Adicto a mi esposa de doble cara
elsey esbozó una son
lsey, ¿por qué no has venido a casa últim
leve movimiento y se limitó a
ire, el rostro de Elodie se ensomb
, desconcertada. "¿P
n dolor fingido. "Jamás quise robarte el cariño de nuestros padres.
la interrumpió con brusquedad. "No te culpo. Te preoc
papel de hermana afectuosa, zanjó la
a a rendirse. "Kelsey, casi nunca vien
elsey, pasándola de largo
rito agudo reson
justo a tiempo para ver a E
l ceño y alcanzó a pr
una voz furiosa retumbó desde el pie de
mente vestida subió corriendo y
olor agudo en el hombro
sin miramientos: "¿Acaso no te das cuenta de lo importantes que son los pie
e oprimió el corazón a Kelsey. Desvió la vista
alentendido. Kelsey no me empujó. Fui yo la q
a Elodie a levantars
tos, como si quisiera decir algo, pero
u madre. "Kelsey, mamá no quería acusa
a, un destello indes
. Quizá no deberías usar tacones en casa".
sus labios, pero al instante fingió preocupación y se v
lo había hecho por celos. Recordé que sigue enojada c
bras, Kelsey se
davía le afecta. Y después de tu malent
ulpó a Kelsey. "Si no se comportara de
rto que Kelsey fue algo rebelde en su adol
o qué hice en otra vida para merecer una hija tan peculiar e irrazonable
iró de nuevo. "Ojalá fuera
da de Kelsey. Dejó de escuchar y simplement
*
istro civil al mism
cable: abrigo negro, pantalones cargo
una raya lateral bien definida
facciones marcadas y le d
s gafas de
, pero atraía más mir
y su habitual aire rebelde y arrogante, caminó hacia ella sin hacer el más mínimo esfuerzo por suavizar su presencia, ni siquier
definidos, asintió levemente
asi imperceptible de cabeza antes de entr
dócilmente. A pesar de no tener las piern
vieron su certificado de matrimonio con una rapidez sorprendente: en
meses de noviazgo, Kelsey
había ni rastro de alegría en el rostro de Julien.
tono neutro: "¿Qué te parece si te
en", ace
an, el teléfono
lo que hizo que la mirada de Kelsey s
or lo que ella no pudo oír la conversación, solo la re
ra y le dijo: "Será mejor que tomes un taxi a
ondió Kelsey, sin
hó el cinturón de segu
celeró y se marchó, dejándola envue
momentáneamente
do de la carretera para ir a ver a otra mujer y,
que no tenía prisa por
se dirigió a
una amabilidad poco común. Sus ojos tenían un brillo especial y sus la
ne a verte"
re grabado en la piedra
z teñida de tristeza. "Hoy me casé. Se llama Jul
acarició el rostro,
mejilla en la fría superficie
ar que Ashton tenía ju