Lilim: el misterio de Nica
nero d
oso, sin mencionar que me parecía algo estúpido el hecho de tener un diario. Me preguntaba: ¿Quién puede ser tan patética para contarle su vida
por una carretera del oriente de Venezuela, en un camión con un tipo al que apenas conocí hoy,
ue lo que me han dicho es que no hay un hospital, o una escuela, o un buen restaurant en kilómetros de allí. Bueno, siempre me ha gustado es
o, "El Llanto Negro". Sí, es gracioso, pero así se l
e muy fácil contactar por teléfono a ese hombre ingles que vive allí. Si mi memoria no me falla, su nombre
ió que llamara dentro de una hora y eso hice, y me contestó aquel hombre con acento inglés, que me dijo que debía estar allí hoy, sin siquiera preguntarme si tenía experiencia, o algún vicio, o antecedente, o esas cosas qu
su libreta, cuando el camió
er ella. Su voz era sen
sonrió el hombr
s, pero aparte de unas cinco casas y algunos kioscos cerrados a orill
verdad?- dijo el
Allí delante, está la entrada al pueblo. Lo que pasa es que no puedo estaci
rmidad, luego lo miró y sonrió- Gracias, de
nada, hij
o ella abrie
dió del hombre una vez más con su mano. Su cabello negro az
ya estás aquí, así qu
ios carnosos y rosados. Siempre presumía esos labios, aunque todo muchacho al que le había dado confianza, siempre le decía que su mayor cualidad, eran sus grandes y perfectos pechos. Eso, por supuesto, le m
que en realidad no hubiese un pueblo adelante, ni que la asaltaran o violaran; ella estaba feliz de estar allí caminando baj
an negro como la noche, que volaba un poco bajo. Era realmente hermoso, e increíblemente aterrador también. ¿Qué era? Nunca antes había visto tal cosa, y de pronto, parecía no
er una casilla policial en toda la esquina a su derecha, lo cual llamó muc
ro- se d
según parecía. Le pareció que talvez solo estaban allí de visita por las fiestas navideñas y
sas estaban alineadas una al lado de otra, y más adelante, el camino se dividía en tres, dándole la forma de una cruz al pueblo. Fue en esta división, donde ella se detuvo y notó que ni el camino de la izquierda ni el de la d
lguien que le hiciera señas o alg
jo- se
uego dirigió su atención hacia la iglesia y notó que había hombre
a que supuestamente iba a estar esperán
ella cansada- ¿En qu
más extraño, ella jamás había visto algo parecido. Era un poco más grande que un cuervo, y más aterrador también, pero ella no podía dejar de verlo era increíble. Lo contemplaba sin pestañear, asombrada, y sabía que él también la miraba con aquellos ojos amari
de toda la vida y a punto de llorar porque
n rudeza al lado del pájaro y
bre como de cuarenta años, con d
alía de una casa detrás de aquel h
de repente? No lo entendía. Ella se secó las lágrimas que habían comenzado
do- dijo la seño
¿Ustedes me podrían decir dónde está la casa... Ha... Halliwell?
?- preguntó la señor
Gabriela-
ed a esa casa muchacha?-
abajo como niñera- los señores pusieron cara de espanto- Me
eguntó la seño
ado en el rostro de los señores. No sabía si era
iela un poco inco
a pudo ver a dos militares montados en la parte de atrás. Pero al acercarse más, pudo v
horrorizada, mientra
l muerto- di
no fue una pers
í?- preguntó Gabriel
an nuestro de cada
eta blanca, conducida por un corpulento hombre negro. S
uerra?- pregu
o Gabriel
andó a buscarla- El hombr
preocupando-
o de Gabriela y lo sub
dijo e
loto, pero justo cuando se iba a
- gritó
dijo Carlos soste
ba con horror. Er
teme- dijo Gabriela un p
tró a la camioneta, luego c
lento mientras ponía el vehículo en march
- dijo ella fingi
pudo ver varias casas, muy bonitas. Algunas estaban a medio
nuevas- dijo Gab
en el camino- Aquí la gente viene, construye sin permiso, y
no?- pregun
El gobierno construyó el pueblo ese donde estabas
suspir
ivienda aprovecharan los terrenos baldíos.
mbién está construida e
to, compró el terreno hace como... Do
nti
iba en sentido horizontal. Ella supo de
... El Llanto Negro
mbre- primero la llama
é?- rió Gabriela
ba. El agua que cae, se ve negra.
e inter
los en sentido contrario y Gabri
militares?
meses- dijo el hom
preguntó Gabr
tono áspero- disculpe, pero... no
. no se
n en la casa- dijo el ho
ela s
mucho?-
asi ll