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El Profesor que me Enamoro

El Profesor que me Enamoro

Autor: Reb Liz
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Capítulo 1 El Encuentro Inesperado

Palabras:1064    |    Actualizado en: 20/01/2024

a If

primera vez qu

al vez nos enamoramos de unos ojos cautivadores, unos ojos que nos atrapan. A

y vivo en California. Mis padres están divorciados y

esto está mal y no debería sentir lo que siento, pero ¿puedo evitarlo? James Santiago es un hombre maravill

. En ese momento, él aún no era mi profesor, tenía 18 años. Desd

es lo que pienso. Tengo piel blanca, ojos cafés y labios de un suave tono rosado. Soy d

se fue a estudiar a la universidad. Llegué a pensar que nu

ejor que comience desde el principio. Todo empe

spertador. La verdad es que no estaba muy emocion

ía de clases. ¡Qué f

ara ducharme con agua fría. Después de term

decidí ponerme un vestido azul

s en mi vida y tal vez encontrar a un chico q

. La distancia no había disminuido lo que sent

ejé mi cabello suelto y me a

sde la cocina - Te estás quedan

hí estaba mi madre con su hermo

saludé con p

e un beso en la mejilla - ¿Cóm

pondí algo

nar, mi madre me

institución. La verdad es que llamaba la

rimera clase era de literatura. Siempre odié esa materia porque siempre la había

uno de los primeros asientos,

ue la puerta del salón se abría y vi entrar al homb

re es James Santiago, su nuevo

es -

puede ser que este hombre tan atractivo sea mi profesor de literatura? Si antes no tenía

có una sonr

esor apasionado y se notaba en su manera de enseñar. Cada vez que hablaba, sus p

o le lanzaba una sonrisa coqueta. No sé por

mi mochila cuando, de repente, tropecé con una silla y cerré los ojos esperando e

. era el hombre más atractiv

rlo a los ojos con

ió y susurró

cuidado,

s me hiciero

ó precios

oca. Pero lo que él no sabía es qu

ra

me atrajeron de inmediato. No podía evitar sentir una conexión especial con ella, aunque sabía que era ina

n cada ejemplo que daba. Me alegraba ver su interés y su entusiasmo por la literatura. Aunque int

e estaba bien después de haber tropezado. Su sonrisa coqueta y s

le susurré al oído, sin poder evitar que mi v

aumentó mi atracción hacia ella. Sin embargo, sabía que t

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