La prometida que robó mi riñón
ta de Daniel
mo la neblina matutina sobre la Presa de la Boca. Luego todo volvió de golpe: las luces brillantes del quirófano, los ojos amables de
a. Podía sentirlo en la energía de alivio que zumbaba justo afuera de mi habita
ado nuestro
ba un traje sastre azul marino, impecable, con el pelo recogido tan apretado que parecía estirar la piel alrededor de su
ie a los pies de mi cama, con el bols
z plana. "El riñón está funcionando perfec
. Intenté incorporarme, pero el tirón de los puntos e
jo ella.
l silencio cómodo de dos personas enamoradas. Era el s
i, por tu familia", dije, tratando de llenar el v
ón de Dian
eso,
re se m
tes, precisas y totalmente desprovistas de emoción. Cayeron
que era una alucinación cru
¿Te golpeaste la cabeza?
lentamente con la ca
ado no era nada comparado con el peso aplastante que de repente presionaba
ilia estará eternamente agradecida. Cubriremos todos tus gastos médicos, por
e dan su liquidación, no el hombre con el que se suponía que pasaría su vida. No el hombre
n que me había hecho las pruebas sin mi conocimiento. La forma en
oz t
¿verdad? Conseguir el riñón
la mirada, fijándola en el
fuera así. Pero l
uebrada. "¿Qué pudo haber cambiado
os ojos, y la frialdad
io reg
su madre siempre dijo que debería haber sido su esposo. El que manejaba un Porsch
zándose por primera vez, pero no por mí. "Fue tan comprensivo, tan fuerte. Me
rganta. "¿Alguien que pueda comprarte cosas?
diste a mi padre una segunda oportunidad en la vida. Eso es más que suficien
anda sonora frenética para mi mundo que se hacía añicos. Había sido una herramienta. Un medio para un fin. M
tiles. El amor que sentía por ella se estaba conv
asgando mi garganta irritada. "¿Me usas, tomas u
ortante de nuevo. "Eres un buen hombre, Dani. Estar
nco y nítido en l
i padre. Un a
vuelta p
llamé, con
la puerta, de
palabras sintiéndose c
mi costado y el aún más grande que acababa de abrir en mi vida. El pitido constante del mon