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¡Pídeme que te olvide!

Capítulo 3 CAPITULO 2

Palabras:3162    |    Actualizado en: 22/04/2022

os en cara. ¡Y es cierto! La noche dura lo que una eternidad duraría para un simple corazón excitado. Tantas cosas trágicas que pueden ocurrir en una noche fría y ta

ón por temor a que su madre se infartara por verlo llegar a tan alta hora de la noche y en un e

todo? —Me pregun

en un ambiente que nunca había experimenta

estrellas adentro de mi mundo. Cepillé mis dientes, me puse la ropa para dormir, le prepare su colchoneta

*

bastante normal y parecía que hoy así sería mi estancia en la escuela, salvo que, ocurrió algo inesperado. ¿Inesperado? E

bre de papel con el borde remarcado en colores azul y rojo. Al abrirlo descubrí que no había carta o mensaje alguno que yo pudi

ro —le dije a Emilio mientras

ón de Mumford & Sons que sonaba desde su

e amor? —Pregu

un sobre de

Ens

Escríbeme antes d

silbando

rlo en tu correspondencia? —Su pregunta

egundos. Realmente, no había de

de quien pudo dejar esto en mi casillero. T

er sí. O

u cr

ser que tal vez

hizo estremec

uien

reve al ritmo del s

arás con

lo lo guar

int

aba un mensaje para Emilio un hilo rojo se escurrió por mi nariz. Tome un poco de papel higiénico y trate de disminuir la hemorragia, pero no pude. Abrí la llave del lavabo y no dude en mojarme la cara por completo. El agua estaba fría y la sangre comenzaba a escurrirse

ec

la prueba de que el ro

nte. Emilio no tardó en llegar para qu

lusiones sobre quien pudo haber dejado el sobre de carta y la fotografía. Es curioso que la imaginac

cenando un buen platillo de camarones con un buen trago de cerveza de cebada. ¿Y yo? ¿Donde quedaba yo? Por mi parte, mi corazón ya estaba acostumbrado a la ausencia de mis

costumbre cerca del campo de futbol a sentarme en las gradas, era una costumbre miá el poder mirar a Emilio entrenar. El clima era normal, yo tenía un libro abierto entr

—Preguntó alguien de

ia mí. ¿De verdad estaba frente a mí? Se detuvo

bien! —

ojos miraron con curiosidad el

as —Dije y le mostré el ej

alzó su vista hacia mí. Sus ojos parecían muy c

ás después

su rostro y sus mejillas estaban de

milio de re

e? —Sus labios

casa —dije

ritas, también tenía puesto el uniforme del equipo de

da Aldo!

o en orden —le

junto a mí. Me

—Emilio siempre tan casual con sus pregunt

da de es

go —respondió Aldo al

ldo sonreía. Emilio a

aneando? —Ahora el

las clases —dijo Aldo y eso me sorprendi

o, mi sándwich a medio comer y muchos pensamiento

es una buena id

s manos. Aldo se mar

habías dicho? —Me

cirte

o de ir a

sus pestañas rizadas hacían relucir más el color

ábamos haciendo planes. É

McCarthy's —la sonrisita boba d

golpe en

mé—. Tú sabes que

í su cabello contra mi frent

es de tu

quear las cejas. Di una

tengo tiempo para andar viendo

uturos, a ver si es cierto

or cal

e no estaría de más la

as bie

iem

omo

enton

onces

os a Mc

do, emocionado, distraído. El resto de las clases mi mente simplemente no dejaba de pensar en cómo sería ir a McCarthy's, el lugar con fama donde todos los universitarios y jóvenes i

rada del gerente del McCarthy's al que íbamos a

estaremos ahí? —p

sea necesario —r

minutos de mi casa) y que conducía un Audi gris. Al llegar a McCarthy's el asombro y la curiosidad se abrazaban adentro de mí, para intentar no

ón era muy ligera, había mesas y un escenario con varios instrumentos musicales que parecían alocar a la gente. En la cantina, el mueble estaba reple

o había traído a un par de amigos suyos con sus respectivas

ts de cerveza grandes

primeros dos botones abiertos y el color de su piel s

arros de cerveza. El vidrio de la jarra estaba frio, la espuma se asomaba por encima de la cerveza y l

ijo Emilio pasándome

lleno de cerveza, con espuma flotando sobre todo el alcohol

eza es para mí? —

i no te la acabas,

e solía beber alcohol en mi casa o en la de Emilio. Y la mayor de las veces, solo puedo beber máximo cuat

í, tú tranquila

e dieron muchas vueltas de repente. Todo esto era súper nuevo para mí. La música de Kaiser Chiefs parecía sonar al ritm

ir otra? —Me p

La cabeza te da vueltas y sientes que todo es una simple revolución que te termina arrojando en un mar infinito de querer más. ¿Y dónde rayos había quedado la chica antisocial? En la escuela todos me conocían, era popular por el no

sientes? —P

bailar! —L

estaba del todo perdido. Vi l

bailar Emil

s me miraba con atención y deseo. ¡Que maldito! Sus ojos estaban bien enf

mblante de esos que pones cuando sientes que te van

é su mano y arrastre a Emilio hasta un pasillo amplio. Puse mis manos sobr

do? —Su boca se movía

nca había bebido tanto como esta tarde y eso te consta. ¡

sita—, y es tu primera

mo la euforia junto con mil tractores arrollando tu

solo me siento un poco ma

de más está mal cuando el control se pierde. ¡A la larga se ven los resultados! Es

ntonces. Pero par

digas eso. Arr

aba creciendo en su bigote. ¡Se estaba terminando de convertir en un adulto! La boca de Emilio era perf

volver a tener novia? —Le pregu

quiero —me

lio, búscate a una chica que te haga compañía de forma cursi.

Mi amigo había tenido una

orracha! —Me dijo y di

nuestros alientos se mezclaban de la forma mas alcohólica posi

onos a cas

entré a mi habitación, todas las cosas giraban y revoloteaban porque todo parecía trasladarse a un mundo distinto al re

alma pero también, justo al mismo tiempo todo fuese maravillosamente chido en mi corazón. ¡Sentimientos encontrados! Sentimientos que hasta el día de h

*

—La voz de Aldo ha

i mirada estaba demasiado nublada co

ónde estamos? —Pregu

ndidas y eso fue lo primero que reconocí

en tu ha

de golpe. No

aba inquieta—. ¿

ras —Respondió Aldo—. ¡Tranquila! Emilio tuvo que ir a su ca

levaba puesto el uniforme, estaba un poc

nté mientras trataba d

once de

e quebraron

mé sorprendida—. Ento

asión cuando lo conocí. Sus ojos también brillaban, tenía una boni

inaste mareada y te dormiste

uesto. Mi boca sabía a alcohol añejo y en mi int

eo? —Me inqu

ír de repente y eso me

e nada de lo que tengas que pr

echones de mi cabello y de pront

eno!

muchas emociones. Nuestras miradas se encontraron

gunte al ver su rostro lle

ana a visitar a la familia

rios días con la ausencia de él. ¡Mi Emilio se iba una s

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