Romance en Trayecto
a la fecha, así que me pongo un vestido amplio y fresco...mis sandalias, un poco de rímel, y a la calle con mis gafas de sol, casi sin mirarme al espejo, no soy muy
ándome los buenos días, le devuelvo la sonrisa y el saludo, y me sitúo como casi siempre, hacia atrás, de pie, ya que paso ca
como no se veían mis ojos por mis gafas, miraba para ver si era así, y veía al conductor aun mirándome por el espejo interior, y sonriendo...me llegué a preocupar que no prestara la atención necesaria al trayecto, pero hacia ambas cosas. Eran casi veinticinco minutos de trayecto, en los que no dejo de mirarme y sonreírme
atractivo, quizá un poco mayor que yo..
olví el saludo, pero seguía pensando si es que me conocía de algo, o me confundía con alguien. No era el conductor de siempre, se van turnando las rutas, y no le había visto a
os buenos días, y preguntándome que tal estaba, con sonrisa pícara, le devolví el saludo, contesté y me coloqué como hago siempre. Y volvió a clavar su mirada en mí, por el espejo interior, y esa sonrisa, que me estremecía...esta vez no ll
irada en mí. He de decir que no soy una chica guapísima, con un cuerpazo, soy normalita, no soy fea, pero tampoco muy llamativa como para este comportam
me ayudó a recogerlo todo, y al dármelo en mano, se demoró, tocando expresamente mis dedos, me estremecí. En la otra mano sostenía una de mis tarjetas, la miró, me pregunto si era mía, le dije que sí, " Annie Genkel, bonito nombre" dijo sonriendo, y se la guardó. Creo que hice una mueca, me puse roja y me coloqué donde siemp
ajaba, en la tarjeta ponía "Annie Genkel, asesora de marketing" y el teléfono, pero yo no sabía nada de él. Inconscientemente no paraba de mirar el teléfo
era para mí, pero no habían querido dejar nota. ¿Habría sido él? era una preciosa rosa roja perfumada en caja, pero sin nota. Ninguna lla
copas después del trabajo...por lo que me arreglaba para estar lista para todo lo que se pueda presentar...Al subir al autobús, después de los saludos de siempre, mientras sacaba la tarjeta del transporte,
n la tarjeta que me cogió no ponía dirección, y no me había llamado. El día había pasado rápidamente entre reuniones y presentaciones de proyectos, ya estaba terminando, pero me quedaba una reunión de última hora, uno de los pos
ro no te importe. - Me informó mi compañera, que se enca
entro. Gracias – le dij
ya había llegado, y estaba e
e del escritorio, destinadas a las visitas. Era curioso, pero me resultaba familiar esa espalda. Me dirigí a m
ne toda mi atención- empecé a decir, cuando se giró para mirarme, me quedé p
disculpó por el pequeño engaño, se giró a mirar las rosas, expuestas en el escritorio bien visibles – ¿así que te han gustado? Quedan muy bien aquí...- sonrió dic
rviosa tenerlo tan cerca, pero quería saber más de él, se veía seguro, elegante... y olía irresistiblemente bien. Me confesó que el primer día que me vio, no sabía explicarlo muy bien, pero sintió como un flechazo, y no podía apartar la mirada
ya se ha ido casi todo el mundo, es tarde, ¿vendrás ahora a tomar unas copas o tienes
que es tarde y se habían preocupado d
mos a tomar algo, seguimos hablando y luego me dices si aceptas o no mi invitación a
ece. –
da vez más, como se expresaba, como veía las cosas...me encantaba, me miraba a los ojos, y me cogía la
aceptaras esta cita conmigo, no
s mesas, y cocina moderna. Fue una velada perfecta, romántica, inesperada.
