igualmente leve. No me arrepentía de haber gastado todo lo que tenía para salvarla, al contrario, me endeudaría aún más si eso me diera la oportunidad de tenerla de vuelta conmigo. Sin embargo, ella se fue y lo único que quedaron fueron sus cosas esperando ser empacadas para la mudanza que me vi obligado a hacer. — Una dosis más, por favor. — Le levanté el vaso al camarero, quien pronto me trajo otro tequila. Gastaría mis últimos centavos emborrachándome y bebiendo alcohol de calidad. Si fuera a estar arruinado, sería un borracho arruinado con [1] clase.