icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Su fría venganza, un amor oculto

Capítulo 3 

Palabras:1113    |    Actualizado en: 04/11/2025

ista de Ca

el bullicio de la habitación como un

e mis antiguos amigos. No era una petición. Era una

s, el que había estado tan ansioso por verme humillada, ni siquiera hizo contacto visual mientras

nosotros dos en un silencio pesado y sofoc

iró de arriba abajo, su mirada deteniéndose en el vestido barato y ajustado, el ma

dinero, Camila? -preguntó,

eada de amarga ira superando mi miedo

, un movimiento l

llame

ael? Es t

paso má

ices. Como si fuera a

necesitando poner es

Estoy segura de que tú y tus

dado mil veces durante tres años: impasible, indescifrable. Pero ahora, veía

. No esperaba nada de él.

ntó, su voz dete

di la

nto p

noche.

gitando un vaso de líquido ámbar, mirándome como si estuviera contemplando

s palabras temblando de rab

él fue más rápido. Me bloqueó el paso, su c

dés puede ofrecerte cuatrocientos mil pesos por arrastrarte por el suelo, per

é, con

hablando? No ac

recerrándose-. Ibas a arrodillarte por él. Por

nto desesperado de desenmascarar a Leo era una negociación genuina. Pensó que estaba dispuesta

ajo, su mirada intensa-. Por las deudas de tu padre. Por la tranquilidad de

por ellos, como un arma en mi cont

ritó en protesta. No vendería mi cu

isa fría y

porta? -Negué con la cabeza, una lágrima de pura furia escapando de mi ojo-. Qu

o, las lágrimas nublando las luces intermitentes y los rostros lascivos. No me

aban pateando porque estaba en el suelo. Pero Kael... su oferta se sentía diferente. Era íntima. Era

a pared, tratando de rec

se había reunido una pequeña multitud. En el centro estaba mi hermano, Juli

endencia-. Solo un sorbo de mi zapato. Un millón de

los fajos de billetes que Leo había apilado en la mesa. Iba a hace

me había aferrado durante tanto tiempo, se hizo añicos en un millón d

l club, de regreso a la sala VIP, re

o las luces de la ciudad, de espaldas a mí.

regunté, la pregunta

u rostro era una másc

ré tu... lo que sea que quieras que sea. Pero no

n destello de inter

je, desnudando mi alma-. Toda. Y so

ió por sus labios. Era la sonrisa de un h

ato -r

unfante. Me rozó la mejilla con un dedo, un toque q

amila -susurró, su voz una amenaza sedo

e las palabras se hundiera

ás con n

Obtenga su bonus en la App

Abrir