¿POR QUÉ TE CASASTE CON ÉL?
na Jaya decidida, pisando fuerte, a enfrentar a
ficamente al que se quedó en ese auto para traerlo, mientras ella era es
claro, pantalones de hacer ejercicio y botas de trotar. Secaba
pasos hacia adelante, pero se detuvo de nuevo, manteniendo distancia entre
ya puedes
to. Jaya vio cómo Karim dejó la toalla sob
de él eran persas, del norte de Pakistán. Su genética se definía en un cuerpo joven encapsulado en un hombre de cincuenta años de edad. Karim era un sujeto alto
premisa muy fuerte y delicada. Como experta en valores de Inteligen
endido todo eso? -preguntó Kazim, int
ondría, debía ser
ualquier persona puede hui
sientes ahora? ¿
sta que me estés co
lo hice par
ra, negó y sonrió
ieres proteger después de ser tú el culpa
azgo y se alejó de ella, direct
cción. Es el legado que ha deja
eso, tú estás ig
l puño, mostrándolo,
pensaba que esa mano ce
le decía que, después de enterarse de a l
de su esposo para embonar las miradas. Aquel aún ca
olicía. Denuncia. No te invo
iste a un bufe
entar preguntas específicas, como la de ir al despacho del abogado
re fingiendo una lucha entre las f
y malvada, son personas pel
divorciar
odó por la me
uías trabajando en esos negoc
de pronto, tomó a Jaya de la nuca y apretó
inó su cuerpo con molestia, ella no tenía escapatoria. Tomó el bell
uscar un abogado, el divorcio ent
r, suéltame, me
siquiera a mencionar la idea de una separación. Jamás, ó
suél
do empeño en sus movimientos, o él se daría cue
ande de la sala, Karim de nuevo dominándola
e! Por fa
enta de esas intenciones-. Eres una mujer hermosa, pero muy tonta si crees que te dejaré libre así tan fácil. ¡Deja de llorar! -¡Zaz! Jaya se paraliz
e, tenía miedo de sí
a sobre él y el cenicero de
de ella. En vez de eso, secó una lágrima d
miró-. No quiero que nos separemos, Jaya. Yo te amo y sé que tú también me
te de esa gen
lo eres.
ó fijo, su
Qu
*
en su vehículo aparcado allí, e irse a su apart
ue esa mujer hermosa llamada Jay
su cabeza solo quería salir de allí. Luchaba en contra de sus anhelos
s de su vehíc
n jean, guantes de lana y una gorra de be
dam cargaba las llaves de su auto en las manos y una carpeta de c
pero la gorra y la semioscuridad del lugar, además de la
tenso por la forma de ser abordado-. No representará en absolu
onsiguiente al hombre, y presionó el botón en sus
se apartó d
bien lo que le
ectivamente era un jovencit
aber con quién
or fin, dándole paso
ualquier caso que le incentivó a buscarlo, olvídelo. Ella ya no necesi
ocurría: Jaya en Londres apareciendo de la nada pidiendo que mienta cuando la vea, anunciando que se cambió el apellido, vestida
vino ella a mi despacho, pero dijo que
*
hicist
fue divertido ver el desco
berándola, ri
ogado de Germán. No te rep
do la pregunta entre dientes apretados, ya de pie, int
evitar que tu idea loca de di
e? ¿Qué fue lo qu
adas, Jaya esta vez no se encogió, lo enfrentó
edificio? ¿Mandaste a algun
más y la miró
bogado quien emite la demanda. Lo estropeaste buscándolo a él para que te representara. P
azules y profundos si las acciones fu
sobre Adam, ni siquiera un
mos tranquilos como marido y mujer, así como lo veníamos haci
r. Podía preguntarle a dónde iba, p
rió su cara con las manos, a
, secando su cara con rabia y sosteniéndose luego
poco pensó ver más nunca a Adam, al menos no casada, mucho menos que lo tuviese que ver en otras ocasiones. Mirando su reflejo, una mujer hermosa metida en proble
o puede estar pasando, ¡todo iba bien, Karim no sabe lo que h