Sofia Julian
Libro de Sofia Julian(1)
Una mujer imparable
Urban romance Nadia : -¿Cómo que ya no me amas? Después de todo lo que vivimos juntos, y todo lo que soportamos, después de haber abandonado todo por tí, me decís que ya no me amas?
Marcos: - Ya no siento lo mismo, te agradezco por haberme ayudado a encontrar mi camino, pero ya no me siento atraído por tí, siento que merezco a alguien mejor que tú.
Nadia: - Despreocúpate, me abriré camino. Que seas feliz, y ni se te ocurra volver por mí, que no voy a estar para tí como antes.
Luego de esto, Nadia decidió tomar un nuevo camino en su vida. Preparó sus maletas, decidió irse de viaje para olvidar lo que paso, y poder pensar cuál será su nuevo camino. Y lo interesante de los viajes, es que nunca sabes lo que te puedes encontrar. Le puede gustar
Juego de ambición
Katherine Petrova -¿Cuánto tiempo? -escupe Katherine, con los ojos llenos de odio.
-No importa -susurra Alexander, con el rostro tenso.
-Por supuesto que importa -Lya se pone de pie, con el labio partido temblando, el corazón desbocado, sin importarle que está desnuda-. Porque estoy embarazada.
El silencio cae como un trueno en la habitación, haciendo que el aire se vuelva más pesado.
Alexander la mira fijamente, frunciendo el ceño, incapaz de creerlo.
Katherine jadea, como si le hubieran arrancado el aire de los pulmones.
-¿Qué acabas de decir? -murmura él con un tono frío.
Lya coloca una mano temblorosa sobre su vientre. Era ahora o nunca.
-Voy a tener un hijo tuyo... y es un niño.
Katherine se queda inmóvil. Ella y Alexander nunca habían podido concebir. Y ahora, la otra mujer, la amante, le había dado lo único que siempre había deseado.
-No... eso no es posible -susurra Katherine, negando la realidad, relajándose visiblemente en los brazos de su esposo.
Pero la verdad está justo frente a ella, y el veneno en su mirada se vuelve letal.
-Si crees que te dejaré quedártelo... estás equivocada -la voz de Katherine es letal-. No tendrás nada.
Lya mira a Alexander, buscando algo... cualquier cosa... pero él solo aparta la mirada.
-Vístete y lárgate -fue lo único que dijo.