EL SUBIR Y BAJAR DE UNA PROSTITUTA

– La ayud

é comida que no necesitaba ser cocinada para las primeras comidas de mi amigo, fui a un mercado y compré otros objetos personales para ser entregados, antes de eso ya había dejado algo de dinero para afrontar los gastos con agua y luz que usaría Rosa. Regresé a la casa de Jorge para despedirme, espero haberme equivocado, pero Rosa estaba radiante y con una amplia sonrisa parecía decir: _Todos estos favores los voy a pagar con mi cuerpo. Nadie, hasta entonces, se hubiera imaginado por qué el destino se había cruzado en mi camino con el de ella, era que yo solo quería saber de su vida para después escribir el libro que mi nieto me pidió el día de mi cumpleaños. Al día siguiente, cambié la ruta de mis caminatas, y me dirigí a donde vivía Rosa, me recibieron con un fuerte abrazo de agradecimiento, ella estaba limpia, había recibido unos vestidos de Lucía, y luego, con el

un discurso suyo cuando iba a Cuando me contó sobre la conversación que había tenido con su madre, volví al tema y le pregunté cómo habían sido las revelaciones que le había hecho a su madre y escuché: no mostró asombro, molestia o desesperación y dijo :_ Hija, lo que te pasó, no fue el resultado de un noviazgo, sino una exploración de tu inocencia e ingenuidad, este chico te hizo lo que le debe haber hecho a muchos otros, pero, ahora eres mujer, y encontraste la manera de ganarte la vida sola, ya tengo 36 años, conocí a un chico y estoy saliendo con él, su padre nunca asumió sus responsabilidades y ahora necesito vivir mi vida. Él no sabe que tengo una hija, y no pienso revelarle ese detalle, me mudo para e