Seduciendo al CEO
no podía adquirir nada de la herencia de mis padres. Tendría que esperar hasta los dieciocho para lograr usar ese dinero y enderezar mi vida. No tenía familia alguna, mis padres se mudaron a est
sde entonces, vago por el mund
opa sucia. Era mejor por mucho estar en las calles que en esos lugares, tenía una amiga de guerra como solíamos llamarnos, con la cual sobrevivíamos de la realidad que azota las calles de la fría ciudad. Su nombre era Mirna, quedó huérfana luego de que sus pa
entada en sus piernas mientras me contaba cuentos donde las princesas eran felices por siempre. Recuerdo a mi padre sentado en su silla favorita leyendo el periódico y hablándole a mi madre sobre las finanzas del país, el olor a café recién hecho que nos preparaba mi nan
ó Mirna mientras tendía la
, antes de toda est
no sé en qué momento se acabó-dijo está mientras
a-animé-, tranquila, el frío pasará
beza, temblando, sin ropa de cambio y con una posible gripa. Habíamos encontrado un pasadizo entre dos casas enormes, nos habíamos saltado una cerca per
y moví a Mirna. Debíamos irnos de aquí antes de que nos vieran y llamaran
s hora irn
tos más, por
os verán-respon
ngas razón.-respon
, las guardamos en nuestras mochilas y est
na de una de las casas adyacentes a donde dormi
úa!-pidió y junta
y estar seguras. Caminamos por horas divagando en las calles de la ciudad, como era costumbre. Pedíamos algo de dinero para poder comer, tam
Mirna señalando una cu
, no somos lad
-, Esas mantas se ven calurosas, ni habl
es razón.-di
ca y vimos lo que habíamos tomado, eran dos mantas en buen estado y recién lavadas. Unos pantalones algo grandes y anchos, unas camisetas y suéteres de lana. No eran
señora, Ros
pondió-, Tenían mucho sin venir, me p
otras zonas, Ros
hambre?-preguntó y solo asentimos.-, Vengan chic
trate como se lo merece. Nos duchamos rápidamente y colocamos la ropa limpia, se sentía tan bien oler a jabón, ordene mi cabello en una trenza para evitar enredarlo. Rosa nos dio una rica sopa caliente y le agradecí muchísimo, por fin comida decente y sobretodo caliente. Terminamos ayudándola
amó una chica un poc
respond
la noche en un
las?-pregunt
Madame Blue las r
dame Blue?-pr
le-volvió a responder-, Tranquilas, no las prostituye
io?-pregunté-, Sabemos
e recogió de la calle cuando tenía dieciséis. Es una mujer con muc
, Lúa-me susurró
que vivir en la cal
yo voy.-d
rmine ac
raje negro nos abrió un gigantesco portón negro permitiéndonos el paso al interior del recinto. La casa era lujo puro por donde la viéramos, había muchas chicas jóvenes también, vestidas con una especie de uniforme que consistía en un vestido
go retirarse y dejarnos a solas con la mujer, era mayor quizá unos cuaren
dades, por f
Diecisiete años.-
Diecisiete añ
a mí-, ¡Cuanto potencial, querida Lúa!- di
eñora?-pregunté con cur
, querida.-respondió y sentí er