La Curandera Humillada, Venganza
lpe era un recordatorio de que debía estar feliz, pero no lo estaba, una ans
e en un pequeño escenario improvisado en el jardín de su hacienda, con u
su voz resonó a través de los altavoces, fuerte y segura, la voz de un hombre que
a de la comunidad agrícola, hombres y mujeres poderosos que
la mía entre la multitud, "tenemos una cena muy especial, una
a que yo no comía frente a multitudes
sino carritos de plata cubiertos con cúpulas relucie
icas, cada una con una
e ellas
nue
desprecio que nunca antes había escuchado, "dice que estas tr
, había sido ella, ella le había metido esas ideas en la cabeza, había enven
eo en lo que puedo ver y probar", dijo Alejandro, levantando
ón se me
muéstranos tu magia, encuentra tus tres hierbas esp
algunos soltaron risitas,
, susurré, caminando hacia él, mi voz
? ¿Plantas? ¿Hie
a, las lágrimas qu
ilo, "los creé con mi sangre para salvarte, aún s
ín, los invitados se unieron a él, sus car
xclamó, "¡Deja de decir ton
legremente al fondo del jardín, pre
s, entonces todas estas hierbas serán quemadas, probarem
me heló
mar
a nuestr