La prometida que robó mi riñón
ta de Daniel
suelo de la sala, rodeado por los fantasmas de una vida que nunca fue realme
calculada era una sentencia de prisión. Dejarla ir no era s
hasta que se cortó. Mi pulgar flotaba sobre la pantalla, mi ira mezclada con una patética y r
tento, algui
uen
gante. Una voz que reconocía de las páginas de sociale
nio
preguntó, con u
. Sabía perfectamente quién era. Est
con Diana", dije,
ó las palabras. Podía oír la sonrisa
e dónde podía meterse su recado cuan
o", la voz de Diana, ahog
gen de ellos juntos, de él contestando su teléfono como si f
untó ella, su
ndo y temb
mos divor
ve crujido, como si se estuvi
cabas d
ser tu plan B, tu red de seguridad. Tomaste tu deci
tono cambiando de sorpresa a enojo.
de nosotros, una de unas vacaciones de hace dos años, n
te tranquila. "Te estoy dando exactamente lo que quieres
iro pesado, un sonid
ayor, no estás pensando con claridad. Est
u audacia, lla
de hacer? ¿
ya. No ere
sonriente en la fotografía. "Por prime
de que pudi
a, la pantalla brillante de mi teléfono ofreciendo la única iluminación.
Era una foto enorme, profesional, de nuestra fiesta de compromiso.
contra el rostro sonriente de Diana. El lienzo chisporroteó y comenzó a dorarse. Una p
niza negra. El fuego era la única luz en la habitación, un brillo cálido y destructivo donde