Él la amaba, no a su esposa
a P
riunfante y despectiva en su rostro. "Ahí está. Hecho. Ahora
ironía era tan densa que podría ahogarme con ella. El acuerdo de divorcio que me acababan de co
s idea de lo que acabas de hacer", comencé a decir, pero
y penetrante que cortó la cha
se convirtió en una estampida. Alguien me empujó con fuerza
ibaron, cayendo con fuerza sobre el piso de mármol. Be
clavó en mi espinilla. Grité, pero mi voz se perdió en el caos. La gente me pisoteaba
su voz estridente de te
co, oí su voz, aguda y autoritaria, co
regre
esperanza se encendió en mi pec
aterrorizada. Sus ojos estaban desorbitados, escaneando el suelo, buscando. Por un
ctamente sobre mí, como
abalanzó hacia adelante, apartando a la gente. La tomó en
rirse paso de nuevo a través de la multitud
me miró. Ni
ada por los gritos aterrorizados a mi alrededor. El tacón de un
vi detenerse. Casi había llegado a la salida, con Be
l pensamiento fue una orac
a de sombría determinación. Se estaba acercando. Mi corazón, e
donde habíamos
pó, lista para
mí. Sus ojos estaban fijos
diamantes que debió h
la mirada hacia atrás, desapareció entre la
ude oír la voz de Bela, ahogada pero aún cl
izador. "Lo encontré, mi amor. Lo teng
ltimo que oí antes de que
ortante que una
rida física. Fue una herida profunda en el alma, un g
nuevo. La misma suite pri
cerebral, tres costillas rotas y una fractura
tará cirugía en la pierna, pe
l quirófano, las puertas de m
siempre estaban con él, irrumpieron. Eran hombres en
ó el cirujano, interponiéndos
e agarró del brazo, su agarr
", gritó un
milla. El dolor en mi pierna fue tan intenso, tan cegador, q
asura, mis pies descalzos arrastrándose por el frío linóleo. M
de otra habitación.
escena ante mí. Y fue una escena que que