Pequeña Mía.

os, mi madre algunas veces se iba con él, otras se encargaba de que todo estuviera bien con la empresa. Mi padre la respeta y todo, pero le gu

l jueves para terminarlo todo, no tengo ánimos de mucho, aparte de eso tomo cursos de i

mo. Contesto sin mirar de quien se tra

sto parándom

e quien se tr

o de mi oído y

¡que

eñor?—pregunt

u risita

se deseo, pequeña mía?—pide, y en la manera en la que lo h

ensativa, ash, me muero

—suelto sin

su parte por unos

¿dijiste

o —digo

dor, y me aden

acias al cielo —suspira, robándome una sonrisa. —.

eta —comento divertida,

rario, me gusta ver los hoyuelos que se forman en tus me

intiendo mi corazón l

de llegar a colgar

por mí, sólo así podré saber si me lanzo o no, no espero ser l

alda amarilla con rayas marrones pálidas, y una blusa de tiras negras, me cambio rápidamente ya que ya estaba duchada, me pongo la blusa de tiras dentro de la

despacio para no hacer ruido, no quiero que la señora de limpieza vaya a mentir por

hófer quien me mira con sospecha, le son

—menea la cabeza, in

aminando detrás de

idas en los bolsillos de su pantalón, aprovecho para admirar su belleza varonil, viste una camisa gris con rayas blancas que

ho tenemos suficiente tiempo conociéndonos, pero más por chat ya que sólo hemos tenido una cita, y varios encuentros, no sé que espero por lanzarme a sus b

viosa, sin despegar mis mano

y mostrando esos dientes muy blancos

jar de sonreír. —. Sigo loco, o est

ando la

poniendo bonita para ti —digo, avanzando peligrosamente h

pasos h

sonrisa la mía es la más hermosa, est

más miedo —chillo, y él ríe por

uiere fruncie

o para alejarnos

ue logra endulzar a la chica estudiosa, po

dome de las manos y

temes que esto sea un juego —afirma, con

por mi corazonsito

toma del brazo para que me detenga, trato de sost

vamos? —

mpezar sino quería

to que eres —digo,

rdad ya lo dice todo —

ombro hacie

bes todas

a las ceja

soy un ad

igo haciendo

mis hombros desnudos, y no

donde vamos —reclam

ediatamente que lo hace pone el

ontesta, cuan

eñor?—pregunto haci

carretera para mirar

ueno, p

n pequeñas sonrisas añadidas y para colmo con una canci

rme, y eso es muy lindo en él, que ya siendo un adulto busque ganarme paso a paso como se debe. Pronto me voy a derretir, ser como soy