Memoria cautiva
dos, conversaciones cortadas por el viento. La rutina no cambiaba, y Gabriel n
ían las mismas bromas y frases sin pensar demasiado. Pero había algo que lo inquietaba. No
se desvió hacia el fondo del aula. En la últ
e la mesa, distraída. No era la más llamativa de la clase, ni la más c
l ceño. ¿Siempre
notado antes. Su mente intentó buscar algún recuerdo de ella, pero e
cuando, desviaba la mirada hacia la última fila, y cada vez que lo hacía, notaba que
ndose, conversaciones triviales llenando los pasillos. Gabriel caminó hacia la
e cuenta
ó rápidamen
as? -preguntó
bozó una me
e estado aquí... per
Gabriel. No tenía sentido. Claro qu
acababa de escuchar. Algo no encajaba, algo estaba fuera de lugar. Y por pr
estaba a punto de