La prometida que robó mi riñón
ta de Daniel
duelo que me vaciaba por dentro, peor que cualquier dolor físico. Cuando finalmente me die
sentía extra
rente: viciado y vacío. Su aroma, la tenue lavanda y
abían desaparecido. El mostrador del baño estaba despejado de sus docenas de cremas y sueros. La foto enmarcada de nosotr
mudado. Se había
ía una sola nota doblada. Reconocí su elegante y cursi
ensar. Todo esto está pasando muy rápido. Espero q
el crujiendo en protesta, y la tiré a la basura. Probablemente ya estaba en el penthou
mi bolsillo. Era mi
fue un éxito total. Eres un maldito héroe, güey. ¿Darle un riñón a tu futuro su
y áspera escap
. A
es años. Tres años de madrugadas en el taller, de ahorrar cada peso extra para un anillo que ella merecía, de creer
e Marcos se volvió ser
lía estar nuestra foto de compromiso. Toda
iemos", dije, la pala
stán casados todavía!
me en los ojos. Las sequé con
conmigo, Marcos. Vol
bía estado ahí durante mis primeros días de inseguridad, diciéndome que un tipo como
á? ¿Te dejó después de eso?", la voz de Mar
rmé, mi voz hueca. "En la
gruñó Marcos. "Y a ella. Por
me senté en la casa silenciosa, el vacío presionándome. Sentí una necesidad repentina y de
del clóset. Mis manos se detuvieron en una pequeña canasta de mimb
y abrí
de diminutos tenis de bebé, un mameluco amarillo
eó tan fuerte que tuve que
importante, que no era del tipo maternal. Yo, por otro lado, siempre había soñado con ser padre. Soy hijo único,
podría mostrárselas y ella sonreiría, sus miedos desvaneciéndose. Veía programas sobre paternidad con ella, señalando
para tirarlas. Me encontró sentado en el suelo, sosteniendo los pequeños tenis. Se arrodi
había dicho. "Sim
ravés de mi propia de
entras te tenga a ti, es suficie
arme a tirarla. Una pequeña y estúpida p
ojo vivo que eclipsó el duelo. Nunca se trató de no querer hijos. Se trataba de no
l, cada promesa susurrada, cada sueño
do su público