Vuelves a ser tú
de besos y abrazos, le entregué nuestro regalo a Virginia para que ella se lo entregara a Fernanda. A Deacon le ingresó
o le hacía daño a la vida de Deacon; tal era su odio que al nacer mis hijos no le bastó el parecido que les hizo una prueba de ADN. Mi pr
a casado con una tercermundista. «Por la gloria de lo divino», -en fin-, Deacon era tan diferente; él era perfecto, desde siempre ha sido u
e más tajante con los miembros de su familia-, fue cuando les dijeron bastardos a mis hijos y salió el tema de hacerles la prueba de ADN. El
ándole lo que él pedía. Lo llamó, ¿quién sabe ahora qué necesitará? Deacon se retiró a discutir con él, yo continué saludando a
o entendía la razón de su obsesión con las cirugías, somos de la misma edad, estamos en nuestra flor trentena, lo mejor de
besos en la otra, grito de histeria por parte de ella. -«Parece loca»- Virg
-. ¡Si a David los años lo pusieron más bueno! -volvim
preguntó Maju, hizo un m
s, hasta ahí llegó mi intento de acercamiento con esa compañera de univers
ad es mi carta de present
olo tener un hombre en mi vida y cada vez me enorgullezco
y anticuada
rme eso, per
saben, que solo he sido
o de un solo hombre
y parecía molesto, yo estaba igual con esta loca-. En la variedad si está el placer, mi q
me apetece reanudar una amistad. -Fui enfá
evas tres divorcios desde que
estoy en mi cu
de llegar a donde mi marido. Cada uno
-Le sonreí, lo besé, los bra
. Es lo más abre piernas qué se pueda ser, -la risa
Ojalá algún día alguie
ó dinero
de la mano-. Y
con él. Hasta tu for
sea de mis hijos, -no dije nada, no quería dañarme la noche que al parecer no pintará tan tranquila-. Escúchame, -acunó
s, ahora sí seré la trepadora ante
mirada-. Disfrutemos del cumpleaños de tu ami
ez que se gasta lo que le corresponde de su m
firmé, al mirarme comprendió lo que
r el que yo sea d
ca Ka
de tu hermano, jamás hemos tenido un percance al punto de sacarte de mi habitación, pero llegó la hora. He tratado de no permitirle dañar m
pre será nuestro
nvidia, me detesta y odia a tus hijos porque sabe que tu dinero ya no es para él. Pero el señor lo prefiere, así mi querido
mo, -lo miré-. ¿Bl
a de investigarlo, escucha lo dice, habla de ti y ojalá te des cuenta de que es u
ble de Deacon, de mí y de Adara. Desde ento
Te voy a hacer ca
vez no cederé, prime
demos n
. Primero evidencias de que
debe de cambiarse, ¿usted no tiene palabra, s
a. Pero a mi habitación no vuelve y después de las veinticuatro horas,
usted se desvive
é. Además,
da, -besó la punta de mi nariz-. Torbellino, te v
si lo hace que no se deje comprar. Sabes por qué te lo
dona, -le sonreí, volvió a besarme-. Al menos n
somo
ano de mi marido llegamos a fel
ga mía. -Fernanda esta
tar a la cumplimentada que se le requiere en la tarima, por f
nuestra relación era que sabíamos diferenciar las situaciones; el tema de su hermano
años amiga mía
isimulaba, Patricia llegó a mi lado mientras la recié
a mujer. José Eduardo acudió a la
mpiece a hablar, o tal vez hoy
cuando Maju me invitó a la fiest
más hemos sido las mejores amigas, así que no te
lo d
e dio. Virginia llegó con nuestro regalo, se lo entregó, lo miró un poc
mistad para si
esperamos en