo pensar que asumió que era parte de alguna casa noble

-Buenas noches mi nombre es Alesya y soy la princesa de Braion - respondió entre risas antes de que yo pudiera presentarla

-Mi Lady, lamento no haberme presentado, mi nombre es Fernir soy el mayordomo en jefe de la familia real de perstin, es un honor tener a la esmeralda de Barion ante mi presencia - de inmediato se puso nervioso y no pudo disimularlo, aunque se inclinara ante nosotros

-Igualmente es un gusto conocerlo Fernir - dijo ella de la manera más cortes que casi no la reconocí

Después de la cena Alesya me comento que se irían al siguiente día así que tenía la oportunidad perfecta para escabullirme entre las sombras de la noche para visitar al herrero, así que mientras se cambiaba el turno de vigilancia durante la noche logre escabullirme tomando provecho de que los mayordomos seguían un poco cansados de su largo viaje de regreso a la mansión, en cuanto llegue a los establos tome mi caballo y me fui sigilosamente para hacer el mínimo ruido posible y así logre llegar al local del herrero

-Herrero, ¿está ahí? - pregunte al aire con una voz un poco baja dando un par de golpes en la puerta ya que le había dicho que esa sería la señal cuando yo llegara en la madrugada

-Mi señor es un gusto volver a tenerlo aquí, ¿acude para saber el progreso de la espada que me encargo? - salió el herrero que era un señor que tenía mucho parentesco con un árbol de abeto, a comparación de mi persona él era aún más alto que yo con un tono de piel un poco café, aunque no demasiado y siempre muy cordial eso me agradaba de el

-Así es, ¿ya está listo?, sé que es más pronto de la fecha acordada, pero es cuando logre venir ya que he estado bastante ocupado estos días - no esperaba que estuviera lista pero solo quería saber cómo iba progresando el herrero con mi espada

-Lastimosamente aun no la tengo lista, pero si podría esperar unos momentos se la podría entregar hoy mismo - me sorprendió la respuesta que me dio así que decidí esperar mientras pasaba de incognito por un mercado nocturno cercano al local del herrero

Después de un tiempo en el mercado del pueblo me di cuenta que el alba comenzaba a asomarse así que fui de inmediato con el herrero para decirle que volvería otro día, pero me dio una sorpresa

-Lord Lowell, justo a tiempo estaba dándole los toques finales a su espada, fue una obra algo complicada de fabricar, pero logre hacer algo que creía imposible, una espada hecha completamente de plata es impresionante, pero logre hacerla- me decía contento ya que la espada estaba terminada y se enorgullecía de su trabajo

-Impresionante tome esto, es el pago por la espada y le agradezco que la haya terminado en tan poco tiempo - le respondí mientras le entregaba cuatro monedas de oro

-Pero mi señor, esto es más de lo que habíamos acordado no puedo aceptar el sobrante de esta venta- me exclamo mientras me subía a mi caballo listo para volver a la mansión

-Tómelo como agradecimiento por terminar la espada antes del tiempo acordado, sin nada más que decir me debo retirar, de nuevo le agradezco que aceptara mi encargo y haberlo terminado correctamente - le dije justo antes de empezar a cabalgar de regreso a la mansión

Después de cabalgar en la mañana sin casi haber dormido, - solo quería volver a mis aposentos para descansar un poco hasta que deba despedir a Lady Alesya y volver a mi vida tranquila - pensé hasta que me absorbieron mis pensamientos mientras sentía la brisa en mi cara cuando cabalgaba a gran velocidad hasta que algo me golpeo en la cabeza y me derribo de mi caballo, por suerte no eran enemigos ya que en ese caso yo estaría muerto

Cuando abrí los ojos en el suelo vi que ya había llegado a la mansión sin haberme dado cuenta y lo que estaba a un lado de mi me desconcertó era una manzana que estaba golpeada y asumí que eso era lo que me había golpeado en la cabeza y estaba en lo correcto, cuando alguien llego a mí solo pude escuchar que me preguntaban

- ¿Quién eres?, ¿Qué haces aquí?, ¿Por qué intentaste robar el caballo de mi lord? - en ese momento no pude reconocer la voz, pero si un rostro

-Lamento haberla alertado, aunque tiene una buena puntería y precisión Bresh me sorprendió - le respondí, aunque en ese momento ella no me reconoció

- ¿Quién eres?, ¿Cómo sabes quién soy? - me volvió a preguntar antes de quitarme la capucha que llevaba para pasar de incognito en el pueblo

-Buenos días Bresh - no sé porque eso paso por mi mente, pero cuando me retiro la capucha de la cabeza fue lo único que pude decir

- ¿M-Mi señor?, P-po-por favor discúlpeme n-no pensé que era usted, no esperaba que estuviera despierto a tan tempranas horas, ni siquiera la servidumbre ha despertado - parecía conmocionada ya que su rostro se volvió rojo cual tomate y no podía articular sus palabras

-No hay problema en primer lugar yo debería estar en cama durmiendo así que si omitimos decirle este incidente a Miya no le daré una reprimenda - solo le pude decir eso por la falta de sueño y no se me ocurrió algo mejor

