Una madre por contrato.
Diddier Smith, quién aparte de haber redactado el contrato que t
ercándose a su futura esposa y dándole un suave beso en la mejilla par
, indicándole que guardara silencio, ya
le respondió en voz baja, soltando un pequeño s
extrañado - ¿Por qué no
llorando, lo que despertaba a Airón, por lo que la coloque a un lado de su hermano
de ser amiga de Eva, y a la cual el abogado Smith ya estaba mostrando un contrato de confidenc
quién por una vez estaba alegre de ofrecer un sacramento que no fuera
uien se había perdido por un momento en la explicación de su esposa sobre
e que todo estuviera bien con su vestido, pese a ser un traje de novia
s de sus manos en señal de aprobación. Aunque claro de reojo, no
la ceremonia- mencionó el sacerdote parándose en medio de l
o aqull estaba era algo muy difícil, no era capaz de creerse que pudiera hacer aquello dos días después de qu
en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza,
hora estaba frente a un cura a punto de casarse, por eso cuando le hizo la pregunta de rigor, ella no dudo en decir si, no porque amara a Jeremy, su salvador, ¿Quién podía ser capaz
ace
pente, como si no la esperara. Un nudo se le hizo en la garganta a la hora de responder, pero el deber pudo más que el co
, ac
dos alianzas simples de oro con los nombres de los dos grabados y la
dedo, que por un momento se encogió de pesar. No por no ser una esposa querida, sino por el dolor que
la que ella había dado sus razones, le parecieron más bien una excusa para no pensar en ella como mujer. Como si no mereciera
hacer era ir a abrazar
as feliz... Mu
se para no contestar de la felicidad, no era algo a lo que ellos pudieron acceder como al menos n
a seguir firmando los contratos, ellos los dos que correspondía a su trato
va esposa, al fin y al cabo ella no tenía la culpa de lo que le había suced
insistió en que no debía coger peso mientras le ofrecía su brazo libre para
odía seguir ahí, amaba a su amiga, pero no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo y si más adelante ella hub
morados, pero intentaré ser un buen esposo para mí, al fin y al cabo
uería era meterse en su estudio a oscuras y quedarse allí hasta desfall
i desempeño para ser delante de los demás, tu esposa - respondió ella caminando a su la
chófer salió para abrirles la puerta trasera y ayudarles a a
n, porque era claro que no tendrían intimidad hasta pasado un mes o dos meses, poco menos de eso y eso si él la encontraba bonita, En el fondo Eva estaba segura de que ella solo sería la mad
lí nadie conocía a Marie, estaban de regreso de un
ran un matrimonio, los llevaron a su habitación, no era opción que durmieran
ndrán las niñeras que p
respondió al mayordom
mo para tener una cuna doble en un rincón y que todavía se viera espaciosa - yo puedo
os- le respondió, deslizando su
saber ¿qué tipo de mujer era
de femenina en su interior, hasta los mismos empleados, parecí
ar cómodos entre nosotros. Así nadie