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Él sanó su corazón quebrantado y brillante

Él sanó su corazón quebrantado y brillante

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1669    |    Actualizado en: 05/11/2025

Su brillante e ingenua Eloísa. Ano

amiga, me enseñó las fotos

destinado a salvar a su prometida moribunda. Pero entonces escuché

nes -les dijo a sus amigos

chantaje para forzarme a entrar en el quirófano. Yo no er

lada. Subestimó a su «peq

í mi muerte

revistas científicas. Y él está a punto de descubrir que la mujer a la que int

ítu

ísa

ísa. Anoche, me abrazó y me llamó su futuro. Hoy, su hermana,

ta. Como ingeniera biomédica, mi mundo era un entorno preciso y controlado de bioimpresoras, hidrogeles y la tentadora promesa de crear vida desde cero. Vivía en

na variable caótica e impredec

gran y desbordante capricho se

sgo que supuestamente financiaba mi investigación, el carismático hermano mayor de mi mejor amiga, el hombre cu

nstalándose profundamente en mis huesos. El último lote de prototipos de riñón había mo

fin re

encima. Ana Ballesteros, mi mejor amiga y el nexo invol

azos pegados a los costad

soledad del laboratorio, retrocedió a

ogré decir, dándole palmad

do, sin una pizca de ofensa

ionada de verte. Has estado enterrad

ije, dejando mis llaves en el cuenco de cer

te con la mano, sus ded

bamos todos hasta el cuello con la fiesta de

evolvió. Como si el elevador se desplomara en caída libre. El aire en

de comp

a procesarla. Era un fallo en el código

rma en que mi mundo acababa

o los arreglos florales probablemente costaron más que mi co

mi portafolios clavándose en mi hombr

ente vacilando al ver mi cara-. ¿Estás

emblor, un fant

a de compromi

o. Parecía una verdadera princesa. ¿Y el vestido? Un Vera Wang

cesitaba desesperadamente un trasplante de riñón. La mujer que

contrar una escapatoria, una ve

-La pregunta sonó demente incluso mientras la hacía, un intento desespera

o y tintineante que me rasp

allesteros! ¿Quién más? Él y Dalia fina

o» se me atoró en la

de Ana se arrugó con genuina preocup

tí, con la voz hueca-. Solo c

dato final e irrefutable para

Deslizó un par de fotos antes de detenerse

a envuelto posesivamente alrededor de la cintura de Dalia Fernández. Ella estaba deslumbrante con un vestido plateado

en la muñeca de Bernardo. Un Patek Philippe. El que había ahorrado durante dos años p

ara que todo el mundo lo viera: Bernard

uerza. Él, acostado en mi cama, sus d

bello-. Una vez que este proyecto tenga éxito, podr

Todo era

que se extendió por todo mi cuerpo. Sentía la garganta espesa, obs

de Ana era un z

rtándome de ella, del teléfono, de la devast

ra se sentía como la escena de un crimen. Cerré la puerta y giré la cerrad

egó, ahogada, de

para nosotras. Probablemen

bajo. Pensaba que solo estaba cansada. La i

que había estado ahogando finalmente se desgarró de mi pecho. Era un sonido crudo, feo. El sonido de s

ra acostarse con ella, lo suficientemente buena para desarrollar una tecnología que salvara la vida

a que me daba a mí. La misma adoración intensa y enfoca

e eso f

ada «te amo» susurrado, cada promesa de un futuro juntos, todo se repetía en mi mente, ahora cont

ajo el dolor. No sería su tonta. No

lo. Tenía que e

ardo era un hombre de hábitos. Si no estaba en una reunión de la junta o en una recaudación de fondos, estaba e

ario público lo confirmó: «Noche

ome la piel. El dolor era una tormenta, pero mi mente científica ya estaba reafirma

cuenco junto a la puerta, ignorand

a comida

l portazo del departamento detrá

-

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