Luego de la pequeña controversia con mi sirvienta fui a la cama hasta que llegó la hora y tuve despedir a Lady Alesya en la entrada de la mansión para desearle un buen viaje y que en cuanto vea a mi padre le diré que convoque una audiencia con el marqués de Barion para que asi ambos tomen en cuenta lo que Lady Alesya y yo pensamos al respecto del matrimonio que se nos impuso y de esa manera yo podre ser un gran general de Perstin y solo tendría que esperar a que la asamblea se haga para hacer el intento de que se anule ese matrimonio de una vez

Después de unos meses finalmente el dia de la asamblea con el marqués y la princesa de Barion había llegado, por lo que fui con mi padre y mi hermano al castillo de Barion, aunque mi hermano solo iba por futuras cuestiones políticas y por la simple formalidad de ir toda la casa real de Perstin

-Hijo mio, ¿para qué has querido que convoque esta asamblea? - me pregunto mi padre antes de que entráramos al castillo

-Después te diré padre, ya que solamente me gustaría tratar este tema antes de retirarme - le respondí teniendo mi plan en mente

Entramos al castillo y al salón principal para tener una conversación con el marqués y la princesa, todo se movía conforme a mi plan hasta que todo se vino abajo

-Padre, Lord Murdock me deberán disculpar, pero estoy totalmente inconforme con este matrimonio que se ha arreglado por ese motivo le he pedido a Lord Lowell convocara esta asamblea - me quede sin palabras ya que mi plan se había destruido antes de siquiera iniciarlo

-Hija mía, como osas desafiar las ordenes que tu propio padre te ha dado, haciendo que los nobles de Perstin viajaran tanto para acudir a esta asamblea es imperdonable, lo siento tanto Lord Murdock ... - exclamaba el marqués de Barion antes de que le interrumpiera

-Si me disculpa la interrupción me siento de la misma manera en la que se encuentra Lady Alesya debido a que también me siento muy inconforme con este matrimonio y asi mismo con los ideales de la princesa, yo pedi convocar esta asamblea para hacer que desistan en este matrimonio - explique mientras me levantaba de mi asiento y así evitar que mi padre y el marqués de Barion siguieran con la idea del matrimonio que tanto nos disgustaba a Lady Alesya y a mi

-Hijo mio, princesa Alesya podrían esperar fuera de la sala por favor hablare sobre esto a solas con el marqués de Barion - dijo mi padre con un tono muy serio, parecía que me había metido en más problemas de lo que pensaba

Después de un rato paseando con Lady Alesya llegamos al campo de entrenamiento con Sir Cralio y recordé la propuesta que me había hecho la vez pasada

-Sir Cralio ¿podría venir un momento? - le pregunte interrumpiéndolo mientras entrenaba a los otros caballeros de Barion

-Lord Lowell, es un honor tenerlo en el castillo de Barion, ¿A que se debe está visita? - me pregunto para tener un tema de conversación y estaba muy animado por entrenar

-Lo reto a un duelo amistoso! - excalme frente a Lady Alesya y los caballeros de Barion

-Por supuesto ire por mi... - decía mientras caminaba hasta que Alesya lo detuvo mientras le reclamaba

-Claro que no van a batirse en duelo ustedes dos, lo prohíbo, de ninguna manera lo permitiré - tenía un tono muy molesto mientras le reprochaba a Sir Cralio

-Lo siento querida esto es un duelo formal, pero si lo deseas usaremos espadas de entrenamiento para evitarte preocupaciones - Sir Cralio le susurro a la princesa de Barion con un tono muy sereno lo que hizo sonrojar a esa princesa que me parecía tan molesta de vez en cuando

Después de eso, Sir Cralio llevo ante mí un par de espadas de entrenamiento las cuales estaban hechas de madera de caoba así no se romperían tan fácilmente, luego de un par de choque de espadas logré tener una ventaja en la batalla así mismo mientras me encaraba entre nuestras espadas le dije -Es realmente bueno Sir Cralio me pregunto si ganarme en este combate lograra impresionar a Lady Alesya - a lo que me cuestiono - ¿Qué es lo que quiere decir con eso? - nos alejamos y preparamos el siguiente ataque lo que resulto otro choque de espadas y respondiendo su pregunta anterior le comenté -Sir Cralio al parecer fui el único que escucho que llamo a la princesa "querida" - solo guardo un silencio muy amenazante mientras seguía blandiendo su espada con ira hasta que en un descuido logre darle una estocada con la espada en el pecho y asi ganado el duelo mientras le devolvía la espada le volvi a comentar -Descuida sé cómo se sienten guardare su secreto- asi que me di la vuelta para volver a los jardines junto a Lady Alesya ya que se había retirado en pleno combate hasta que me detuvo Sir Cralio mientras me decía con voz baja para que nadie nos escuchara -Gracias por guardar el secreto, me honra como caballero el haber perdido ante usted -

En cuanto volvi con Lady Alesya me reclamo hasta que se cansó y asi siguió el resto del dia con un reclamo seguido de reproches uno tras otro hasta que mi padre salio con Lord Marcus junto a mi hermano anunciándonos que el matrimonio había sido anulado y que de inmediato volveríamos a Perstin

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