El Profesor que me Enamoro
a If
ación. Recordaba el encuentro con mi profesor y cómo nos conocimos. Mi corazón latía con fuerza so
ns ajustados, un top negro y una chaqueta roja que hacía juego con mis sandalias d
a por llegar temprano a la escuela. Me
r de literatura. No podía evitar sentir una emoción especial al pensar en su clase. Entré al salón y me encontré con
culino. Levanté la vista y allí estaba él, apoyado en el marco de la puerta.
a llegado temprano hoy
llamara Ifigenia, por favor - respondí, mo
aba haciendo. Nunca antes
Poco a poco, se fue acercando a mí, pero antes de hacerlo, cerró la puerta del s
no y yo la tom
sé por qué, pero siento que te gusta provocarme. Y te diré alg
s acercamos y nuestros labios se encontraron en un beso apasionado. Era mi primer beso y no podía creer lo maravilloso que er
continuara, pero sabía que debíamos separ
ón. Antes de que los demás compañeros entraran al salón, me
ndo, pero no iba a detenerme. Me había metido
perfectamente marcado. Su piel clara contrastaba con su cabello castaño, un poco largo y ligeramente despeinado. Sus ojos cafés avella
prestando atención? - dij
o bellos momentos juntas, desde que compartimos los columpios.
me distraje un poco,
aíste? ¿En él? - dij
no, bueno, s
iendo -, es muy guapo.
cioso... se llama Jam
sí? - se quedó pensando por un momento y luego me miró con una sonrisa píca
ar. Me quedé parali
late,
ré a que todos salieran y
z, ¿qué se le ofrec
pendiente, profesor - di
la. Luego se acercó a mí y me tomó de la cintur
erminado - dijo antes
ue vendría. Cada vez me gustaba más este hombre,
ra
una atracción intensa hacia ella, algo que iba más allá de la relación profesor-alumno. Mientras me a
ado temprano hoy - dije, trat
amara Ifigenia, por favor - respondió ella,
otros se intensificaba. Me acerqué lentamente, cerrando la puerta del salón.
léctrica recorrer mi cuerpo al sentir su contacto. Sus ojos brill
sé por qué, pero siento que te gusta provocarme. Y te diré alg
no había sentido en mucho tiempo. Sin más preámbulos, puse mis manos en su cintura y ella rodeó
uestro alrededor y solo existiéramos nosotros dos. Sus manos acariciando mi espalda despe
ue anunciaba el inicio de las siguientes clases. Nos separamos
ndo la excitación correr por mis venas. Le di
ia y la atracción entre nosotros solo crecía. Sabía que esto no podía detenerse aq