que me llevara...cada vez que me tocaba o cogía de la cintura, sentía electricidad cruzando todo mi cuerpo, me atraía, y no se había lanzado a besarme todavía, aunque si estaba muy seductor, se acercaba mucho, cas
gico, había sabido muy bien cómo crear ese deseo...y me recorría esa electricidad por todo el cuerpo, más intensa aún. A ese b
e y se marchó, lentamente, sin dejar de mirarme hasta que entré en el portal. Me extrañó mucho que no quisiera entrar en mi casa, también me moles
a dejar de pensar en la maravillosa noche que pasé con el sexy conductor de autobús. Había quedado por la m
da?, bueno, despierta, que en 10 estamos allá, llevamos el desayuno. - era
glaba. Aceptaron, pero después de estar lista tenía que explicarles bien con detalle porque había llegado tan tarde, ya que saben que suelo ir a tomar algo con los compañeros, pero no solemos terminar tarde, y que con ellas no había salido tamp
endo anoche? Siempre estás lista antes de q
i que pensaba en él...nada...así que las tuve que poner al día de todo lo ocurrido. Me senté tranquilamente e
o, nada más- solté indiferente sabiendo cómo re
, pero me puso en antecedentes con un par de historias de chicos a los que les había gustado y lo que habían hecho para conquistarme, y tenía algo de razón, quizá despierte el lado romántico de los chicos, no lo sé, pero parecido a esta historia, desde luego, nunca. Una vez puestas al día salimos por el centro de compras...me gustaba salir con e
..al contestar yo " buenos días, Marc", las chicas se pusieron histéricas gritándome "es él" y silbando...tapé el móvil, les pedí que callaran,
aun estarías e
compras con mis amigas...disculpa el j
y si podías quedar esta tarde...temp
compras comamos juntas, pero lueg
anas de verte de nuevo- Me
a burlarse de mi e interrogarme de nuevo sobre él y lo que hablamos. Las contenté diciéndoles que habíamos quedado para esa mism
, era un restaurante tipo americano, pero con comida Healthy además de la típica ameri
portal, vi a Marc que venía a buscarme...se ace
o? - me preguntó sonriente, a
egunté por si tenía
a toalla y protector solar- me con
viera lo que quisiera, mientras yo iba al dormitorio a prepararme. Tardé cinco minutos, me puse un bonito bikini azul turquesa, y un vestido veraniego blanco con grandes flores azules muy
prender...le sonreí, mirándome y señalando la bolsa playera, añadiendo
noce, deja que te sorprenda y no sigas
el agua, costeando por la zona, hacia un peñasco y rodeándolo...detrás de ese peñasco había una calita, pequeña, sin acceso a pie, así que solo se podía acceder por el agua. Realmente me sorprendió, no conocía este rincón tan idílico.
enía muchas ganas de él, enrosqué mis piernas en su cintura, bajo el agua, notando su excitación contra mí, estábamos a solas en la playa, y no tenía intención de parar, le escuchaba gemir y me excitaba más, pero paró suavemente el beso... el sitio no podía ser más idílico a pesar de lo cerca de la ciudad que estábamos, pero quiso parar, de
enido, la zona, aislada, con esa fauna marina, y la arena fina...debe ser de lo más parecido. Sin darnos cuenta pasó la tarde, ya estaba poniéndose el
salíamos, o como lo quiera llamar, y par
de ya había estado y le gustaba en donde además el ambiente era muy tropical y hacían cocteles originales. Como ya nos pasó la noche anterior...ninguno de los dos quería terminar la velada. Al
en mi portal...ala
e pregunté, y negó co
tanta espera, no sabía porque, pero él quería ir despacio conmigo, conocerme, salir. No soy la típica chica de noches locas, pero si me atraes y me apetece, para mí no hay más, no hace falta tanta galantería, siempre me dejo
noche, fueron dos copas y algo de vino en la cena. Decidí aclarar el tema en nuestro próximo encuentro. Prometió llamarme la mañana siguiente, así que no sabía si querría quedar ese domingo o solo hablar. Los dom
o quería que me viera con mi cara de recién levantada...no soy muy presumida, pero tampoco tan poco. Cuando salí del baño había puesto en un plato unos churros que trajo, y calentado en unos vasos un poco de chocolate que traía preparado, lo había preparado en la barra de la cocina, donde suelo desayunar, y estaba sentado esperándome. Al verme se levantó a besarme...y se disculpó con una enorme sonr
en el dormitorio, le quite la ropa, para no mancharla, y me quité la camiseta, no llevaba nada debajo de ella, y se lanzó a lamerme los pechos apasionadamente....lo empujé haciendo que callera en la cama, y me puse encime de él...nos dejamos llevar, por el juego, por la pasión...y finalmente me hizo suya. Dulce y pasional al mismo tiempo, acariciándome cada centímetro de mi piel, atento a todos mis gestos, a todas mis reacciones...a mis gemidos.... – eres espectacular- jadeo con voz ronca, me rodeo con sus piernas, y de un hábil gesto intercambio las posiciones, se puso él encima...continuando con las caricias, me cogió una mano poniéndomela por encima de mi cabeza, seguidamente, mientras sostenía la mano encima atrapó la otra mano y las unió, me dejé llevar por el juego, casi sin darme cuenta me las había atado con un pañuelo de vera