PERFECTA DIABLA

Una noche

Mimi tropezó sobre su cuerpo antes de caer de bruces en el suelo, aquel callejón oscuro le deparaba crueldad tras crueldad, su vestido corto rasgaba sus piernas virginales mientras Ramiro la arrastraba de vuelta al carro, aquel hombre tenía la mirada enviciada mientras le tapaba la boca y la besaba con dureza.

¡Apartir de hoy eres mi esposa! ¡¿entendido!? No puedes ver a ningún otro hombre princesita...

Le susurro con saña mientras le mordía los labios rojos tan fuerte que pronto se tiñeron de más rojo por la sangre que escurría.

Mimi lo miro con dolor y miedo mientras sollozaba sin poder articular una palabra o poder rechazar esos enormes pectorales que la aprisionaban.

¡Conduce a la finca Arturo!

Gritó Ramiro al conductor quien arranco el Benz a toda máquina por la carretera.

Las calles se hicieron eternas mientras las ruedas rodaban y una pequeña llovizna empañaba los vidrios de aquel carro como si sintieran la tristeza de Mimi y se expresarán por ella.

Mimi corría por una playa con sus piecesitos descalzos cuando tropezó con un cuerpo, rápidamente lo arrastró cómo pudo cortándose la planta en el intento, le dió respiración boca a boca hasta que el hombre saco el agua de sus pulmones y su corazón volvió a latir, antes de desmayarse por la perdida de sangre Mimi logro llamar a una ambulancia y mandarle un mensaje a Astrid su hermana mayor.

¡Despierta estúpida!

Una sonora bofetada la devolvió a la realidad. Ramiro levanto su mentón con ferocidad mientras gruñía antes de agarrarla del pelo y arrastrarla dentro de la casa.

Bam!

El cuerpo de Mimi fue arrojado por el buró y la cama, y un dolor sordo en la cadera la dejo paralizada antes de colapsar en la cama. Antes de caer en la insconciencia Mimi sintió unas manos fuertes arrancarle el vestido mientras los tirantes del mismo dejaban una marca sanguinolenta, durante la noche perdió la noción de cuántas veces despertó y se desmayo en los brazos de Ramiro, quien la ultrajaba con ferocidad.

Un rayo de sol cayó por su cara dando a conocer a una mujer derrumbada de piel clara, sus brazos moreteados colgaban en la cama su cara sería hermosa de no ser por el maquillaje fuerte derritido y sus lágrimas caían silenciosas mientras los pájaros cantaban afuera a todo color.

Lentamente Mimi caminó a trompicones por la habitación, cogió su destruido vestido antes de entrar a la regadera, el agua fría salpicó su cuerpo así como su corazón y su mente, los ojos inchados por el llanto, y la sangre corriendo de su entrepierna, aún era dudoso si era por la noche ajetreada o porque la regla le había llegado.

Mimi agarro un rascador para el cuerpo para frotarlo lentamente por sus heridas antes de aumentar la fuerza hasta que toda su piel se puso roja, cayó lentamente con el chorro de agua sobre la piel, mientras su vida se apretaba y trataba de sonreír.

Pronto escucho a la criada habrir la habitación mientras con su acalorada voz gritaba.

¡Señora! ¡Señora! El señor le ah comprado un hermoso vestido rosa, es necesario que se la ponga, esmerese en arreglarse que hoy en la noche tendrán una cena importante con la familia.

E-Esta bi

¡bam! la puerta se había cerrado de golpe, al parecer la criada se había ido.

Mimi salió a trompicones antes de ver el vestido largo color rosa pálido en la cama, Ya eran las cuatro de la tarde, y tenía que comenzar a arreglarse.

El estómago le rugia del hambre, pero no la conmovió, agarro el vestido antes de ponérselo y comenzar a cepillar el largo pelo castaño, El primer toque de maquillaje cubrió su palidez, el segundo toque su tristeza y el tercer brochazo el rechazo. Un carmín rosa cubrió el moretón y la cicatriz. Ya eran las 6 de la tarde. Mimi se miró en el espejo y sonrió, No! no así.

Mimi volvió a sonreír, ¡Ya casi! Mimi sonrió y la dulzura recorrió su rostro y el amor se reflejo sobre su mirada. ¡Perfecto! justo así.

Ocho de la noche.

¿Lista mi amor? Ramiro abrió la puerta con caballerosidad, mientras cogía la mano de Mimi antes de darle la vuelta y elogiarla.

¡Estás hermosa!

Mimi sonrió rígidamente, antes de alcanzar su brazo, Pronto sintió un dolor punzante en la mano cuando un alfiler se incrustaba en su piel.

Sonríe hermosa, estamos bajando a ver a tu familia y a la mía ¡Justo como querías!

Mimi se obligó a chuparse las lágrimas y sonreír con amor, mientras en el fondo muy en el fondo la tristeza la invadía.

Aquellos escalones se hicieron eternos, antes de llegar al comedor vio a su querida madre Alejandra y a Juan su padre, su hermano Brian y.... ¿y Astrid?

¡Querida! ¿cómo te trata la vida? El abuelo de Ramiro tomó la mano de Mimi mientras sonreía con cariño.

¡De maravilla abuelo! todo es como soñé! Ramiro me ama y ustedes me quieren!

La mandíbula de Ramiro se apretó mientras sonreía. Zorra.

La comida paso sin contratiempos y la velada era genial, todos se sonreían y contaban sobre sus trabajos.

¡Oh mi pobre Astrid! La mamá de Mimi comenzó a sollozar en un punto de la plática, mientras Mimi palideció.

¿Que pasa con mi cuñada suegra?

Preguntó muy caballeroso Ramiro mientras lanzaba una mirada furtiva hacia Mimi con amenaza.

Está débil, al parecer esa terrible enfermedad todavía la atormenta.

¡Necesita dinero? necesita algo? no dude en pedirlo somos familia después de todo! ¡Mi salvadora no puede sufrir!

Gritó Ramiro emocionado.

Oh, no, no es para tanto, solo un poco de dolor, después de todo se lastimo al intentar salvarte y una feroz bacteria arruinó su sistema inmunológico, es probable que necesite un transplante de riñón.

¡mentira! ¡mentirosa!

Mimi casi gritó de la rabia, ¡quieres quitarme a mi hombre! por eso de tu actuación!

Ramiro apretó los puños mientras decía. Yo me encargaré personalmente de buscar un donante para ella, buscaré en todo el país o si no en el mundo entero.

Mi nieto tiene razón, cuente con todos nosotros para salvar al ángel de nuestra familia.

El abuelo declaró antes de toser violentamente

¡Abuelo! Mimi acerco un vaso con agua antes de darle palmaditas suaves en la espalda.

Cof, cof, son afortunados de tener dos hijas tan consideradas, dijo entre toses y risas el abuelo, Pero me tengo que retirar no me estoy sintiendo muy bien últimamente.

Todos se levantaron mientras salían a despedirse y pronto todos se fueron dejando solos a Mimi y a Ramiro.